No importa cómo seas. Te mereces que te amen.Mereces que amen el color de tus ojos, no importa si son verdes, azules o marrones. Ni siquiera importa que no funcionen o tengas que usar lentes. Te mereces que amen tu mirada y que te digan día a día que cada noche se van a la cama con el deseo de ver tus ojos una vez más.
Mereces que amen tu cabello. No importa si es largo o corto, rizado, lacio u ondulado. No importa tampoco si eres rubia, castaña, morena o pelirroja. Tampoco si usas tinte o tu cabello es natural. Te mereces que día a día alguien te acaricie con cuidado y que acomode con cariño esas pequeños hilos que se escapan de su sitio.
Te mereces que amen tu sonrisa. No importa si no es perfecta. Si hay un par de dientes o más que no están en su lugar. Te mereces que te hagan reír y que te digan que siempre buscarán una forma de lograr que lo hagas aunque no te guste.
Te mereces que amen tu cuerpo. Tus manos, tus pies, tus piernas y hasta tus rodillas. Te mereces que adoren tu piel, tus dedos, tu cintura. Que admiren tus costados, tu pecho, tu cuello y tu espalda. Te mereces que besen cada marca, cada cicatriz, cada historia que guardas.
Te mereces que amen tu mente. Que te enseñen día tras día lo bello de la vida. Que te regalen libros y te lean cuentos. Que te dediquen, te escriban o te canten canciones cada noche. Que intenten una vez tras otra explicarte cuán hermosa eres.
Te mereces que amen tu alma. Que la cuiden, la valoren y la enaltezcan. Que siembren en ti puras cosas buenas, que te hagan crecer, superarte. Que estén orgullosos de ti.
Te mereces que amen con cada fibra del cuerpo cada célula del tuyo. Y te mereces amar de la misma forma también.
El punto más alto de la vida es el que se alcanza al estar enamorado. Enamorado de verdad. Cuando sabes que darías hasta la vida por esa persona y estás completamente seguro de que ella lo haría por ti también.
Es una sensación realmente contradictoria. Estás perdido pero al mismo tiempo no hay lugar más seguro. Estás más vivo que nunca pero a veces te preguntas si sigues respirando. Tienes miedo, pero jamás habías estado tan emocionado. Flotas pero simultáneamente mantienes los pies en la tierra porque cada paso que das es pensando en esa persona. En ser mejor por ella y para ella, igual que ella por ti.
Es un punto tan elevado, tan sublime y perfecto que al mismo tiempo es aterrador. No hay vuelta atrás pero si la hubiera probablemente no tomarías el camino de regreso porque estando tan arriba puedes sentir el viento. El aire te llena los pulmones y el corazón te late con fiereza porque eres plenamente feliz.
Entonces ahí quieres quedarte, sin moverte un centímetro. Extiendes los brazos para mantener el equilibrio y el cielo aprovecha para envolverte en un abrazo porque si cayeras desde ese punto, difícilmente podrías levantarte y si lo hicieras probablemente tu mente te diría que no debes intentar subir nunca más, más tu corazón está ansioso por hacerlo. Porque vale la pena intentarlo.
Siempre vale la pena intentarlo.
---
No sé quién seas ni como seas. Pero te prometo qué hay alguien en el mundo que está destinado a amarte de esa manera y también estás destinado a amar a alguien de la misma forma. Sólo se paciente. Cuando llegue lo sabrás.
Las casualidades son series de eventos que el destino no deja al azar.

ESTÁS LEYENDO
Body & Soul
De TodoEsta es una recopilación de textos escritos por mí. Lo que siento, lo que soy.