—Tengo trastorno de ansiedad generalizado. No estoy loca —aclaré ante su mirada atónita ante mi declaración— solo es algo con lo que vivo hace un tiempo. Lo juro, no soy una loca desquiciada, soy una persona normal la mayoría del tiempo.
Admitir que tenía un problema no era lo que me aterraba, no era un secreto mi trastorno y para ser sincera él debía tener una idea ya de qué algo pasaba conmigo. Después de todo había atravesado algunas de mis crisis ya. No era un gran tabú decir que tenía, a veces me costaba más porque no sabía hasta qué punto la otra persona sabía lo que implicaba tener un trastorno de este tipo. Realmente no estaba loca ni necesitaba estar internada, era algo que pasaban muchas personas y se puede convivir con ello. Era parte de uno, casi tanto como si gusta la pizza o no. Aunque vamos, a quién no le gusta la pizza.
—Tampoco te estoy diciendo esto para justificarme o me trates distinto, ¿okey? —le dije obteniendo su asentimiento confuso, claramente no tenía idea de a dónde iba ir. Estaba siendo como una bofetada en seco de la nada.
El hecho que tuviera ansiedad no cambiaba el hecho de lo que había hecho, valga la redundancia, simplemente le argumentaba un poco más de que no sabía cómo manejar todo esto alrededor de nosotros, y cuando me sobrepasaba no sabía controlarlo. Era una seudo justificación, pero aun así no implicaba que debía perdonarme todo por el simple hecho de tenerlo.
—Todo esto... —señalé entre nosotros— me abruma. No esperaba lo que pasó y me asusté —admití nerviosamente soltando el aire contenido. Tenía que decirle porqué, si no lo hacía ahora no lo haría nunca más.
Volví a tomar una gran bocanada de aire y lo miré nerviosa removiendo mis manos.
—¿Te acuerdas que te mencioné alguna vez a Regan McCanthy? —comencé odiando como me hacía sentir simplemente mencionar su estúpido nombre. Era como si un millar de hormigas caminaran por mi espalda a la vez.
Silas me miró confuso asistiendo dudoso, al parecer me estaba dejando el mando de todo esto. Se lo agradecía, porque no sabía si podría continuar en el caso que me interrumpiera.
—Él fue mi... novio —odiaba que todavía se me cortara la voz— él era compañero de Lolo en el anterior club.
No había persona que odiará más en el mundo que a él. Quizá a mí, por haber sido tan estúpida de haber caído en sus estúpidos juegos. No había día que no me arrepintiera de lo que pasó. Había sido una completa y total idiota.
«Él... él me jodió... fue feo. Tuvimos una relación demasiado... tóxica, por llamarlo de alguna forma. En ese momento no sabía que lo era, claramente, pero con él tiempo vi que era de esas relaciones que te ves estancada y no puedes salir».
Me mordí el labio y apreté mis uñas contra el interior de mis manos para evitar largarme a llorar. Tenía que hacer esto, tenía que sacarlo de mi sistema.
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OffSide
Chick-LitOffSide: regla nº 11, el jugador está en posición adelantada. El mismo, puede ser penalizado incluso antes de jugar o tocar el balón. Al parecer, en mi propia vida estaba fuera de juego... La siguiente historia trata temas relacionados con los ester...