Alice in Wonderland [Vkook]

Capítulo XXII: Confrontación

A mitad de mañana Jungkook se encontraba en la misma habitación solo, acostado a lo largo de la cama meditando aun con el retrato de esa chica en sus manos. Sora había abandonado el cuarto hace media hora alegando que prepararía algo para que comiera antes de que fueran por él.

Era gracioso, casi una burla que esa desconocida supiera más de su vida que él mismo. Jeon Kwansoo no fue su padre biológico, poseía una especie de don del que apenas comenzó a tener consciencia, todo lo que creyó verdadero no lo es y todo lo que alguna vez refutó por lógica resulto ser tan cierto como que de día hay luz y de noche oscuridad. Estaba harto de llorar, harto de sentirse débil y harto de que personas desconocidas lo manipularan como les diera la gana. Quería volver a tener el control, sentirse dueño de sus decisiones. Aparentemente el destino estaba escrito para él desde que nació y nadie se molestó en preguntarle si estaba de acuerdo con lo que dictaba.

Lee Sora le aclaró que a medida que pasará el tiempo podrá hacer mucho más que curar una simple cortadura de un pequeño roedor y él no estaba seguro de estar preparado para ello, no quería estar preparado. Vivía en una completa mentira por algo que no fue su elección.

—Nos parecemos bastante ¿Cierto, Taehyung? – Murmuró para sí mismo mirando fijamente el retrato. Podía sentir la antigüedad del papel pues este se desmoronaba en las esquinas al moverlo con brusquedad. La actitud del rubio nunca fue normal y él lo sabía, pero estaba tan perdido, Taehyung lograba hechizarlo con solo una mirada y fácilmente se olvidaba de razonar. Pensar que todo ese tiempo Kim Taehyung era el centro de su atención y junto a él no podía concentrarse en algo más, mientras que el rubio lo único que hacía era mantener vivo el recuerdo de otra persona.

"Jungkook, tú no eres como ella y jamás lo serás"

Esas palabras de Sora lo hicieron recordar lo último que le dijo Kwansoo antes de morir, aquello que nadie a parte de él logró escuchar.

"No importa lo que pase, nunca olvides quien eres"

No lo había entendido, en ese momento solo estaba enfocado en que siguiera respirando. Jeon Kwansoo fue su padre y la genética no lo haría cambiar de idea, pero se preguntaba si su madre tenía conocimiento de todo y si así era se sentiría traicionado de que haya preferido huir antes de contarle la verdad.

Dejó el retrato de lado y se levantó para ponerse de pie. No se lamentaría, no le importaba si los demás creían saber que era lo correcto para él, de ahora en adelante decidiría por sí mismo, no era un envase de carne y hueso que guardaba un don especial que todos esperan que despierte, era una persona y tenía derecho a hacer lo que él creyera correcto.

La casa era pequeña y de una sola planta así que al salir de la habitación no dio muchos pasos cuando ya se encontraba en la cocina. Sora estaba de espaldas, terminando de armar dos emparedados que apenas cerraban con tanto relleno. La chica se dio la vuelta y lo miró con una sonrisa sin sorprenderse de encontrarlo allí parado.

—¿Todo bien? – Asintió llevando su mano tras la cabeza para sentir la venda. Abrió la boca con intenciones de preguntar que le había ocurrido y la voz de la castaña lo detuvo – El golpe contra el piso luego de la explosión fue duro, tu cráneo literalmente reboto en el asfalto. El resto de tu cuerpo duele porque cuando te deje inconsciente tuve que arrastrarte para bajarte del auto y por las escaleras del pórtico, también hubo muchos intentos fallidos antes de que lograra subirte a la cama – Explicó arrugando la boca. Jungkook volvió a asentir paseando la mirada por su alrededor – El baño es la tercera puerta por el pasillo

—Por favor deja de hacer eso – Pidió haciéndola reír, refiriéndose al hecho de que respondiera sus preguntas antes de articularlas

—Es inevitable, simple comportamiento humano – Se encogió de hombros – Sé que quieres revisar tus heridas. Ve mientras termino de preparar el desayuno, te aseguro que ninguna es grave, anoche te examiné completamente – Jungkook enarcó las cejas y la chica se apresuró a elevar las manos moviéndolas de un lado a otro en negación - ¡No vi más allá de lo necesario, lo juro! – El pelinegro rio divertido provocando que su cara se sonrojase