Alice in Wonderland [Vkook]

Capítulo XXI: Mi nombre es Alice Maragov

En una habitación de color marfil pobremente iluminada con la poca luz solar que se filtraba por las persianas, se encontraba ubicada en el centro una cama, vestida con sabanas de tonalidades amarillas, en la cual descansaba el cuerpo de Jeon Jungkook. Inmóvil, sumido en un profundo sueño, ajeno completamente a lo que ocurriera.

Distintas y difusas imágenes se proyectaban en su cabeza, algunas eran recuerdos, como la cena luego de la ceremonia de graduación de secundaria, con sus padres y Heeyeon en un restaurante, riendo mientras contaban las anécdotas que se vivieron en aquella escuela. Otras eran creadas por su mente, hechos que jamás habían sucedido. Volvía a encontrarse en aquella habitación y ya sabía de qué se trataba, nada había cambiado desde la última vez que lo soñó, seguía todo exactamente igual, la mujer en la cama se mantenía dormida y con el rostro cubierto.

Luego se vio a sí mismo fuera de una inmensa carpa, rodeado de miles de personas con Heeyeon a su lado saltando emocionada y supo que rebobinaba la noche que fue al circo. Veía a los artistas nuevamente bajar y a los estelares con los que ahora convivía a diario, cuando fue turno del rubio de bajar de la van viajó entre los recuerdos que tuvo junto a él. Los besos, las caricias furtivas, su sonrisa mientras le susurraba con voz grave cosas que de solo pensarlas ocasionaban que avergonzara, y sus ojos, aquellos que sabía guardaban más de un secreto.

La explosión arrasó con las imágenes, llevándolo de vuelta al parque de rodillas en frente de Heeyeon, viéndola llorar con una persona tras ella apoyando la pistola contra su sien, amenazándolo para que se levantara antes de que presionará el gatillo, y eso hizo. La escena borrosa en su mente fue exacta, como se arrastró sobre sus pies encorvado, casi sin oxígeno en sus pulmones y la voz tras él no dejaba de demandar que se apresurara. El auto arrancó, llevándolo absolutamente perdido.

"Quería evitar hacerlo, pero así será más fácil"

Fue lo que escucho de la chica que aun llevaba la máscara puesta y segundos después tenía un pañuelo con olor agradable obstruyéndole la nariz y la boca.

Abrió los ojos, observando el techo distorsionado, no se trataba de un sueño sino de lo último que recuerda antes de caer inconsciente. El cuerpo le punzó en diferentes zonas, recriminándole el movimiento de su brazo cuando lo elevo para refregarse los ojos e intentar aclarar la vista. Llevó la mano derecha detrás de su cabeza y tanteó justo en el sitio donde sentía dolor agudo, tocó una gasa y presionó quejándose al instante. Paseó la mirada por todo el cuarto, asustándose al no saber dónde estaba. A el lado izquierdo de él, sobre una repisa apartada de la cama, estaba la máscara y el arma junto a una jaula con un pequeño hámster, volteo hacia su izquierda, sobresaltándose cuando divisó a la chica, sentada en una silla con los brazos cruzados en el colchón y la cabeza sobre ellos, durmiendo plácidamente, lucía joven, muy joven a su perspectiva. Se tapó la boca para estar seguro de no dejar salir ningún sonido que pudiera despertarla y con cuidado se puso de pie saliendo por un costado, el colchón ondeo libre del peso de su cuerpo y casi instantáneamente los párpados de la chica se elevaron. Se apresuró y alcanzó la pistola apuntándola con ella, el pulso le temblaba y el miedo se apoderaba de él en cada movimiento.

—¡N-No te muevas! – La desconocida bostezó, refregándose los ojos y abultando los labios

—Incluso si supieras como usar esa cosa no dispararías – Lo miró con ojos hinchados por recién despertar - ¿Siempre despiertas tan temprano? A penas va saliendo el sol – Masculló con fastidio

—No estés tan confiada y así no sepa usarla puedo averiguarlo – Amenazó

—¿Si? Pues averígualo cuando este cargada – Dijo desinteresada poniéndose de pie, Jungkook retrocedió al verla acercarse aun sin bajar la pistola – No te haré daño – Aseguró con voz suave, subiendo las manos a los costados de su cabeza – Lo juro – El pelinegro la detalló, tenía el cabello castaño y bastante corto, piel clara, ojos grandes, mejillas abultadas y le sacaba cerca de veinte centímetros en altura. No parecía peligrosa.