Alice in Wonderland [Vkook]

Capítulo XXIX: Lujuria

Lograr diferenciar entre lo imaginario y lo existente suele definirse como algo fácil, no hay que pensar mucho para saber que sucedió y que fue inventado, cuando en realidad tiende a ser más complicado. La mente y las creencias individuales tienen gran participación en el enfoque de diferentes escenarios.
Desórdenes mentales como la mitomanía se originan por percepción distorsionada de la realidad. Estar inconforme, desear algo con fuerte voluntad, tener tantas ganas de cambiar las cosas que terminas creyendo tu propia mentira.

Los sueños son alucinaciones creadas por la mente, el reflejo de las más grandes aspiraciones como de los más recónditos temores. En muchas ocasiones hemos caído en unos tan profundos que al despertar toma tiempo, generalmente unos minutos, en volver a caer en la realidad, incluso son capaces de provocar sensaciones como, por ejemplo: dolor en las encías al soñar que se te cae un diente. Ha habido numerosos casos en los que las personas certifican haber vivido algo, pero la verdad solo lo soñaron y ahí es cuando apartar lo imaginario de lo existente se convierte en una labor difícil.

Jungkook jugaba con el celular en sus manos en la mesa del comedor, sin prestarle atención teniendo la mirada y los pensamientos completamente perdidos. El aparato estaba apagado, lo sostenía entre el pulgar y el índice deslizándolo hasta el final de la pantalla y luego girándolo para repetir la acción una y otra vez de forma distraída.

Las imágenes de la chica en aquella habitación ya no eran tan claras como en la mañana, se volvían difusas y solo recordaba retazos sin sentido de la conversación que mantuvieron. Solo uno lo recuerda con claridad y es que no ha dejado de atormentarlo desde que despertó.

“Está aferrándose a lo que ve de mí en ti.”

No sabe si aquello paso realmente, no está seguro si en verdad fue otra persona la autora de esas palabras o su propia mente, quizás dentro de él sabe que a Kim Taehyung no le interesa por lo que es sino por lo que representa y simplemente su consciente no ha querido aceptarlo. No le mencionó nada sobre lo sucedido ni lo haría, el temor a la reacción del pelinegro si se enteraba que probablemente podía comunicarse con esa chica era más grande que su necesidad por encontrar respuestas.

En un momento de lucidez divisó la pistola que Sora le había ofrecido llevar el día anterior, seguía en el mismo lugar donde la había dejado apuntando hacia la derecha. Vio a su alrededor tal cual infante antes de hacer algo que sabe tiene prohibido. Los gemelos estaban en la escuela, Taehyung, Seokjin, Yoongi y Jimin salieron a hacer compras y deducía que Sora, Namjoon y Hoseok aún no habían despertado ya que no había señales de ellos. Al asegurarse que estaba solo dejó el teléfono a un lado y tomo el arma detallándola con curiosidad.

Era completamente negra con detalles en el mango, habría pensado que era de simple plástico si la textura del polímero no fuera tan evidente. Parecía un juguete no algo que podría llegar a ser mortal. Le dio vuelta dejando la boca de fuego frente a sus ojos intentando divisar que había dentro.

—Ten cuidado con eso – Dio un respingo y soltó el arma al instante haciéndola rebotar contra el tablón de madera. Dirigió la vista hacia dónde provino la voz viendo con ojos grandes y el corazón palpitándole en la garganta al peli morado parado al pie de las escaleras.

—Hyung, casi me mata del susto – Llevó una mano a su pecho regulando la respiración.

—Si tu dedo hubiera estado más cerca del gatillo te habrías matado tú mismo de una bala en la frente – No había molestia en su tono, pero el pelinegro podía sentir claramente la reprimenda. El mayor se acercó y tomó la pistola con audacia, no supo exactamente qué fue lo que hizo solo divisó varios movimientos en sus manos y luego saco el peine por debajo dejando caer las balas. Volvió a dejarla sobre la mesa con el cañón apuntando al vacío – Siempre actúa como si estuviera cargada, incluso si sabes que no lo está – Aconsejó dirigiéndose a la cocina. Jungkook asintió, aunque sabía que ya no podía verlo.