Capítulo XXVI: Culpa

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Sora sonreía mirando a Jungkook admirar dos rosas en sus manos. Estaban frescas, aromáticas, con un color rojo tan intenso que casi se confundía con terciopelo. Se las había entregado tan secas que el tallo crujía al doblarlo y con solo apretarlas un poco los pétalos  se habrían vuelto aserrín.

Nunca pudo apreciarlo antes con tranquilidad, debido a que ella y la anterior portadora de tal habilidad no llevaban una buena relación. Verlo suceder en frente de ella, como el tallo se erguía regresando a su tono verde y los pétalos se extendían recuperando la sedosidad, era como ver el tiempo retroceder.

No había sido fácil conseguir que Jungkook abandonara la altivez y desistiera de ir en contra de ella, sabía que aún estaba molesto, pero no podían darse el lujo de simplemente detenerse luego de haber llegado tan lejos. El chico entendió y sin compartir más palabras de las necesarias siguió las instrucciones de la castaña. No lo logró en el primer intento, ni en el segundo, la frustración lo embargó en el tercero y al cuarto solo quería dejarlo de lado y volver adentro. Claramente aquello no estaba en los planes de Sora, así que se acercó a él y murmuró en su oído que reviviera los sentimientos de la noche anterior: el desespero y la presión por borrar lo sucedido. Al mismo tiempo sugirió que imaginará lo fastuosas que llegaron a ser aquellas rosas existiendo como las más hermosas y llamativas de la siembra, mintió, ya que no sabía cómo se veían antes de marchitarse.

Incluso él se sorprendió cuando sucedió, dando un respingo al ver como lentamente la vida volvió a la planta.

Sora se puso de pie y caminó hacia el chico, observándolo detalladamente. El contraste de sus negros cabellos con el vibrante color de la flor le destacaba el rostro, haciendo parecer que sus labios entreabiertos portaban un rosáceo brillo. No había sol que la encandilara, el cielo estaba gris coloreando el entorno de tonos azules pálidos que le resaltaban lo blanco de su piel.

Hermoso”. Pensó colocándose en cuclillas frente a él.

— ¿Soy o no soy brillante? – Sonrió ganándose una seria mirada del menor

—Aún estoy molesto por lo que hiciste – La chica apretó los labios esforzándose por borrar la sonrisa. Jungkook realmente intentaba parecer disgustado, pero ella podía leerlo como un libro abierto.

—Como digas - Le Revolvió los cabellos sin poder seguir resistiéndose y se enderezó moviendo la cabeza para que la siguiera – Vamos, cariño. Ha sido suficiente – Jungkook asintió, poniéndose de pie y caminando aun con las rosas en la mano.

La tensión había disminuido, la energía dentro de la casa volvía a sentirse como antes. Jungkook no podría explicar por qué, había pasado cerca de quince horas desde la cena, pero nadie hablaba de ello. Al contrario de lo que esperaba, todos parecían incluso más cercanos a Sora.

La chica entró anunciando su gran logro omitiendo todo detalle que lo incluyera a él. Jimin y Hoseok, quienes estaban sentados en los bancos de la isla, simplemente la observaron tomar asiento en el banco entre ellos con la confianza que solían tener.

— ¿Funcionó? Llevaban mucho tiempo allá afuera – Preguntó el castaño colocando una taza en frente de ella mientras le servía café. Sora asintió con una amplia sonrisa

—Por supuesto que funcionó, no lo habría dejado volver de no ser así – Hoseok rodó los ojos volteando a ver a Jungkook caminar por la sala con el cuello estirado y la mirada pérdida. Sonrió sin poder evitarlo.

Alice in Wonderland [Vkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora