nine: weird weapons

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CAPÍTULO IX➸ Armas extrañas

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CAPÍTULO IX
Armas extrañas

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                EL GRAN AJETREO QUE HABÍA en el piso de las Storm se podría escuchar desde la otra punta de Queens. Al parecer, el hecho de que los señores Stacy junto con su hija Gwen fueran a cenar, había causado un descontrol en la cocina. Ginny corría de aquí para allá limpiando la casa; Sally revolvía a cada poco el cazo con la sopa y Mary ponía la mesa rápidamente. Pero es que llegarían dentro de poco y todavía no estaba todo listo.

—¡Oh, mierda! —gritó Sally de repente. Las otras dos mujeres dejaron de hacer lo que estaban haciendo para acercarse a la castaña—. ¡Se nos olvidó comprar comida para el segundo plato!

Vale, definitivamente estaban arruinadas. Si no tenían comida para dentro de media hora... los Stacy comerían las servilletas que yacían sobre la mesa.

—Vale, vale, tranquilas. Que no cunda el pánico. —dijo Ginny con voz pausada. Se giró hacia su sobrina y la miró fijamente—. Mary, vas a ir a comprar lasaña al supermercado de la esquina.

—¿Por qué lasaña?

—¡Porque me gusta!

La chica adolescente asintió y esperó a que su tía le diera el dinero. Pero Ginny seguía parada frente a ella con expresión de haber visto un muerto.

—¡Dale el dinero, Ginevra! —le ordenó Sally, pero la pelirroja seguía quieta en el sitio.

—No tengo.

—¡¿Qué?!

—¡No tengo dinero! ¡Esta tarde fui de compras con tu cartera, Sally! —gritó Ginny, frustrada.

Madre e hija compartieron miradas para después darse con la palma de la mano en la frente. Sally corrió rápidamente hacia su bolso y sacó una tarjeta de crédito del bolsillo. Volvió a correr en dirección a Mary y le entregó la tarjeta.

—Hay un cajero a una manzana. —le explicó su madre—. Si vas con tu monopatín, sacas el dinero y luego compras la lasaña en veinte minutos, nos dará tiempo.

—¿Veinte minutos? ¡Eso es muy poco tiempo! —se quejó Mary.

—¡Corre!

Acto seguido Mary corrió hacia su habitación para sacar el monopatín que tenía debajo de la cama. Salió rápidamente por la puerta del piso y corrió escaleras abajo hasta el portal. Una vez allí, posó su monopatín en el suelo y se montó en él, para ir de una maldita vez al cajero que se encontraba una manzana más lejos.

𝐂𝐑𝐀𝐙𝐘 𝐒𝐈𝐓𝐔𝐀𝐓𝐈𝐎𝐍 ─ peter parker Donde viven las historias. Descúbrelo ahora