Capítulo veinte

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Imagen sacada de: https://www.pinterest.com.mx/pin/600386194056031738/


AVISO: Este es el último capítulo que les dejo antes de entrar a la Universidad. No voy a poder escribir más capítulos hasta que otra vez salga de vacaciones, que será como por diciembre :'v, cuando ya deje de estar por completo desocupada.

¡Hasta la próxima!

Ahora sí, seguimos con la historia en donde la dejé.






Perdóname, no pude salvarte...



Narra Sonic

Amy y yo volamos por el cielo, y cuando la fuerza gravitacional hizo su trabajo, descendimos en picada al río que atravesaba a la ciudad y me perdí por unos instantes.

Cuando volví en sí, dejé de sentir a Amy cerca de mí y me alarmé. Quizás no podría salvar mi vida, pero podría salvar la suya. Zangolotee tratando de sentir a mí alrededor el cuerpo de Amy, y entonces lo recordé: ella sabe nadar.

Me quedé un poco tranquilo con ese pensamiento, y busqué ahora tratar de salvar mi propia vida. Por más que quise salir a flote recordando los consejos que Amy me dio cuando le confesé que no sabía nadar, y ella dulcemente no se burló de mí por eso, sino que me platicó su experiencia al nadar, así como algunos trucos que ella aprendió para nadar. Pero tal parece que esas experiencias y trucos que a ella le sirvieron, no lo hicieron conmigo. Es allí donde me di cuenta que es muy diferente la teoría de la práctica.

La corriente comenzó a ser más fuerte a cada segundo, así como mi desesperación por salvar mi propia existencia. El zangoloteo que me mantenía por algunos segundos en la superficie me hizo darme cuenta de que tenía razón: ella había nadado hacia la orilla y se había puesto a salvo. La vi correr por la orilla del río, llamando a quien sea para que la ayudara a sacarme.

Trate un vez más en salir a flote en mayor tiempo posible, pero la corriente y me inexperiencia nadando fueron mucho más fuertes que yo. Mis brazos comenzaron a pesarme, y ya no podía mover mis piernas, sentía el fin cerca, pero no quería admitirlo. Lamentaba no haberme despedido de todos mis amigos, de mis mejores amigos: de mis amigas las gárgolas: Sally, Knuckles y Tails; de Shadow; de mi querida María; de mi precioso angelito; de ella, de Ames, mi Ames.

Ya no podía decirle lo que sentía.

Pero por lo menos ella estaba a salvo.


Perdóname, Ames.


Era contigo con quien quería recorrer el mundo.





¡Sonic! Sonic, por favor. No te preocupes. Te sacaré de aquí.





Un momento. ¿Es Amy? ¿Ella se metió al río para salvarme?



Narra Vector

Le había dicho a Amy que iría buscar ayuda.

El rayo de Notre Dame (SonAmy)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora