Kiss me ~

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Caminabas nuevamente por las calles de Alexandria, ignorando a las personas que te saludaban o hablaban, no estabas de humor, para nada, desde la muerte Ron has estado así y todo tu grupo lo había notado. El único que sabía sobre tus problemas era Glenn, quien escuchaba atentamente lo que sentías en tu interior, aquel coreano te daba consejos y te abrazaba cuando lo necesitabas.

Pero luego una gran sorpresa pasó por tu cerebro, aquel candado que mantenías cerrado se había abierto, aquel en donde escondías tus sentimientos. Por primera ves en tu vida te habías enamorado, y era algo incorrecto ¿no?, primero que todo Carl se mantenía alejado de ti, como si no estuvieras en su mundo y le ponía más atención a Enid que a ti, segundo, en un lugar así nadie podía tener una relación, en un segundo te  arrebatarían lo que amabas, o eso aprendiste en este mundo.

Cada ves que veías a aquel mini Sheriff, tu corazón palpitaba con rapidez, la emoción que sentías al verlo era indescriptible, solo que podías controlarlo. Era algo raro, se supone que Carl es tu mejor amigo, pase lo que pase, cualquier pelea estúpida, seguían siendo amigos.

Esos sentimientos extraños pasaron por tu cabeza la semana pasada en donde lo viste besando a Enid en la frente, tus celos salieron al aire y agradecidas que Maggie estuviera ahí, así no tendrías que romper la estúpida cara de ardilla de Enid.

Tenías que decirle, te daba igual lo que pensara, no podías mantener algo tan grande como eso, necesitabas desahogarte, necesitabas decirle lo que sentías, así te quitarias un peso de encima.

Lo esperarías hoy por la noche, el llegaba a las 8 p.m., cuidaba a Judith, se bañaba, se cambiaba y luego dormía.

Tu día comenzó como cualquier otro, desayunaste con la familia Grimes evitando a Carl a toda costa, fuiste a ver a Daryl, saludaste a Carol, a Maggie y Glenn, por último saliste de Alexandria junto a tu perro, casaste ardillas, conejos, mataste a Caminantes y por último regresaste a Alexandria a las 7 p.m, te bañaste, cambiaste tu vendaje, y por último te pusiste ropa cómoda.

Esperaste a que Carl llegara a Casa.

Ya eran las ocho y no llegaba por lo que empezaste a asear la casa, le diste de comer a Judith, la dormiste, y por último fuiste a tu habitación, una ves ahí sin darte cuenta te quedaste dormida.

{Pum,Pum,Pum,Pum...}

Los latidos acelerados de tu corazón,hace que te despiertes sobre saltada, miras a tu alrededor y Carl se encontraba a tu par con una cara preocupada.

—Ven acuestate— agarra tu mano y éste acto hace que un corriente eléctrica pase por tu espalda, te acuestas nuevamente y Carl pasa un paño blanco por tu rostro, el cual estaba sudado —¿Una pesadilla?— inconscientemente asientes a lo que él solo sonríe y besa tu frente —Ya... solo fue un mal sueño— te sentías como una pequeña niña de 5 años, que tuvo una pesadilla su madre tiene que encargarse de que vuelvas a dormir, en este caso Carl era la mamá.

Cada pesadilla que tenías siempre era por él, porque tenías miedo de perderlo, solo de imaginarte un mundo sin él, hace que tu cabeza llene de malos momentos, ya sea la manera en la que Carl morirá, o la manera en la que morirás tú.

Miras al ojiazul quien te miraba con dulzura y comprensión, sabia sobre aquellas pesadillas pues él a tenido las mismas, solo que era la muerte de su madre, la escena se repetía tantas veces que se volvió una pesadilla, pero ahí estabas tú para mimarlo y darle cariños para que luego nuevamente se quedara dormido.

Carl se acomoda en la cama y ahí te abraza, con timidez escondes tu rostro en su cuello, Carl acariciaba con lentitud tu cabeza lo cual hacía que tu sueño volviera,pones tu brazo en su cintura y lo abrazas con fuerza.

—¿No quieres hablar del sueño?— niegas repetidas veces por lo que Carl entendió que fue algo fuerte, diste un suspiro y te separaste un poco de él para mirarlo.

—Carl...— el nombrado te mira con una pequeña sonrisa —¿Que pasaría si yo muriera?— no paso ni un segundo cuando en el rostro de Carl ya no existía aquella sonrisa de hace rato.

—¿A que se debe esa pregunta?— deja un mechón atrás de tu oreja y besa tu nariz de manera tierna.

—Solo...— bajas la mirada, escondiendote nuevamente en su cuello —Solo quiero saber que por lo menos a alguien le importo...— murmuras de manera tímida, Carl suelta un suspiro intranquilo por la respuesta que le diste, piensa en las miles de maneras en la que te puede decir lo mucho que le importas, porque, aunque ya no se hablen como antes, sigue preocupándose por ti y por tu salud.

—Todos te amamos ________...— susurra separándote de él y mirándote directamente a los ojos —¿Que te hace pensar que a nadie le importas?— querias responder aquella pregunta, pero tus palabras no salían, sueltas un suspiro y te levantas de la cama para sentarte en ella.

—Olvídalo...— rascas tus ojos mientras tratas de no llorar frente a él, necesitabas un tiempo a solas, desahogarte por ti misma, como en toda tu vida, siempre enfrentaba las cosas por ti misma, porque no había nadie quien te quiera ayudar.

—¿Ya te dije que eres lo mejor que me ha pasado en la vida?— tus mejillas se tornan Rojas al escuchar tal pregunta, asientes recordando la disculpa que te dio en la enfermería meses atrás —_________... te quiero... y sé que sonara cursi... pero definitivamente mi vida no seria igual sin ti...— sientes los brazos de Carl en tu cintura por lo que rápidamente te das la vuelta y lo abrazas, cayendo los dos en la cama.

—Tú también eres lo mejor que me a pasado en la vida...Te amo Carl...—susurras lo último pero Carl lo pudo escuchar perfectamente, lo cual le saco una sonrisa. Por un momento la habitación se queda en total silencio por lo que decides separarte de él al hacerlo te quedas viendo "los ojos" de Carl  con una diminuta sonrisa en tu rostro, te vas acercando lentamente haciendo que el chico que estaba abajo tuyo se tensara, acariciaste su mejilla y uniste tus labios con los de él.

Carl en ese momento no sabía que pasaba por s estómago, literalmente sentía que un zoológico estaba en él. ¿Así se siente tener mariposas en el estomago? Se hacia esa pregunta mientras te correspondía.

Estabas muerta de la emoción y al igual que Carl, en tu estomago se encontraba un zoológico, sentías un remolino de emociones que hacía que tus labios hablar por sí solos. Mordiste un poco el labio de Carl y trataste de no sorprenderte por el pequeño gemido que salió de su boca. Habían pasado por tantas cosas, era obvio que no habían experimentado tales cosas y besarse de manera apasionada era algo vergonzoso para los dos.

Por la falta de aire decides dejar por un momento los labios de Carl, éste te mira con una sonrisa y vuelve a capturar tus labios solo que esta ves él estaba encima tuyo. Quitas su sombrero y lo empujas para luego salir corriendo por toda la casa.

—¡Eso es injusto!— grita corriendo hacia ti, salen de la casa y les importaba poco como las personas los miraban de manera extraña, por ahora solo estaban ellos dos y desde ahora nadie podía separarlos.

Solo Tú Y Yo》Carl GrimesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora