«FRASES»

1 0 5: Being lonely

La soledad es un ente complicado y con secretos ocultos, que mantiene por misión enfrentarse a nosotros en distintos momentos de nuestras vidas; poniéndonos a prueba, revelando de lo que estamos hechos, lo que se esconde en el interior de cada alma.
Cuando este espectro de dos caras nos confronta se revela nuestra verdadera composición, pues no es una batalla fácil de ganar, y cada uno de nosotros esta consciente de ello.
Es por eso que muchos huyen del vacío que deja, pues te drenará por completo, obligándote a que enfrentes los demonios en tu interior.
Buscarás compañía, conciliarás relaciones, sucumbirás ante adicciones esperando que en algún momento el dolor se detenga. Sin embargo, más temprano que tarde te verás frustrado, pues el sentimiento sigue ahí. Sigues siendo infeliz.
La resistencia a la batalla normalmente causa más estragos que la anhelada llenura que se busca, porque aún después de estar con amigos, aún después de refugiarnos en el consumo, cuando volvemos a casa y cerramos la puerta de nuestra habitación notamos lo incompletos que seguimos estando. Probando así, el amargo sabor del fracaso.
Después de todo, la lucha es inevitable y tarde quizás entenderemos que no hay salida fácil ante ese verdugo que acecha. Nos toca encarar la esencia de nuestra propia y única compañía, sin otra elección que valga.
De esa forma comprendemos luego que la soledad posee una parte angelical, llena de pureza que nos contacta con el estrato del corazón, y sólo ahí, en ese momento nos abrimos al cambio.
Dejamos de buscar en todas partes lo que nunca se había perdido, pues lo encontramos en nosotros mismos. El miedo se extingue.
Hacemos del híbrido nuestro aliado, y con su ayuda conseguimos amarnos de verdad. Conseguimos estar en paz. Nos hacemos más fuertes.
Y finalmente, luego de toda la desdicha que hemos presenciado y provocado, somos felices, pues saboreamos por primera vez la victoria verdadera. Todas las piezas encajan al fin, y todo el dolor valió la pena.
El futuro nos sonríe, y le devolvemos la sonrisa frente al espejo, ya que después de tanto tiempo hemos ganado. Estamos completos y ya no hay nada que pueda tumbarnos.

Nos hemos vuelto invencibles, considerando nuestra propia compañía suficiente.