Siete.

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Segundo flashback.

Las lagrimas invadían sus mejillas, se sentía tan humillado que no lo soportaba. Había salido de su propia casa al descubrir que su novia se estaba follando a otro en su propia habitación el mismo día donde cumplían cinco meses de relación. ¿Su vida podía ser mas surrealista? El creía fielmente que no.

Sus manos empezaron a temblar cuando la puerta de su apartamento se abrió dejando salir a un chico el cual tenía el cabello despeinado, además de que su ropa, o lo que más bien parecía un uniforme de cajero se encontraba bastante desordenada. Los ojos del chico chocaron con los suyos, este parecía saber que JungKook era el novio de la chica que se estaba follando minutos atras.

El chico se montó en su auto y simplemente se largó.

Se quedó sentado en el suelo lo que podía ser una hora y media, pensando en todo lo que podía pasar en un sola noche.

No, las cosas que tenían que ir así, su novia estaba en SU casa y el estaba sentado en el asqueroso suelo de la calle en medio de la noche. Y a pesar del abundante dolor en su pecho se levantó y se dirigió hasta la puerta de su apartamento, temblando al colocar la llave en la cerradura.

Algo chocó contra su pecho en el momento en el que abrió la puerta y no tuvo que pensar demasiado para saber que su (ex) novia se había estrellado contra su pecho y había salido disparada del apartamento.

No la miró, ni siquiera la insulto o corrió tras ella, hacer esas mierdas no quitaría lo que había hecho.

[ ... ]

Se dejó de caer sobre el sofá, sintiéndose completamente incapaz de dirigirse hacía la habitación. Se sentía tan cansado, realmente cansado.

Nisiquiera podía asimilar muy bien la situación, por su mente aún seguía rondando eso de de darle los dulces que había comprado a su novia por cumplir un mes de relación.

Golpeó con fuerza su mano contra la mesa de cristal escuchando el escandaloso sonido de loa cristales rebotando en el suelo y sintiendo el dolor de su puño por los cristales que se habían clavado. El ladrido de su perrita hizo que JungKook reaccionará. Se levantó en dirección a la cocina para lavar la herida de la cual no dejaba de salir una gran cantidad de sangre. ¿Que mierda le pasaba?

TaeHyung.

Sin saber porqué ese chico acaba de pasar por su mente sin ningún motivo creando una tonta sonrisa en su rostro lleno de lágrimas.

Quizás algo bueno había pasado hoy. Pensó.

Sacudió la cabeza y se dirigió escaleras arriba hacía la habitación, fijandose de primer plano en la bolsa de dulces en el suelo.

Ella nisiquiera se los había llevado.

Apretó los puños, formando instantáneamente una mueca de dolor en su rostro al realizar fuerza en la herida de su mano. Apartó los dulces y abrió la puerta de la habitación.

Esta olía a alcohol, sudor y sexo, y pronto también a las lagrimas de JungKook. No le quiso prestar demasiada atención a la prendas de ropa en el suelo que seguramente su novia había dejado, evitó hacerlo. Sus ojos buscaron en la habitación algún detalle en el cuál fijarse y que no hiciera que sus ojos se llenaran de lágrimas.

Una chapa. Había una chapa botada en el suelo, JungKook tragó con pesar antes de agacharse y tomar entre sus manos la chapa de color azul y blanca.

Empleado.
Min Yoongi.

Dios...el nombre era realmente ridículo, su novia tenía malos gustos incluso para eso.
Suspiró negándose a llorar más y lanzó la chapa a la basura que había en la habitación. No sabía que hacer ¿Ponerse a recoger la cama donde au novia y otro habían follado?¿Salir y beber hasta perder la memoria?¿Enrollarse con alguien?
Pasó sus manos por sus cabellos negros, tirando de estos, increíblemente frustrado.

Después de unos minutos optó por la segunda opción, bajando a toda prisa las escaleras y tomando su abrigo antes de colocarlo sobre sus hombros, tomando la llave y abriendo la puerta.

—Agh.—Se quejó cuando las llaves resbaleron de sus manos, haciendo que se agachara y las tomará.

—¡Guau!

Sus ojos se abrieron con temor. Levantando la cabeza y fijándose en que su perro había aprovechado que la puerta estaba abierta y se había escapado.

—¡Hey!¡Yeontan! —JungKook salió corriendo, dejando la puerta de la casa abierta, no le importaba, tenía que atrapar a su perro. No podía perderle a el también.

—¡Yeontan¡ —Debido a la oscuridad se le dificultaba localizar a su pequeño amigo peludo. —Dios...—Las lagrimas empezaban a formarse en sus ojos, su día no podía ser más mierda, deseaba morirse en estos precisos momentos.

—¿Ey, es tuyo?

JungKook se sobresalto al sentir como unos delicados dedos presionaban en su hombro, haciendo que se girara para encontrar a un ángel sujetando sujetando a su pequeño YeonTan.

—Yo...acabo de cerrar el local en el que trabajo y este pequeño corrió hacia mis pies y-

—Te quiero.

—¿Que?

—Dios, muchas gracias. —Dijo JungKook tamando entre sus brazos a su perro y envolviendolo en sus brazos. —¿Eres TaeHyung cierto?Muchísimas gracias.

JungKook le dijo a TaeHyung que le quería sin pensarlo, pero mierda, era así. Había sido lo único bueno de su día, su único buen recuerdo en esta mierda de día donde su novia lo engañó y casi pierde a su perro.

—Ya...bueno, no es para tanto.—
TaeHyung pasó su mano por su cabello rubio. Trabajaría las horas extras que hiciera falta con tal de ver a este chico.—Se que es algo extraño pero ¿Quieres que te invite a unos dulces?—El rubio se quedó en silencio después de decir eso y empezó a reír a sonoras carcajadas, cosa que dejó descolocado a JungKook.

—¿Q-que? ¿Porqué te ríes?—Dijo JungKook empezando también a reír nervioso sin ningun motivo, solo por la pegajosa risa de su acompañante.

—Dios es solo que, esto es surrealista,s-son la una y media de la mañana.

—Me vale, solo quiero comer dulces ahora mismo.

Taesexual. Kookv Donde viven las historias. Descúbrelo ahora