Seis.

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Flashback.

No, eso de ser puntual no era lo suyo. JungKook acababa de comprobarlo.

Los nervios le estaban consumiendo¿Que se supone que tienes que hacer cuando cumples cinco meses con tu novia?JungKook no recordaba que le hubieran enseñado eso en la escuela.

Seguramente ella tenía preparado para él algo sorprendente, conocía a su novia, era una chica extremadamente detallista y cursi, en cambio solo le faltaba una hora para regresar a su casa junto a su novia y estaba en la calle tirado con las manos vacías. Por un momento incluso pensó en llamar a su mejor amigo Jimin, oh dios mío, se sentía tan ridículo. Inmediatamente guardó de nuevo su celular dentro de su bolsillo, no, no podía hacer eso, sería humillante, tendría que encontrar un regalo.

Piensa, piensa. ¿Que le podría gustar?Ella era una realmente dulce,ella...- Dulces. Lo tenía, le compraría dulces a su novia por su aniversario de cinco meses.

JungKool frenó mirando con prisa hacia todos los lados, fijando su vista en un local el cuál estaba decorado con dibujos de dulces, y arriba de manera gigante decía "Pasteleria Cookie and Tata" aunque para JungKook decía algo así como "¿No sabes que regalarle a tu novia?¡Entra aquí!"

Se apresuró al ver la hora en su reloj, los mas probable era que el loca estuviese cerrado, o por suerte estuviese por cerrar. Esperaba que fuese la segunda.Corrió hacía este, sonriendo triunfante cuando pudo ver la puerta abierta.

La primera visión que tuvo al entrar fue a un chico de cabellos rubios barriendo el suelo de cuadros de color rosa y blanco. JungKook no supo en que momento el chico había empezado a mirarle, dando un largo suspiro y soltando la escoba. Esa mirada se podía identificar como molestia.

JungKook se rascó la nuca, avergonzado. Era obvio que estaba molestando, pero joder era necesario su relación y reputación se iría a la mierda si no llegaba a su casa con algo entre las manos.

—Ahm,yo...-

—¿Que deseas?— El de cabellos rubios se movió hasta posicionarse atras del mostrador, mirándolo y de nuevo suspirando. El chico hacía muecas pesadas, mirando fijamente los dulces y esperando que JungKook escogiese cuales quiera de una maldita vez.

Mierda, JungKook se sentía intimidado.

Trago duro y se movió hasta quedar enfrente del mostrador, observando así la sección de dulces. No tenía mucha idea de que tipo de dulces le gustaría a su novia, el escogería los mas decorados y ya.

—B-bien quiero tres de estos,y tres de estos otros...

El chico sólo asintió abriendo el cristal para sacar los dulces que había seleccionado. Ahora que JungKook tenía tiempo para mirarlo se dio cuenta de que el chico era realmente bonito, su piel era blanca y perfecta, sus ojos era marrones y su cabello era rubio, el cuál parecía resaltar con el uniforme azul celeste que llevaba.

—¿Tu también estas en la sección de dulces?

Qué. Lo había pensado en alto.

Cabe recalcar que esas palabras salieron de su boca con un tono gracioso, casi como una broma y no tanto como si se hubiese pasado horas mirando frases malas en internet para ligar.

—¿Perdona?

El chico miró a JungKook, quien ahora temblaba levemente por la vergüenza de sus palabras. Pensó que lo iba a insultar, o peor a reírse, pero el chico solo lo miró curioso.

— Perdonado. — Demonios eso había sonado como si lo estuviera vacilando. — Digo...olvídalo.

Una pequeña risa salió de los labios del rubio quien metía los dulces en unas bolsas de color rosa. JungKook le sonrió, por suerte el rubio ya no parecía estar tan molesto con el. El de cabellos rubio y uniforme celesto extendió su mano hasta JungKook, entregandole la bolsa con los dulces.

—Gracias...te recompensaré el tiempo perdido.

Definitivamente esas palabaras no iban con doble intención, y JungKook supo que el rubio lo había captado al ver la sonrisa que habitaba en su hermoso rostro.

—Mi nombre es TaeHyung.

La bolsa casi resbala de las manos de JungKook al escuchar nuevamente su voz. JungKook no supo identificar el motivo pero sentía que se estaba derritiedo y además de eso le temblaban las manos como a un nene pequeño que se va ha confesar.

—Mi nombre es JungKook...—¿Que le estaba pasando?Dios, pensó que su voz se rompería si seguía hablando. Se sentía estupido de alguna manera por sentirse así y reaccionar de esta manera ante un bonito chico que trabaja en una pastelería y que además acaba de conocer comprando dulces para su novia por hacer 5 meses juntos.

—La persona que recibirá esos dulces debe ser muy afortunada.

¿Qué?

—Ya...bueno,yo...fue genial haber comprado dulces aquí,contigo,para...-eso.

Levantó la vista hacia TaeHyung dedicándole una sonrisa nerviosa y saliendo a paso apresurado de las tienda, esta noche no parecía ser la suya.

[...]

El pasillo estaba realmente oscuro pero por suerte logró identificar la puerta de su casa y abrir la puerta de esta, intentó ser lo mas silencioso posibles pues quería darle una sorpresa a su bonita novia. Al entrar no la visualizó en la sala de estar, cosa que al principio le extrañó pero depues recordó que cumplían 5 meses y que ella seguramente estaba escondida para darle una sorpresa genial.

Con suavidad cerró la puerta y tiró las llaves al sofá, dirigiéndose hacia las escaleras de la casa para así subir a la segunda planta donde seguramente ella lo estaría esperando.

Se asustó al sentir algo estampadose contra sus piernas, era su perrita. Ahora que lo pensaba esto era realmente extraño, la perra solía estar con su novia siempre a no ser que esta se metiera en una habitación y cerrara la puerta ¿Pero porqué haría eso?

Dejó de acariciar a la perrita y siguió hasta el fondo del pasillo de manera ansiosa, donde estaba la habitación de ambos, empezó a caminar cada vez más despacio cuando unos sonidos se hicieron presente por el pasillo. No podía identificar que era ese sonido que venía de la habitación.

Se frenó enfrete de la puerta al darse cuenta de que ese sonido era el que hacía su cama cuando ser ejercía mucha presión encima, o cuando saltabas. Tragó saliva y pegó su oído contra la puerta de madera, buscando así escuchar mejor que pasaba dentro de esa habitación.

Su cuerpo se congeló por completo cuando escucho los gemidos de su novia. Para ser sinceros no temió lo peor los primeros segundos, tenía fe de que su audición le estuviera jugando una mala pasada o de que su novia estuviera haciendo una broma de muy mal gusto, pero ese pensamiento se desvaneció al instante al escuchar los gemidos de un hombre.

Las lagrimas de JungKook estallaron contra el piso junto a la bolsa de dulces causando un fuerte ruido que hizo que los sonidos dentro de la habitación se detuvieran.

Taesexual. Kookv Donde viven las historias. Descúbrelo ahora