Capítulo 10. El guía "el tipo de la capucha"

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Luego de caer al vació mire hacia abajo, había otro portal lleno de señales que decían: bienvenido, entra antes que sea tarde y más que otras frases. Era inevitable que no cayera a ese portal. Mientras estuve cayendo mi mente dio un pequeño recordatorio de mi vida, fue raro y poco agradable.

Cruce el portal y seguía cayendo, en el cielo de ese lugar donde habían un montón de animales voladores que estaban devorando mi cuerpo muy lentamente, arrancando pedazos tras pedazos. En un de repente los ángeles vinieron y me tomaron.

Los ángeles me tomaron para que no cayera en seco a la tierra, ellos me dejaron en la tierra firme y sanaron mis heridas.

Un ángel dijo: estúpido si no sabes nada de ángeles no escribas nada sobre nosotros, tú no sabes quienes somos, ni como vestimos. Pudiste haber blasfemado en una de tus historias.

Los ángeles se fueron y se perdieron en el cielo.

Yo estando en tierra mire  a todos los alrededores y de nuevo me encontraba en un jardín, un bosque a lo lejos; pero todo el lugar estaba lleno de criaturas.

Yo armado valor  tomo mi vieja espada y me decidí caminar; pero alguien extraño me detuvo y me dijo:

- ¡alto ahí! No sabes los que haces, espera que yo te guie. 

Yo le respondí: ¿quién eres tú? ¿Por qué me quieres guiar?

Él dijo: acaso no miras el lugar que creaste, lleno de criaturas que ni tú mismo sabes ¿cómo se llaman?

¿No, miras que feroces son?

Te podrían comer vivo

Yo no entendí muy bien pero me convenció de seguirlo.

El tipo lucia raro, una capucha cubría su rostro, su vos era parecida a la mía, caminaba con pantalones de un guerrero. Sus manos parecían como de los ángeles.

En el camino de ese desconocido mundo donde llegue, me dio la curiosidad quitarle la capucha y lo hice.

Quede sorprendido de su rostro, él era la mujer del mundo que pase, la misma mujer rara.

Ella me tomo el brazo y me abrazo luego por detrás y me dio un beso en la mejía.

Yo asustado blandí mi espada contra ella y la herí.

Me sentía algo asustado y le dije: ¿estás bien?

El tipo se reía como loco y me dijo: cada vez que me quites la capucha me convertiré en algo que tú hayas creado. Por el momento no tengo identidad propia, solo te guiare por tu destino.

No entendí lo que decía pero algo muy dentro de mí se sentía seguro que él me iba a sacar de ese lugar.

Le quise tocar la cara la cual  se sentía escamosa y me hiso recordar a las bestias del jardín donde estaba aquella mujer misteriosa.

No dude en seguir al tipo de capucha. Tengo la inquietud de que lo conozco y es confiable caminar con él.

Le pregunte por su nombre y  me dijo que se llamaba como yo.

En ese momento recordé que había olvidado como me llamaba o quien era yo.

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