Ángel y Demonio

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Cerca de dos semanas era el plazo que el ángel y el demonio habían impuesto para arreglar todo. Con uno que otro milagro, por supuesto.
Warlock había estado ayudándolos con los planes, enviando –pocas- invitaciones y dando su opinión.

 Su madre, había estado un poco sorprendida cuando él en una cena diplomática les informó que no podría volver a América en un tiempo hasta que fuese a la boda de unos amigos.
Aziraphale y Crowley habían decidido poner una carpa blanca en un campo de flores, algo no muy ostentoso, pero sí con comida deliciosa y licores de diferentes años.

 Habían adornado con luces con forma de estrellas a petición del demonio y con lavandas como opción de Aziraphale.

 El demonio había recibido la confirmación de sus pocos, pero estimados invitados.

 El esperado día, Crowley estaba en su Bentley recostado en los asientos de atrás con su traje oscuro, uno que no había diseñado él hace un tiempo atrás, su camisa era negra al igual que el resto del traje, no tenía corbata, los botones eran de un rojo caramelo oscuro y sus zapatos eran una mezcla de cuero con un diseño de piel de serpiente negra.

 Estaba ahí como un tonto ya que Warlock había convencido a su ángel que si él lo veía les traería mala suerte, ¡él era la mala suerte en persona!

 Por otro lado, detrás de la carpa en una más pequeña, Aziraphale estaba arreglando su corbata, se sentía ahogado y muy nervioso. Miraba que su traje estuviera impecable, un traje de color blanco a petición de su demonio, uno blanco con una corbata de moño celeste y bueno, el amuleto de protección había sido puesto en su cuello oculto bajo su traje. El ángel sospechaba que Crowley también lo lleva.

-¿Estás bien, Aziraphale? –Consultó Warlock asomando su cabeza en la pequeña carpa.

 -Sí, todo está perfecto, maravilloso, todo está bien –Aziraphale habló rápidamente.

 -Aziraphale... todo saldrá de maravilla, te lo prometo... porque o sino Nanny Crowley va a matarme.

 El ángel río soltando un poco de su tensión.

 -Hablando de él, iré a ver si necesita algo, debe estar muy aburrido dentro del Bentley, no queremos que muera asfixiado.

 Warlock se alejó caminando mientras estiraba su traje verde oscuro, estaba muy acostumbrado a usarlos, pero el día de hoy se sentía muy nervioso como para caminar normalmente. Aziraphale le había hecho un moño, un pequeño tomate para mantenerlo bien peinado, pero uno que otro mechón del frente se había escapado dándole un toque más casual.
Crowley abrió sus ojos cuando dos golpecitos en el vidrio lo interrumpieron en sus cavilaciones.

 -Nanny Crowley, ¿Se encuentra bien?

 Bajando el vidrio lentamente el demonio se apoyó de manera casual.

 -Todo bien, muchacho, ¿Cómo está el ángel?

 -Nervioso, pero muy guapo.

 -Él siempre luce guapo, querido muchacho.

 -¡Oh, sus primeros invitados ya llegaron!

 Una pareja descendía de un antiguo jeep de color verde militar, una mujer de cabello rubio ceniza con un lindo vestido color violeta, mientras que su acompañante, un hombre de cabello gris con un traje que parecía haber tenido una larga historia en el ejército, batallaba para cerrar la puerta del conductor.

 Crowley bajó del Bentley para poder saludar a la extraña pareja.

 -¡Oh Crowley, querido, muchas felicitaciones!

Buenos Presagios y un poco de VinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora