Revelación

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Siete meses, Aziraphale y Crowley llevaban siete meses de esposos y por otro lado, Warlock y Adam llevaban esa misma cantidad, como amigos.

-¡CREÍ QUE ERA UNA FO-FORMA DE HABLAR TUYA!

 Y ahí estaban, en esa graciosa situación en la habitación de la universidad de Adam, siendo apuntado por su bate de béisbol favorito. En la situación donde todo comenzó.

¿Qué había sucedido?

Unas horas antes, ambos habían ido a comer a un local cerca de la universidad, Adam se había saltado unas cuantas clases y Warlock parecía estar muy hablador, le decía algo sobre unos libros de magia que Aziraphale le había enviado por correo en la mañana.
Le relataba no sé qué sobre unos hechizos de sanación que parecían muy difíciles de hacer, pero Warlock quiso intentarlos por lo que Young lo invitó a intentarlo que una vieja planta casi muerta de su compañero de cuarto.

Leyendo atentamente, Warlock intentaba concentrar su energía para hacer que la planta estuviera aunque fuese un poco más verde, pero no daba resultados.

 -Tal vez debes practicar más.

 -Sí... eso creo... ¿Quieres intentarlo? Es bastante difícil...

 Desanimado, esa era la palabra.

 -No estés triste, eres un buen mago, solo que quizás las artes blancas no son para ti.

 -¿Te refieres a magia negra? Ni hablar... no quiero que mi alma se vaya al infierno.

 -El infierno no debe ser tan malo, ya sabes, libre albedrío, bebidas, juegos y además... eres amigo del hijo del "jefe"...

-No entiendo a qué te refieres, la mayoría del tiempo en realidad.

 Adam rodó sus ojos acostado en su cama, decidido estiró el brazo.

 -¡Bibidi badibi bu, que esta planta se transforme en una cerveza!

 Warlock sonrió por la bobería de su amigo hasta que su corazón latió erráticamente viendo como la planta, de un color café horrible comenzaba a temblar y cambiar en un milisegundo en una lata de cerveza de la marca favorita de su amigo.

 -C-co-como... ¡Adam! ¡¿Cómo hiciste eso?!

 -Un mago jamás revela sus secretos –Adam tomó la lata y la abrió para beber su contenido.

 -¡ADAM! ¡Eso fue fantástico, ayúdame a hacerlo!

 -No puedes hacerlo, mago, eso es parte de mis poderes sobrenaturales.

 -Adam por favor... en serio ¿Cómo lo hiciste?

 -Te estoy diciendo que es parte de mis poderes sobrenaturales.

 -Tú no tienes poderes Young, tú único poder es fastidiarme.

 Eso le había molestado, no sabía por qué tanto, pero lo había hecho, así que se puso de pie para enfrentar a Warlock y bajando un poco la mirada transformó sus ojos a un fuerte rojo y con voz infernal dijo:

 -Si quisiera fastidiarte estarías muerto, Dowling.

 Se arrepintió unos segundos al ver el pánico creciente en los ojos de su amigo.

-¡QUE CARAJOS! –había gritado para alejarse corriendo a la puerta que se cerró de un golpe- T-tú...

 -Te lo he dicho muchas veces, soy el anticristo y tengo poderes infernales.

 Warlock boqueaba como pez fuera del agua preocupado por tener un derrame cerebral por la velocidad en que sus pensamientos estaban viajando. Recordaba muchas veces, MUCHAS, en las que Young le había hecho esos extraños comentarios referentes a demonios, ángeles, magia real y un sinfín de comentarios sobre los poderes y la biblia y sus espacios en blanco.

Buenos Presagios y un poco de VinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora