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Había llegado el día en el que por fin saldría del hospital, no es que he estado demasiado tiempo, una semana. Pero estaba desesperada en salir y llegar a mi hogar, llamar a Taylor y a James, continuar con mi trabajo y estar con Laura.

Aún me dolía un poco lo de Michael, pero no dolía como esperaba. No sentía ese fuego quemando mi interior o las ganas incontables de llorar. Todo en mi interior estaba perfecto, no me rompía en cachitos cada vez que pensaba en él, incluso sonreía porque sabía que ahora estaríamos bien, ambos. Sentía mucha paz interior, por absurdo que sonará.

Por otro lado estaba el asunto de mi caída, aún no recordaba lo que había sucedido. Laura me dijo que tenía la sospecha de que Kristal me había empujado y eso tendría lógica ante el escalofrío que sentía cada vez que tenía a mi hermana cerca. Pero no podía solo acusarla sin saber la verdad, quizás solo haya resbalado o la madera de aquella casa en el árbol era demasiado vieja. Cualquier otra explicación era igual de válida, de ninguna tenía certeza.

-Muy bien ¿cómo está hoy nuestra linda paciente?-preguntó Robb entrando por la puerta.-¿Emocionada por irte?

-No lo tomes a mal pero estar tanto tiempo aquí me deprime.-sonreí.

-Lo entiendo, pasó la mayoría del tiempo aquí.-reí por lo bajo

-Debo decir que me sorprendió encontrarte aquí, como mi doctor.

-El mundo es muy pequeño.-me miró.-Y la verdad fue una suerte para ti, soy solo un suplente. Mi hermano tuvo un inconveniente, también es doctor, solo tuvieron que hacer una llamada y ya estaba tomando un vuelo hasta acá.

-Pero ¿no te necesitan en otro lado?-pregunté con curiosidad, es decir ¿no tendría otro lugar de trabajo? ¿otro hospital?

-Es una larga historia.-explico con un suspiro.

-Una lastima, justo falta una hora para irme. No quiero que se me haga tarde.-mencione sarcástica viendo el reloj en la pared.

Soltó una carcajada.

-Otro día, quizás ¿en un café, el sábado?-lo mire insegura, no quería salir con nadie en plan romántico y pareció entenderlo.-Como amigos, solo eso.

-Bien, el sábado.-acepté.-Tienes mi número ¿cierto? Llámame y acordamos el lugar.

-Perfecto.-sonrió.-Mmh... debo ver a otros pacientes. Todo está en orden contigo, solo necesito que tu padre firme el acta y serás libre.

-¡Al fin!-exclamé haciéndolo reír.

-No te emociones tanto. Aún debes tomar las píldoras y usar el collarín si estás demasiado tiempo de pie.-hice una mueca de desagradó.-Lo sé, pero debes tener precaución aún.

-Lo haré, todo al pie de la letra.

-Bien, debo irme. Te veré el sábado.-se despidió agitando la mano y cerró la puerta tras él.

Los últimos días Robb había estado viniendo a hacer revisiones de mi cuerpo, su trabajo, básicamente. Al parecer mi cuello aún estaba frágil y debía usar collarín y las píldoras eran solo para el dolor o las molestias. También había venido a hacerme visitas aleatorias, platicábamos mucho aunque solo viniera 15 minutos y era muy agradable tenerlo cerca.

Al poco rato después de que Robb se fue llegó papá con Kristal, trajeron una bolsa con lo que suponía sería ropa y un paquete de chocolates.

Hoy mismo quería estar en mi casa y ponerme al corriente con mi trabajó. Papá no estaba muy seguro de dejarme ir hoy y sabía que si él me veía dudar haría hasta lo imposible para que no pusiera mi trasero en el auto. Pero todo estaría bien.

You And I (LP)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora