4

72 8 3
                                    



Capítulo sin editar

Capítulo 4. Iba a ser perfecto.

Busqué en mi escritorio los libros que tendría que llevar hoy a clase. Para ser sincera no fue muy difícil encontrarlos ya que mi cuarto no era muy grande. Sin embargo, tenía todo lo que me hacía falta: una cama, un escritorio, un armario, una estantería y una televisión por si me aburría y a mi con eso me bastaba.

Cogí los libros y los metí en la mochila saliendo disparada. No quería llegar tarde el primer día de clase, la primera impresión siempre es lo que cuenta.

—Mierda Loby —espeté al encontrar a mi amigo justo a la salida de mi cuarto.

Él venía más arreglado que los dos días anteriores. Se veía que también se aplicaba lo de causar una buena primera impresión.

—Sé que no soy una belleza pero tampoco creí que fuera tan feo como para darte tal susto —bromeó y yo rodé los ojos. Después nos pusimos en marcha.

Mis manos temblaban y cada vez que caminaba sentía que el peso de mi cuerpo se hacía más pesado. Estaba nerviosa, demasiado para ser exactos. Era mi primer día de universidad y siempre había soñado con que sería perfecto, por lo que no quería que nada ni nadie me lo fastidiara.

—Voy a morirme de los nervios, ¿se puede morir de eso? —pregunté divagando por los nervios.

Loby parecía sumergido en su mundo de luz y de color mientras caminábamos así que tuve que darle un codazo para que reaccionara.

—No sé, ¿puede? —Mi amigo no parecía estar muy puesto en nuestra conversación, estaba como en otro mundo—, ¿y entonces vas a aceptar? —preguntó de repente.

Enarqué una ceja al no entender su pregunta.

—¿Aceptar el qué? —Por primera vez en todo el camino me miró. Estaba serio.

—Salir con Bradley.

Loby también sabía de lo de mi encuentro en la fiesta con Bradley. Ya hacía cuatro días desde eso. Al principio me enfadé con él por el lío en el que me metió al llamarme y preocuparme, luego me explicó que fue Bradley el que le pidió que me llamara y como estaba un poco "contento" (por no decir borracho), no lo pensó bien y lo hizo. Al poco rato de llamarme, Rachel se lo llevó y Bradley se quedó ahí para esperar a que yo apareciera. El muy cabrón lo tenía todo pensado.

—Claro que no, apenas le conozco y lo que conozco de él no me agrada.

Mi amigo asintió y volvió a mirar al frente.

—Espero que sepas que él va a hacer lo imposible porque eso pase. No es de los que aceptan un no como respuesta —confesó.

Realmente Bradley no me daba ningún miedo y si se pensaba que iba a conseguir algo conmigo estaba muy equivocado.

—Pues va a tener que empezar a aceptarlo porque no es no.

Loby soltó una pequeña risa.

Ahí se quedó el tema de Bradley. Luego ambos empezamos a hablar de cómo sería el primer día de universidad. Yo había decidido estudiar psicología mientras que él iba a estudiar nutrición. Por suerte nuestras facultades quedaban una al lado de la otra.

—¿Quién es esa chica? —pregunté parándome al ver que en la entrada de mi residencia había una foto de una chica preciosa, pelinegra y con ojos marrones. Era la primera vez que me percataba de ello.

"Nunca te olvidaremos Sarah". Eso es lo que ponía debajo.

—Era una alumna de aquí, se llamaba Sarah.

Serendipia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora