Casado Con Un Desconocido (Chanbaek)

Capítulo 8: La primera vez de muchas...

Chanyeol se removió un poco en la cama antes de abrir los ojos con parsimonia, acostumbrándose a la claridad de la habitación. Si era temprano o no eso no le importaba, por alguna razón su cuerpo se negaba a levantarse de aquel paraíso llamado cama por lo que se volteó para continuar durmiendo. Sin embargo no cerró sus ojos, sino que los abrió excesivamente al encontarse cara a cara con su esposo, el cual se veía realmente hermoso con su cabello rubio alborotado y sus mejillas sonrosadas. El peliplateado había olvidado que, desde su intoxicación producto al desayuno que preparó y luego comió, Baekhyun había decidido cuidarlo para que no hubiera problemas con su recuperación. El rubio no se había despegado de él en ningún momento, incluso se habían bañado juntos, aunque el mayor conservaba su ropa interior y luego volvía a ducharse. Pero lo que más disfrutaba el alto era despertar junto a su esposo, el más bajo le transmitía cierta paz a su alma, definitivamente Chanyeol había encontrado a su complemento y no estaba dispuesto a dejarle marchar nunca.

Baekhyun despertó al sentir una extraña sensación en todo su cuerpo y casi chilló asustado al encontrarse con un par de orbes oscuros que lo miraban con devoción, pasaron algunos segundos antes de recordar que había dormido junto a su esposo y se relajó al saber que era el alto quién compartía su cama y no un lunático violador que lo había raptado. Chanyeol no apartó la mano del cuerpo del rubio, continuó acariciando sus caderas, brazos y mejillas, deteniéndose cuando sus dedos tocaron los rosados y tentadores labios, que deseaba volver a besar.

— Buenos días Chanyeol. —habló el rubio lamiéndose los labios.

— Buenos días Baek. —respondió el alto siguiendo el recorrido de la lengua por los belfos de su esposo deseando morderla.

Baekhyun sonrió al ver a su esposo completamente embelesado, sin apartar la mirada de su boca, entonces acercó sus rostros hasta que sus labios se rozaron, provocando al peliplateado quien no dudó en tomarlo por la nuca para evitar que se alejara y estrellar sus bocas en un beso rudo que le sacó algunos gemidos y jadeos al rubio. Sí, definitivamente esa era la mejor forma de despertar.

Se separaron unos segundos para recuperar el aliento y volvieron a besarse, esta vez el rubio se movió logrando sentarse en el regazo del alto sin separar sus labios ni un momento y sonrió ante el sonoro gemido del peliplateado cuando se movió sobre él presionando sus entrepiernas. 

— B-Baek, ¿qué estás haciendo? —preguntó Chanyeol sorprendido por  las acciones del rubio, aunque no estaba dispuesto a permitir que se detuviera, no ahora que había comenzado a sentirse tan bien.

— ¿No es obvio? Quiero hacer el amor con mi esposo. —contestó el mayor como si lo hicieran todos los días. —Vamos Channie, quita esa cara de cachorro asustado, no te voy a violar. —agregó al ver los ojos de su esposo increíblemente abiertos, al igual que sus labios, momento que aprovechó para retomar el beso y explorar cada rincón de su boca con su inquieta lengua.

— Mmm, espera... Creo que nos estamos apresurando. —comentó el peliplateado no muy convencido de que eso fuera una buena idea.

— Park Chanyeol, nos casamos hace un mes y medio, y aún no consumamos el matrimonio. —el peliplateado intentó hablar pero Baekhyun no se lo permitió. —Sé que en aquel entonces no sentíamos nada el uno por el otro. Después nuestra relación creció poco a poco y ahora nos amamos como los esposos que somos, pero... —Chanyeol se preparó mentalmente para el pero. —Voy a ser rápido y directo, te necesito. Ha pasado un tiempo desde mi último noviazgo, y aunque el día de la boda de Min y Dae follamos, hace más de un mes desde entonces por lo que debes ser gentil. 

La parte superior del pijama de Baekhyun desaparición en cuestiones de segundos, sus pantalones holgados tardaron un poco más en abandonar su cuerpo. Chanyeol gimió al ver cada centímetro de lechosa piel ser expuesta y sintió sus manos picar por la gran necesidad que sentía de tocar a su amado, y fue obligado a hacerlo cuando el rubio tomó sus manos y la llevó a su pecho, jadeando cuando sin querer rozó uno de sus erectos pezones.