XII

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Querida Anabella,

la tinta para esta carta se me está agotando igual como mis lágrimas que desaparecen cada día. Estoy seco y sin salida. He llegado a pensar en matarme yo mismo, pero ya lo hice al caer enamorado de ti y con el hecho de que te alejaras de mí. Quiero verte y saber si realmente estoy vacío, aunque sé que de todas formas lo estoy, pero esa era solo una excusa de mi mismo para ocultar mi herido y frágil corazón.

—Un chico enamorado.

Querida AnabellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora