XIII

98 19 1
                                    

Querida Anabella,

estoy viendo nuestros nombres en el gran árbol de primavera, sentado en la descuidada y  rota banca con tan solo una hoja de papel y una lapicera en mano.

Intento concentrarme para escribir algo coherente, pero no puedo. No puedo escribirte estando sentado en dónde nuestra historia comenzó.

El árbol evita que quité mi mirada de él; "AyB juntos por siempre" , se lee notablemente en el desnudo torso de madera vieja. Me parece irónico ese siempre. Tan irónico como tu antiguo amor y mi sonrisa... pero no puedo quitar la mirada en aquélla desastrosa letra, que con el tiempo se ha ido borrando. Y entonces caigo en la cuenta en que nada es para siempre e incluso la palabra infinito tiene escrito fin. Todo tiene fin y sé que también mi tristeza la tendrá, pero no quiero que tengamos un fin concretó sin antes haber escuchado un "Te he extrañado"  salir de tus delicados labios. Estoy sonando patético, pero eso es lo que más he deseado de la vez que desapareciste como si nada de mi vida y sólo esperó que se cumpla luego, antes de caer rendido a mi alma suicida.

—Un chico enamorado.

Querida AnabellaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora