La vista del exterior le producía cierta calma como no tenía actualmente en su hogar, si eso podían llamarlo hogar, era una forastera en ese edificio, la poca tranquilidad y sensación de amor fraternal era por muy pocas persona que la podían rodear.
- Puede pasar - anunció con resignación tras oír el toque de la puerta, al menos no era el que ella temía.
Pero tampoco era ninguno de los otros indeseables, lo que produjo cierta paz a su alma.
- Veo que te alegra verme - dijo burlona la mujer mientras cerraba la puerta
- Siempre es una agradable vista Bellatrix - dijo con un suspiro, la mujer era como su familia ahora
- Jeaninne - saludó mientras se acercaba - Veo que la vista es de tu agrado
-Necesito distraerme de alguna forma - sonrió - ¿A qué viene tu visita?
- Ven siéntate - indicó señalando uno de los sofás dispuestos en la habitación
- No me agrada la forma en la que estás hablando - dijo mientras obedecía poniendo una mano en su hinchado vientre
- La noticia te agradará un poco - consoló con una sonrisa, una que escondía malas noticias y resignación
- Ya estoy sentada, puedes empezar - apuró
- No, esperamos a alguien más - indicó justo cuando la puerta volvió a sonar con un extraño ritmo nunca antes oído por la bruja rubia. La puerta de inmediato se abrió y reveló a un mago de unos 30 años que estaba cohibido, dejando su rostro, que ella sabía tenía cicatrices, en la penumbra, teniendo sólo su cabello castaño a plena vista - Ahora ya estamos todos - dijo llamando con una mano al mago que les dedicó un sonrisa a las dos, aunque la más brillante fue para la rubia, parecía incluso inclinado a querer tocar su vientre - Lo que voy a decirles es confidencial, solo algunos miembros de la Orden de Dumbledore lo saben, y muy pocos del círculo interno están enterados aún
- No nos impacientes y habla de una vez - gruñó sintiendo como su vientre era golpeado por un pequeño pie
- Harry será sacado de Azkaban y puesto en protección dentro de Hogwarts - soltó de sopetón, Jeaninne deseó haberle dejado tiempo para explicarse
- ¿Qué? - interrogó el castaño que se puso a la defensiva en el acto - ¿Por qué harían eso? El propio Harry me dijo que la Orden lo quería encerrado de por vida
- Era su deseo - aceptó - Pero saben que los planes para sacar a Harry estaban en marcha desde el momento que entró en ese horrible lugar, aún más con la fecha tan cerca - dijo mirando directamente su vientre que se estiraba con la huella de una pequeña mano
- Eso lo sé - interrumpió el mago que también fue jalado a ver las maravillas de la nueva vida que su cuerpo manifestaba - Pero cómo lo lograron, ¿La Orden del pollo sabe algo sobre su condición?
- No están ni un poco enterados - aseguró con una sonrisa estirando su mano para frotar su vientre - Mi sangre está protegiendo el secreto de Harry y su condición, solo la sangre puede ocultar a la sangre y es una suerte que en el tapiz familiar esté borrado el abuelo de Harry y por ende él no salga, así como que mi primo sea un estúpido y no se haga una purificación para introducir a mi hermana Andrómeda a la familia y así restablecer la condición del tapiz a su forma original
- Entonces ¿cómo? - cuestionaron los dos
- Snape esparció rumores - explicó con tranquilidad y una sonrisa satisfecha - De ahí fue fácil mover las piezas para Ron y Hermione, los demás Weasley también fueron de ayuda, solo se tuvo que apelar a Dumbledore y sus suposiciones y su gran fe en las profecías par lograr nuestro cometido
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Los nuevos Potter
FanfictionCuando el Señor Oscuro murió, todos celebraron. Cuando el cuerpo de Voldemort cayó inerte, el mundo mágico suspiró de alivio. Cuando Tom murió, una parte de Harry murió con él, y de forma muy literal ya que era su Horrocrux, uno que no planeó, uno q...