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Los ojos de Jeongguk parecían enfocados en los faroles que alumbraban la penumbra que cubría el parque por el cual caminaban. Sin embargo, no estaba mirando dichos objetos sino mas bien el vacío, mientras su mente le daba vueltas a aquel pensamiento que había surgido desde hace ya varios días y, desde ese momento, no lo dejó en paz. Si no se encontraba forzadamente concentrado en atender a los clientes del restaurante en el cual trabajaba, su mente volvía a divagar por cualquier rumbo que siempre terminaba en el mismo pensamiento, en la misma idea que desistía en desaparecer de su cabeza y su corazón.

Suspiró. Añoró aquellos momentos de apenas dos semanas atrás, donde su cabeza estaba libre y no sentía esa presión en el pecho ni carga alguna en los hombros. El dolor permanente que lograba sentir en el corazón abrumaba el presente y no podía, simplemente no podía disfrutar ni siquiera de sus besos. Cada bonito sentimiento se manchaba con angustia, con culpa... Todo conducía al dolor.

— Gguk, ¿estás bien?—la grave voz de su enamorado irrumpió sus pensamientos. Sus oscuros ojos se encontraron con los de Taehyung de manera automática. Rompió el contacto visual con la misma rapidez, fijando su mirada en el suelo.

El azabache soltó un flojo "sí" que no convenció en absoluto al peliazul.

— Desde hace ya varios días estás así... ¿en qué piensas, amor?

El suave tono de Taehyung era como una hermosa invitación a liberar sus pensamientos, a confesar por fin aquello que estaba aquejándole, a decirle todo porque —porque así debía ser. Sí, Jeongguk sabía que lo ideal sería hablar con Taehyung sobre lo que pensaba pero él ya sabía la respuesta de su enamorado. Se esperaba algún No es así, no pienses eso, no es verdad... Lo que diría para tratar de calmarlo; pero Jeongguk no quería que lo calmen, no quería su comprensión sino su verdad. Y es que, ¿cómo escuchar lo que Taehyung no dice? ¿Y si al final el que Jeongguk le diga todo hace que Taehyung lo piense y decida terminar con él? Pero, realmente, ¿para qué decirle? ¿Qué gana con eso si ya sabe que ese pensamiento es, lamentablemente, la verdad?

— ¿Jeongguk?

Podía sentir aún la mirada de Taehyung pero no quería encontrar sus ojos, no quería que le transmita aquel amor casi palpable en su mirada porque no era más que una tortura para aquello que Jeongguk estaba empezando a considerar como una posibilidad. Un acto doloroso para ambos, pero, ¿acaso hay otra solución?

— Estoy bien, Taehyung.

Su voz salió cortante, fría, contrastando con sus palabras. No se esforzó en sonar convincente. ¿Para qué? La mentira era tan evidente que no había motivo alguno para intentar esconderla.

La mirada de ambos brillaron a causa de sentimientos que los harían derrumbarse. Taehyung no insistió con palabras, pero sus ojos, de cuando en cuando, volvían a buscar los de Jeongguk, esperando a que este lo mirase de nuevo...

Sus ojos no volvieron a encontrarse en lo que restaba de camino.

Mereces más. | kth & jjkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora