Jeongguk suspiró, sentado en su cama con las piernas cruzadas, viendo a Taehyung en la misma posición, frente suyo. No se acostumbraba a verlo en su habitación. En realidad, no se acostumbraba a verlo de nuevo.— Bueno... ¿Por qué viniste?
Cerró sus ojos con fuerza, agarrando su cabeza en señal de desaprobación a sus propias palabras. Eso había sonado mal y él ya no quería seguir arruinándolo todo.
— Jeongguk —sintió la mano del castaño tocar su rodilla. Su corazón se aceleró. Alzó la vista, encontrándose con los ojos de Taehyung—. Necesitamos hablar. Jimin me contó... todo. O lo que tú le contaste. Y quiero saber si es verdad. Si no... —sus ojos bajaron, mordiendo su labio inferior—. Si no hay alguien más... Si en realidad piensas que no eres bueno para mí y por eso terminaste conmigo.
Jeongguk suspiró de nuevo. Puso su mano sobre la del contrario, acariciando el dorso con su pulgar, tratando de transmitirle aquel cariño que en ese momento no podía expresarlo con palabras porque no debía.
— Es verdad, Tae. Pero es que...
—No, Jeongguk —interrumpió. Su voz sonaba firme—. No hay peros. Dime, ¿realmente crees que me importa cómo te vistes, o si tienes internet o no, o si no puedes invitarme a salir?
— No es solo eso, Tae. Es que... —Sus ojos empezaron a picar pero Jeongguk no quería volver a derrumbarse. Dio una breve pausa y lo miró a los ojos—. Conmigo no podrás hacer todo lo que quieres. Tú... serías más feliz con alguien como Minjae. Yo no puedo d-
— ¿Me crees así de superficial? —preguntó, herido. Jeongguk iba a hablar, pero lo volvió a interrumpir—. No, Jeongguk. Al diablo Minjae y los demás. Al diablo eso de que yo "sería más feliz con alguien más". Tú me haces feliz. No tu dinero, ni tu ropa, ni cualquier cosa material que tengas. Tú.
Se miraron. Ambos pares de ojos brillaban, embriagados de tantos sentimientos encontrados, de la efusividad con la que Taehyung había expresado esas palabras, de por fin sacarse de la garganta tantas palabras acumuladas desde hace tanto tiempo.
El azabache quizo sonreír, pero no quería caer. No quería creer para luego volver a caer.
— No es solo eso... Es que, tus sueños... Lo que decíamos... Yo no podría cumplirlos, amor —susurró, aquella última palabra escapando de sus labios sin permiso.
— Bueno, pues los sueños no se van a cumplir solos, Gguk —Entrelazó sus dedos con los del contrario—. Lucharemos por ellos. Y si al final no podemos, y si al final decides estudiar otra cosa, y si al final no sale como lo planeamos... ¡Pues qué importa! Tengo mis propios sueños y tengo sueños a tu lado. Pero los últimos, Jeongguk, no son así de estrictos. Podríamos terminar yendo apenas a la esquina, ¡y qué importa! Creo que no nos hemos entendido bien todo este tiempo, amor. Lo que yo quiero no es viajar a tu lado ni trabajar a tu lado... Lo que yo quiero, Jeongguk, es estar a tu lado. Lo demás es insignificante. ¿Está bien?
— Pero es que no, Taehyung. No debes estar a mi lado —Insistió, con ojos brillando en amor y desesperación.
— Dame una maldita razón, Jeon. Dime por qué.
Sintió que se ahogaba en sus palabras, en sus pensamientos. No podía expresarlo, no podía explicarle. No sabía cómo.
— Porque tú mereces tanto... Y solo mírame.
Dime, Taehyung. ¿Qué puedo darte yo?
— ¿Qué puedes darme tú? —repitió con incredulidad, indignación —. ¿Qué puedes darme...? Mierda, ¡Jeongguk! ¿Acaso estás ciego?
— El ciego eres tú, Tae —susurró con dolor.
Taehyung suspiró desesperado.
— Si no tuvieras esos pensamientos cubriéndote los ojos podrías ver, Jeongguk, todo lo que me has dado hasta ahora.
El azabache frunció el ceño sin entender. Todo era un remolino de sentimientos. Su cerebro se había callado, Taehyung lo había callado. Ahora era su corazón el que retumbaba, atormentándolo.
Porque tanto se habían metido aquellos pensamientos en su interior, porque tanta veracidad les había otorgado, que terminaron tiñendo también su corazón.
Porque más que pensar, Jeongguk sentía que no era lo suficiente para Taehyung.
Y cómo podría él merecerlo, si no puede darle nada.
— ¿No te das cuenta, Jeongguk?
Negó.
— Dime qué cosa pude haberte dado yo, Taehyung, porque no puedo entenderlo. ¿Acaso alguna vez te llevé a algún lugar hermoso? ¿Te invité una espléndida cena? ¿Organicé una hermosa cita? ¿Te regalé algo caro y bonito? ¿Te llevé a pasear en mi auto? ¿Te di un peluche grande de los que te gustan? ¿Acaso te di algo que sea lo que tú realmente mereces?
Taehyung lo miraba de una forma especial, mientras veía cómo se desesperaba en encontrar una salida, cuando en su corazón tenía la solución...
— Amor, Jeongguk. Tan simple como eso.
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Mereces más. | kth & jjk
Romance" porque tú mereces tanto, y solo mírame ¿qué puedo darte yo? " jeongguk & taehyung sin roles sexuales definidos terminada, ocho capítulos + epílogo