El azabache esperaba a su enamorado en el parque al que siempre solían ir. Sus ojos veían sus manos, las cuales sostenían una pequeña caja con un bonito lazo rojo. Su cuerpo temblaba sin haber viento alguno que lo ocasionase.Suspiró, queriendo golpear su pecho para que dejase de doler tanto. No sabía ya si era mero dolor emocional o había pasado al físico, porque él podía sentir claramente que su mismo corazón dolía al latir.
Escuchó unos pasos acercándose a paso rápido. Alzó la mirada, viendo aquella cabellera azul y aquellos ojos marrones por unos segundos.
Sus ojos se encontraron, sin embargo Jeongguk no apartó la mirada luego de tantos días de evadirla. Si era esta la última vez que podría ver sus ojos, pensó, quería aprovechar cada segundo restante para fundirlos con los suyos.
Guardando la cajita en el bolsillo de su polera y con el corazón golpeando su pecho con fuerza, se levantó.
Quedaron frente a frente, ambos mirándose con mil palabras acumulándose en sus gargantas. Tanto, tanto que decir, y ni una sola palabra saliendo de sus bocas.
El azabache no sabía qué hacer —lo usual era que sus labios sean los primeros en saludarse cada que se encontraban, pero luego los besos pasaron a ser solo un intercambio de palabras para, al final, no haber gesto alguno más que un par de ojos anhelantes, esperando por otro par de orbes oscuros que rehuían de los primeros. Todo se había vuelto frío. Él lo sabía, sabía que estaba actuando mal, que Taehyung no tenía idea alguna de lo que estaba ocurriendo en su interior y que había sido injusto volverse repentinamente indiferente... Pero no podía controlar el martirio del dolor permanente en su pecho y la angustia que crecía cada día. Jeongguk no estaba bien. Aquellos pensamientos terminaron carcomiéndolo, llevándolo a tomar la decisión que antes se negaba a aceptar pero que, con el tiempo, empezó a mostrarse como la más dolorosa solución; lo que debía ser, lo que Taehyung merecía.
— ¿Estás bien? —La pregunta salió como un suspiro cansado. Esta vez eran los ojos de Taehyung los que miraban el suelo, toda su cara como una señal de derrota. Esta vez era el azabache quien buscaba con desesperación que los ojos de su enamorado volvieran a verlo, pero no ocurría.
Culpa. Jeongguk sintió una horrible culpa nublar su vista al ver cómo Taehyung había estando apagándose con el pasar de los días, cómo la relación había empezado a morir. Pero no era quizá eso lo peor sino el dejar que Taehyung lo haya intentado tanto y él —Jeongguk había estado matando su esperanza al no encontrar nunca sus ojos. Y ahora que quería verlos, ¿qué es lo que encontraba? Encontraba aquella hermosa cara cansada, y esa pregunta de todos los días que Taehyung no dejaba de preguntar y Jeongguk respondía con mentiras. "Sí, estoy bien, Ya te dije que sí..."
Pero él había escuchado su voz. Hoy Taehyung no preguntó esperando que Jeongguk le respondiese la verdad sino una de esas mentiras absurdas. Absurdas, malditamente innecesarias porque no engañaban a nadie y si la mentira no servía para engañar ni ocultar, ¿para qué pronunciarla?
Taehyung se había cansado de intentar y de esperar a que Jeongguk reaccione. El azabache se dio cuenta de que prefería verlo llorar pero verlo vivo, a verlo tan muerto en vida.
Se odió, Jeongguk se odió. Estaba arrastrando a Taehyung a su propia miseria.
Pero eso acabaría en ese momento.
— No estoy bien, Taehyung. No voy a mentirte más —mintió.
La mirada del peliazul se levantó velozmente, por fin ambos pares de ojos mirándose luego de tantos días de miradas no correspondidas...
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Mereces más. | kth & jjk
Romance" porque tú mereces tanto, y solo mírame ¿qué puedo darte yo? " jeongguk & taehyung sin roles sexuales definidos terminada, ocho capítulos + epílogo