como novatos en el amor

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Nunca había extrañado tanto a una persona que no fuese mi mamá. Quería estar tomando la mano de YoonGi y llevar nuestro agarre orgullosamente a todas partes de Seúl. Las ocasiones que podía disfrutar de su compañía eran tan limitadas que algunas veces temía que él ya no sintiera amor para mí, que sus lindos y pequeños ojitos no me mirarán de la forma más romántica del mundo. Estaba ansioso de volver ya. El sábado por la noche bajaba del tren con mi bolso en mano y aspiraba la vibra buena de la ciudad, busqué entre las pocas personas que se encontraban allí en busca de solamente una, cuando lo encontré caminé hacia él con una gran sonrisa y mi rostro sonrojado. Sólo nos separaban unos centímetros, todo mi cuerpo vibraba de la emoción y mi corazón quería salir de mi pecho para decirle a YoonGi que era un chico extremadamente bello, y que lo había echado mucho de menos.

Lo besé y fue... maravilloso.

La noche aún era fresca y mi estómago protestaba que tenía hambre, YoonGi caminaba tranquilamente a un costado mío mientras reía de la sinceridad que tenía mi panza. Solamente me mantenía con una postura firme y las orejas un poco sonrojadas. Y cómo no, sí a mi lado estaba el chico más guapo de Corea del Sur. Me sentí en mi hogar. Min YoonGi era una calma para mí, inundaba de calidez y alegría mi alrededor, no importaba dónde estuviéramos o con quién, él era mi sol y nunca dejaría que se fuera.

—¿TaeHyung? —mi corazón se aceleró y mi mirada curiosa se encontraba admirando su gran divinidad. Sonreí para él y noté su timidez al momento de devolverme la mirada. —Gracias por volver hoy y no mañana.

—Una mañana en domingo a tu lado, creo que es lo que necesitaba —hablé con sinceridad y mi cuerpo se tensaba por el nerviosismo—, eres un chico tan maravilloso que no cabe duda, te amo. Mírate por Dios, eres un ángel extremadamente precioso. ¡Soy el hombre más afortunado por tenerte!

—Te amo hoy y siempre. —susurró para después besar mis labios de una forma torpe y tímida, como si éstos fueran desconocidos. YoonGi era de muy pocas palabras y eso lo sabía demasiado bien, no obstante ese chico me volvía loco y era un romántico de primera.

Sus dedos entrelazados con los míos y nuestras manos encajando tan malditamente bien me hacían sentirme perteneciente a un lugar, a una persona; a un amor.

—Tus besos son tan mágicos y envolventes que me hacen querer más y más. Yoonie, me sigo enamorado de tí como si fuese la primera vez.

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sunday morningDonde viven las historias. Descúbrelo ahora