Parte 13

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Jhosep está en su habitación acomodando ropa limpia. No deja de pensar en aquella muchacha de cabello rojizo y de ojos grandes, le habrá gustado para que no pare de pensar en ella.

Mira volar una ave desde lejos, como a dos calles de su casa, ve que se detiene en un árbol cerca del garaje de un vecino. Se da cuenta que es Lorenzo, salta de alegría y sale a la calle muy rápido en dirección de Lorenzo, no mira por ningún lado a Magdalena mientras que Jhosep sube por él.

– ven acá Lorenzo, sí que metes en problemas a tu dueña ¿he? Muchas gracias. – dice entre risas.

Llega corriendo Magdalena en busca de Lorenzo y no lo encuentra por ningún lugar.

– ¿estabas buscándolo? – mira a Jhosep con Lorenzo en su hombro.

– ¡lo encontraste! muchas gracias.

– de nada, estaba caminando cuando me lo encontré.

– muchas gracias por encontrarlo. No entiendo porque se comporta así, a estado mucho tiempo con migo y venimos por aquí siempre, y empieza a escabullirse por lugares muy difíciles de acceder. – Lorenzo se pone en el hombro de Magdalena.

– lo bueno es que lo vi y me reconoció inmediatamente.

– creo que sí, le agradas, pero es escabullidiso.

– en eso el y yo nos parecemos.

– ¿por qué lo dices?

– porque no nos gusta quedarnos en un solo lugar. A mí me gusta viajar por el mundo, me falta recorrerlo pero me gustaria explorar todo.

– no me digas, y desde cuando viajas y a que parte yo siempre quise salir del pais pero no tengo tiempo y dinero.

– no necesitas dinero. Bueno te contare; Cuando tenía 16 años, fui primero por China, luego me fui a latino América para ser más específicos Ecuador, Brasil, Colombia y Bolivia después volví, conocí a mi mejor amigo y me convenció de volver y ayudarlo en su negocio, el también era un viajero igual que yo, se llama Héctor pero le apodan el capitán.

– y cuanto tiempo te tomo ir por todos esos países.

– solo un par de años, la verdad ser aventurero era lo mío y claro viaje sin ningún centavo, me puedes creer. Por eso te digo que el dinero no es tan importante.

– y luego trabajaste ¿en qué?

– mi amigo maneja una pescadera, un barco pesquero, aprendí mucho más, la experiencia de viajar por que él y yo siempre lo hacemos.

– ¿enserio hiciste todo eso, a esa corta edad?

– te contare si aceptas que te envite un helado en el parque.

– ya se va a oscurecer.

– ¿qué tiene eso? – Magdalena sonríe y accede a su pedido, ya que le entro la curiosidad de como un chico de dieciséis años viajo completamente solo y sin dinero con la madurez que demostraba; ella se asombraba de su historia.

– está bien, cuéntame ¿por qué viajaste solo?

– creo que siempre llevo el espíritu aventurero en mi. – trataba de evadir respuestas. – me gusta de viajar, comer y probar sabores nuevos.

– tienes el alma de un aventurero.

– puede decirse...

–...y por qué estas en la casa de tu padre. – le llego la pregunta más difícil que Magdalena le hizo en la noche.

– vine a su entierro y me quedo aquí por un tiempo, un mes exactamente.

– lo siento mucho Jhosep, no debí preguntar.

– no te preocupes.

– debió ser un hombre increíble, lo digo por que se ve que eres una buena persona. – Jhosep separa la mirada de Magdalena tratando de ocultar su mirada de indignación pero como algo en Magdalena le dice que confíe en ella, le empieza a contar más de su vida.

– las cosas no siempre son como la ven uno. En realidad no, él me destruyo por completo; me lastimo, no solo a mi si no a lo más preciado que tengo; a mi mamá, me aleje por completo de ella, por culpa suya me metieron a un internado en Europa cuando tenía solo ocho años. Engaño a mi madre, y personalmente lo descubrí, cuando iba de visita en su oficina, se revolcaba con su secretaria y ese día todo el respeto que le tuve se fue. Cuando vez a una persona piensas ¡HO! que genial yo quisiera ser como esa persona, pero en realidad no sabes por lo que está pasándole, yo personalmente pase muchas cosas que no fácil las puedes curar.

–Oh Lo siento... Sé que no es fácil pero se puede curar si uno mismo se propone a perdonar y también con muchos cuidados ayuda y amor. En cuanto a tu padre no creo que haya sido fácil para él, tú mismo dijiste que no sabes por lo que esa persona está pasando. – Jhosep no le comentar, y prefiere cambiar de tema.

– que hay de ti, cuéntame un poco de tu vida.

– no hay mucho que decir... mi madre murió cuando yo era una niña. – baja la cabeza triste.

– lo siento...

– no está bien, supimos salir adelante, al inicio no fue fácil, mi padre me crio solo, las cosas no nos salían bien hasta que un día mi padre empezó a trabajar de chofer y así el formo una asociación de choferes privados, tu sabes para riquillos, el supo salir adelante, aun que no es mucho lo que tenemos nos ayuda a sobrevivir. Por ahora el descansa y un amigo trabaja con el auto de mi padre y yo trabajo por las mañanas de asistente de farmacia en un hospital.

– ¿y... él?

– como conocí a Lorenzo pues... cuando cumplí ocho años mi madre me lo obsequio, ella era animalista y lo rescato de unos contrabandistas, y con el tiempo él se encariño con mi mamá y yo también así que nos lo quedamos, un loro cariamarillo, en ese entonces era muy pequeño, mi mamá le puso su nombre. Recuerdo que Lorenzo venia por mí a la escuela con mamá y los tres íbamos a jugar en el parque.

– te envidio.

– creo que ya sabía mi mamá porque me lo estaba dando, desde ese día lo cuide, lo entrene y ambos crecimos juntos y lo bueno es que en las mudanzas nunca se enteraron de que lo tenía con migo, se volvió en mi confidente mejor amigo y compañía el significa mucho para mí, tampoco quiero cortarle las alas, es cruel impedir a alguien volar ser libre, nunca lo metí en una jaula y ni pienso hacerlo, no hay necesidad.

– me alegra que encontraras a un amigo con quien estar... y tengas a tu padre contigo.

– aun que sufrimos bastante, mi papá nunca era infeliz siempre me ponía feliz aun que no lo fuera, el dinero siempre era un perjuicio, pero mi padre sabia sacarlo de alguna u otra forma.

– debe ser una buena persona, me refiero a que no lo conozco y ya me cae.

– es el mejor, mi padre y Lorenzo son mi familia. – mira la hora. – ya es muy tarde, me voy.

– ¿Enserio, ya te vas?

– Ya más tarde es peligroso para mí.

– déjame llevarte.

– no te preocupes, vendrán por mí, me voy. – llega un auto negro, el mismo de la anterior noche. Jhosep supone que es el auto de su padre y el chofer es el amigo de su padre.

Intenta pedirle su número de celular y pero el auto arranca, las despedidas de Magdalena siempre son muy rápidas él quiere estar más tiempo con ella, tener una charla como la que tuvo hace un instante con ella, toda la charla le resulto mas pensativa de lo que pensó, su madre murió cuando solo tenía ocho años, definitivamente Magdalena le sorprendió más de lo que el tenía en mente.

Entra a su casa y se topa con Breika.

– ¡ah... claro! puedes salir y llegar a la hora que te venga en gana y dejarnos morir de hambre.

– Breika dime cuántos años tienes como para hacer tu comida por tu cuenta, calculando tu edad mental tienes entre cinco y seis.

– a mi no me hablas así atrev...

– Tienes hambre, pues haz tu comida la cocina esta por allá. Que le pasa a esta vieja... – dice lo ultimo murmurando.

CUANDO YO ME MUERAWhere stories live. Discover now