El nuevo amigo de Derek

1K 83 7
                                    

El moreno suspiró y decidió rendirse, su hermana Laura tenía razón, llevaban gritandose alrededor de media hora por un motivo muy estúpido el cual estaba relacionado con la leche destapada, Laura lo había dicho, Derek últimamente tenía un humor que nadie soportaba, ni siquiera la chica que salía con él podía soportarlo en estos momentos, se enfadaba con mucha facilidad y en algunas ocasiones hasta rompía cosas, Laura no entendía a su hermano, él técnicamente tenía todo, una chica bonita, un buen trabajo, un auto espectacular, no lo comprendía.

—¡Dios, Derek!, Consiguete amigos — respondió la pelirroja dejando escapar toda su molestia — quizás eso te alegre el carácter de porquería que te cargas.

—Gracias por decir lo obvio, tu también eres adorable — respondió el moreno con sarcasmo.

—Al menos a mí no disfrutan odiandome — Derek resopló y tomo su chaqueta, Laura rodó los ojos y se movió de la puerta — no regreses si no tienes una estúpida sonrisa.

—Jodete Laura — el moreno salió de la habitación azotando la puerta.

Se subió a su Camaro y lo encendió sin importarle el escándalo innecesario con el motor del vehículo, estaba molesto, ¿Desde cuándo estaba mal ser él mismo?, Si, había tenido un par de días malos pero no era para tanto, quizás se portó algo grosero con la gente que lo rodea pero a veces la gente le desesperaba, haciendo preguntas estúpidas y riéndose de cosas sin sentido, Derek no lo entendía y no quería entenderlo, encendió el estéreo de su auto y busco una canción muy especial para él, no tenía letra, tampoco voz, solo era piano, lento y mágico, con tonos similares a la magia del mar, siempre funcionaba para tranquilizarlo, el reloj de su estéreo marcaba el medio día y Derek agradeció que no tuviera compromisos para ese día, podría pasarlo en alguna parte de Beacon Hills odiando al mundo y quizás regresar a las seis a casa para cenar.

Su familia había elegido un sitio muy apartado del resto para vivir, técnicamente su casa estaba ubicada en medio del bosque, sin embargo le encanta la privacidad que le proporciona, no tenía vecinos por lo tanto podía hacer todo el ruido que quisiera, tampoco se sentía atrapado, le encanta esa sensación de libertad que le brinda el bosque lo único que detesta es cuando su familia decide ponerse en su contra, siempre criticandolo por su personalidad, llamándolo amargado. El Camaro siguió avanzando, el moreno podía ver las primeras casa de la zona central de Beacon Hills, ¿Por qué iba al centro del pueblo si detestaba a la gente?, No lo entendía, bueno, a veces es inevitable no ser arrastrado hacia las demás personas, la pista de piano se detuvo y Derek pausó la reproducción de la siguiente canción, era demasiado movida para ese momento.

Disminuyó la velocidad hasta detenerse frente a la pequeña plaza de Beacon Hills, era el único lugar de Beacon donde tenían las cosas que le gustan, se percató de ver un nuevo negocio, bueno, la última vez que estuvo en esa plaza fue hace una semana, no había muchos negocios, una tienda de artículos para jardinería, una barbería, algunos negocios de comida, una tienda de discos, una heladería y esa nueva cafetería que acababa descubrir, el moreno leyó el nombre "El lobo en la luna", un nombre que no era de su gusto, al menos para una cafetería, no era muy grande pero el aspecto del exterior le agradaba bastante, con muchas plantas adornando el exterior, Derek adora las plantas, activó la alarma del Camaro y camino hacia el negocio de jardinería, a su jardín le hacían falta algunas hortensias.

La mujer del lugar lo recibió con una sonrisa, era una señora de edad avanzada, con su cabello blanco y piel arrugada, cálida como cualquier abuela, Derek era su cliente más frecuente, él pasaba un buen rato en esa pequeña tienda, discutiendo acerca de la temporada de flores, comparando abonos prefabricados con la composta, tratando de decidirse por girasoles o caléndulas.

—¡Derek, que gusto verte muchacho! — la señora salió de detrás del mostrador y abrazó a Derek — ha llegado tu pedido.

—Creí que no podían crecer en este tipo de suelo y clima — la mujer solo negó con la cabeza.

La Tragedia De Derek Y Stiles.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora