Luego de varios minutos después la mayoría había terminado la prueba, pero aún así, seguía pensado en como me había ido en todas las pruebas, esperaba que bien, pero no podía saber con facilidad la calificación de todas las pruebas.
Mi padre me exigía el 100% en las calificaciones, pero desde que inicié la secundaria no lograba sacar la calificación perfecta, nunca fui perfecto en ese aspecto. Ni en la escuela sacaba 100%. Será por eso que mi padre y yo no nos llevábamos muy bien, al estar en una misma habitación, sólo existía el silencio y ese silencio se tornaba muy incómodo. Hace un par de años atrás habíamos tenido una discusión muy fuerte. Me había dicho cosas muy hirientes como "Tu eres una desgracia.... No sirves para nada... Eres un inútil.... no conseguirás ser alguien en la vida".
Esas palabras de un cierto modo me llegaron muy profundamente al corazón, no encontraba razón por la que mi padre me consideraba una desgracia para su apellido y para el mismo.Mi madre no me defendió en lo más mínimo, por el temor de que mi padre le pegara, así era mi padre. Él era un poco agresivo cuando las cosas no salían a su manera, pero no era culpa de uno, realizar las cosas tal y como el las pide y exige.
En fin, mi madre estaría feliz con mis calificaciones. Al menos eso pensaba.
Con forme fueron pasando los días desde el último día que realice la última prueba, así fueron entregando las pruebas revisadas.La calificación más alta obtenida fue de un 90, la satisfacción corría por mi cuerpo. Gracias a Madison, saque una muy buena calificación ahora me tocaba darle las gracias, con felicidad me acerqué a ella y dije.
— Muchas gracias Madison, gracias a ti he superado mis calificaciones "mediocres". De verdad te debo una —.
Madison respondido.
— ¡No es nada, tu tranquilo!. Estoy feliz de que hayas salido muy bien en las pruebas te felicitó —.
Entonces vi su felicidad en su rostro, estaba de una cierta forma orgullosa de mi, pero había algo más profundo. No quería preguntarle que sucedía porque talvez se sentiría incómoda.
Entonces evite la pregunta, ese día nos entregaron casi que todas las pruebas, todas superaron mis expectativas.Gracias a Madison subí mucho la calificación de las pruebas, comparadas a las de años anteriores, estás son las mejores. Y no era porqué me gustaba presumir sino que estaba asombrado de esas calificaciones. Al atardecer había llegado a mi casa, muy sonriente. Entré a mi casa, busqué a mi madre por todos lados. Pensaba mostrarle las calificaciones, pero en la cocina había encontrado un pedazo de papel el cuál decía
"Hola Dani, esperó que hallas llegado bien de la secundaria. Si no me encuentras en casa es porqué ando visitando a tu tía Elena. Quedarás juntó a tu padre, les dejé comida en el refrigerador, llegaré en un par de días. Esperó que te portes bien mientras no estoy en casa y no se escapes de noche!".Volví a dejar el trozo de papel en la mesa donde mi madre lo había dejado. Era abrumador saber que mi padre estaría esos dos días en casa, además lo incómodo que sería para mí estar con el. Por mi cabeza pasaba que no era nada más y nada menos que un plan de mi madre, para que mi padre y yo habláramos. Pero no lo conseguiría; sigo estando muy dolido por las palabras hirientes que me dirigió mi padre. Saber que soy una desgracia y un mal hijo, me pone un tanto enojado.
Al anochecer empecé a calentar en el microondas, la comida que mi madre había dejado lista en el refrigerador.
Después de haberla calentado por 2 minutos la saqué, con un trapo agarre el plato para no quemarme la mano. Serví un poco de comida en mi plato y el restó era para mi padre. Con disgustó procedí a llevarle el plato a mi padre hasta la sala, el se encontraba viendo un partido de fútbol en ese momento.Yo me llevé el plato hasta mi habitación y hay cene, había puesto un poco de música relajante para cenar tranquilamente, pero de pronto a otro escuché a mi padre gritar. Baje las escaleras un poco rápido, pero al llegar abajo vi a mi padre aún comiendo su cena.
En ese momento mi padre dijo.
— ¡Ven acá Daniel! —.
Como buen hijo fui hasta donde se encontraba el y respondí.
— ¿Que necesitas? —.
El dijo.
— ¡Está comida sabe un poco raro! —.
Yo le respondí.
— Mi madre la dejó en el refrigerador y puse en el microondas —.
El dijo.
— ¡Ni eso sabes hacer!. Vaya que si eres un inútil, ya te puedes largar a tu cuarto niño —.
Entonces dando una medida vuelta me fui nuevamente a la habItación, un poco frustrado pero aún así no hiba a dejar que me afectará mucho.
Entré nuevamente a mi habitación, la música aún sonaba, muy relajado cerré la puerta y me senté en un escritorio de madera que había en mi habitación, allí había puesto el plato de comida.La música le daba un buen toque a la hora de comer, yo no era de escuchar música, pero me animé ese día a escuchar.
De pronto escuchaba alguien que gritaba afuera de mi casa, parecía la voz de Madison, fui hasta mi ventana y efectivamente era ella. Entonces preparándome para salir, pensé en llevar un poco de comida a la colina, así compartiría tranquilamente con alguien que si es de mi agradó.Preparé la comida y la guardé en un pequeño bolso, el cuál generalmente usaba para llevar el almuerzo a la secundaria. Bajé por la ventana, sin que mi padre se diera cuenta y mucho menos le pedí permiso para salir con alguien.
Entonces baje y caminé hasta donde se encontraba Madison, entonces ella preguntó.
— ¿Oye que llevas hay?. ¿Estás escapando de casa? —.
Yo le respondí.
— No, solo llevó unas cosas para comer en la cima de la colina, mi padre estaba en casa hoy, además el y yo no nos llevamos muy bien. Así que decidí comer tranquilamente en la colina —.
Ella dijo.
— Está bien, solo no quiero que tengas problemas con tu padre por mi culpa —.
Entonces con emoción y entusiasmo agarré su mano y empezamos a correr hasta llegar a los pies de la colina, empezamos a subir despacio y como a los minutos después habíamos llegado hasta arriba.
Entonces saqué todo lo necesario, puse una manta azul en el césped, coloqué una pequeña candela encendida en el centro de la manta y después Madison y yo nos sentamos en la manta y empecé a servir la comida, obviamente tenía que compartirla con ella, adónde estaría mis modales al comer y ella no.Ella dio las gracias a la hora de entregarle su pequeño plato con comida. Todo era perfecto, la luna con su luz nos alumbraba encima de nuestras cabezas, la pequeña candela posicionada en medio de Madison y yo. Y aquél espléndido escenario de luces de la ciudad daban un gran detalle. Esa noche era muy mágica, hasta las estrellas se vian muy prendidas, ella enfrente de mi, la pequeña candela que estaba en medio de los dos daba un toqué especial y más para la mirada de Madison. Sus ojos resaltaban a un color café claro, nunca había visto su rostro iluminado, era semejante al de un ángel aunque nunca he visto un ángel. Pasamos un buen rato, mientras comíamos la cena que había llevado a la colina.
Para mi fueron dos horas juntó a Madison pero en realidad fue media hora y no digo que fueron dos horas porque Madison me aburre, sino que el tiempo juntó a ella se va volando.
Ya era hora de regresar, entonces empacamos todo nuevamente a la mochila que había llegado. Luego de eso ella procedió a quedarse un momento a solas mirando la luna, entonces yo me moví a 5 centímetros aproximadamente.
En un par de segundos ella regreso y dijo.
— ¡Ya es hora de irnos! —.
Yo respondí.
— ¡Si!. O sino mi padre se enojaria mucho si se da cuenta que me he escapado de casa —.
Entonces nos pusimos en marcha para llegar a mi casa, era un tanto extraño. Madison siempre tenía alguna conversación pero esa vez no teniamos nada de que hablar. La veía un poco preocupada o quizás no estaba muy atenta, pero como era de costumbre mi vergüenza a preguntarle sobre que le pasaba me ganaba.Llegamos a mi casa en varios minutos, Madison estaba por despedirse cuando mi padre salió muy enfadado.
Con furia llegó hasta donde estaba con Madison y me golpeó justo en la cara. Su golpe era tan fuerte que te había estromeserte del dolor tan inmenso.
Entonces mi padre dijo.
— ¿Que pases buenas noches señorita! —.
Madison dijo.
— ¡Por favor no le haga daño!. Señor se lo suplicó —.
Mi padre respondió.
— Tu no eres su padre, yo si. Tu no me dices que hacer con él. ¡Buenas noches señorita! —.
Entonces vi que Madison se fue corriendo. Mi padre me sujeto muy fuerte de mi brazo derecho y me llevó hasta la puerta de la casa, llegando a la puerta me hizo tirado al suelo. Me empujó más adentró de la casa, cerró la puerta y sacó su faja para seguir agrediendome. El hacerme daño, él parecía disfrutarlo mucho. Al rato me dejó y me fui directo a mi habitación.
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Soñando bajo la luna
Teen FictionUna historia de amor entre dos jóvenes que se conocen en el último año de la secundaria, el chico siendo un poco anti-social conoce a la chica popular de la clase, siendo el primer dia Madison consigue ser amiga de Daniel. Juntos pasaran un año com...