Capítulo 5.

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Con tanto dolor entre a mi habitación, muy adolorido me acosté en mi cama, intentaba cerrar mis ojos, pero el dolor lo impedía.
Cuando por fin me llegaba el sueño, recibí un mensaje de Madison el cuál decía si me encontraba bien, pero para no preocuparla le respondí que sí.

Entonces apagué mi teléfono celular y cerré nuevamente mis ojos.
Al despertar a la mañana siguiente, me levanté más adolorido y con un gran morete en la cara, el cuál se notaba mucho. Pero aún así tendría que ir a la secundaria, no me quería arriesgar a quedarme en casa y verle la cara a mi padre. Entonces me aliste y salí de la casa sin desayunar.

Empecé con el mismo recorrido, primero me encontré a Sebastián, su expresión cambió muy rápido al ver mi rostro con un gran morete. Entonces el se preocupó tanto hasta que le dije que me había golpeado con la pared.
Luego nos entramos con Diego y también se noto muy preocupado con respecto a mi rostro, pero también le dije lo mismo que a Sebastián. Y por último Madison, ella se notó aún más preocupada que los chicos.
Empezó a realizar muchas preguntas, pero no sabía como responderle, además le habia dicho a los chicos que me había golpeado contra la pared. De seguro llegaría nuestra amistad hasta que les dijera que era mentira, qie no había chocado con ninguna pared. Madison reveló que mi padre me golpeó en la cara y aún así los chicos se notaron muy preocupados por mí. Al parecer no les importó que les haya mentido sobre el golpe, pero no quería que se preocuparan por mí o que fueran a reclamarle a mi padre. De pronto Madison se acercó hacia mi, de seguro fue para ver más de cerca el golpe, entonces dije.
— ¡Ya basta, no se preocupen estaré bien! —.
Entonces empezamos a dirigirnos hacia la secundaria, pero los chicos no paraban de hacerme preguntas. Hasta que Sebastián preguntó.
— ¿Y porque tu padre estaba tan enojado? —.
Entonces Madison y yo nos miramos el uno al otro, ninguno de los dos se atrevía a responder aquella pregunta entonces Diego dijo.
— Y porqué esté silencio tan repentino. ¿Madison, tu sabes la razón? —.
A penas abrí mi boca Madison contestó.
— Nosotros vamos cada noche a un lugar, para ver las estrellas y juntó a eso mirar las luces del pueblo. ¿Quieren venir con nosotros está noche? —.

Los chicos no dudaron en rechazar tan buena idea. Aquel lugar era mágico para cualquiera, incluso para mi. Claramente su belleza era inevitable y mucho menos para mí. Mi gran sueño es ser un gran astrónomo, ir más allá de este planeta. Conocer más sobre los orígenes de todo lo que nos rodea en el espacio.

Pero algo hablaba dentro de mí, era una sola cosa. Y eso era sobre que no me sentiría a gusto con Madison teniendo presente a mis amigos. Quizás hiba ser un poco incómodo ya que me estaba acostumbrando a estar a solas con Madison.
Según nosotros soñábamos bajo la luna, pidiendo deseos y tomándonos fotos. Los deseos que por noches pedíamos al tiempo Inclusive ya teniamos planeado irnos a acampar en la colina, pero presentía que algo malo iba a suceder.

En fín, mientras caminabamos no nos percatamos de nuestro alrededor hasta que de un pronto a otro nos dimos cuenta que ya habíamos llegado a la secundaria. Al entrar todos los chicos de la secundaria se me quedaban viendo de una manera extraña, quizás era por el golpe o talvez era porque no me peine bien o podía ser otra cosa.

Mientras tanto no me quitaban la mirada de encima, hasta que una profesora se acercó hacía mi y dijo.
— ¡Buenos dias chicos!. ¿Chico que te sucedió en el rostro? —.
Nosotros muy respetuosos respondemos a su Buenos dias y entonces procedí a contarle a la profesora, pero claro no le diría que mi padre fue quién me golpeó, pero aún asi contesté a su pregunta.
— Señorita, el día de anoche me caí de mi cama, entonces caí muy fuerte y me golpee el rostro —.
La profesora no quedó muy convencida de esa mentira pero aún así dio la media vuelta y se marchó.
Los chicos y yo seguimos caminando hasta llegar al salón de educación musical.

Soñando bajo la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora