Capítulo 12.

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Yo me encontraba esperado a que el doctor diera la orden que podíamos pasar a ver a Madison, lo más seguro era que hibamos a pasar de uno en uno.

Mis ansias de ver como se encontraba Madison eran inmensas, quería saber su estado, como se sentía, que le dolía quería saberlo todo.
Aproximadamente a los 30 minutos después el doctor dio la orden que solo podía pasar una persona al cuarto.

Primero dijo que yo podía ser el primero en verla ya que era "su familia" presente en ese momento.
El doctor dijo que lo siguiera hasta la puerta donde estaba Madi, entonces empezamos a caminar hasta llegar a un elevador, el tocó el botón del piso número 7, entramos y de pronto sientes que caeras hacía abajo pero en realidad es cuando se empezará a mover el elevador.
El doctor me dijo.
— ¡Tranquilo chico!. Ella esta bien, sólo que necesita que estemls chequeando su estado, pero todo está bien. Tienes suerte de ser su novio, cuidala mucho, eso es lo único que te puedo decir, además tienes que estar siempre para ella, cuando ella te necesite tu tienes que atender su llamado. Así que les deseo lo mejor a ustedes dos —.
Con todo respeto le dije.
— ¡Claro!. La cuidaré mucho, más como me cuidó yo mismo, estaré si es necesario las 24 horas por 7 días. No me quitaré de su lado —.
El doctor respondió.
— ¡Muy bien!. Hemos llegado al piso donde se encuentra la camilla de Madison. Te deseo suerte —.
Con amabilidad le respondí con un gracias, inmediatamente nos bajamos del elevador y me ordenó a que me pusiera unos elementos de ropa, por si acaso tuviera algún virus pegado a mi ropa.

Entonces me cambié rápidamente y me dirigí juntó al doctor a la habitación.
Entré a la habitación y me encontré a Madison muy dormida y pues claramente como no lo estaría, me acerqué hacía ella y dije en voz baja.
— ¡He llegado mi corazón!. Estoy aquí para cuidarte. Se que eres fuerte y saldrás de aquí muy rápido —.
La habitación estaba en completo silencio, solo se escuchaba su respirar.
Me dolió verla de tal manera pero tenía que ser fuerte, me senté al lado derecho de la camilla, tomé su mano. Su mano estaba un poco fría, así que decidí calentarla con mi calor de mi mano. Sostuve su mano por varios minutos, de repente sentí que Madison apretó un poco mi mano, miré hacía su rostro y parecía estar abriendo los ojos.
Entonces yo dije.
— ¡Hola mi amor!. ¿Cómo estás?. Estoy muy felíz de que te encuentres bien —.
Ella me miró por unos instantes y me respondió.
— ¡Hola mi amor!. ¿Que hago aquí? —.
Entonces decidí explicarle un poco de lo que había sucedido, aunque deje la peor parte a los doctores, no sabía como ella reaccionaría a tal notícia o quizás ella ya lo sabía pero me lo había ocultado.

De pronto el doctor entró y miro que qMadison había despertado. Yo le dije al doctor que ya le había dicho todo lo que había pasado, pero que la notícia mejor se la diera él.
Y asi fue, el doctor le explicó acerca de su cáncer. El doctor le preguntó que si ya estaba enterada de que tenía cáncer de estómago y ella acertó con la cabeza, ella sabía que tenía cáncer y me lo había ocultado.
Con razón meses atrás me la había encontrado en el hospital y era porque se estaba haciendo su chequeo para ver como hiba el cáncer.
Era tan increíble saber que a principio de año, ella preguntó si yo tenía alguna problema y eso era dándome una pista de lo que ella padecía, ella quería saber si yo tenía alguna enfermedad. Durante todo lo que hiba del año ella me daba respuestas a las cosas que sucedían. Pero aún así, si ella me lo ocultó fue porque no me quería perder.
Al estar pensando tantas cosas en mi mente, Madison tomó de mi mano y dijo.
— No quiero que te vayas de mi vida, si no te lo dije fue por miedo a perderte. Perdóname por favor, eres mi único amor verdadero —.
Con un par de lágrimas en sus mejillas ella me vio con cara de tristeza.
Entonces yo le respondí.
— ¡Claro!. Te perdonaría hasta el final, eres lo mejor que me ha pasado esté año, nunca creí encontrar el amor verdadero y con certeza se que lo he encontrado. Te amo Madi —. 
Madison sujeto más fuerte mi mano, de pronto ella empezó a llorar sobre lo arrepentida de no habermelo contado antes y que por ella yo sufriría mucho.

Pero en realidad no sería así, está claro me asusté por un momento llegarla a perder para siempre, pero ella nunca sería una carga para mi vida. Ella hizo que creyera en el amor, ella fue mi primer amor, por la ayuda de ella soy quien soy el día de hoy. Gracias a ella cambié unos pequeños aspectos de mi vida y juntó a ella planeaba pasarla el resto de nuestras vidas.

El doctor interrumpiendo nuestro momento dijo ya había terminado mi tiempo de visita, asi que rápidamente agarré la mano de Madison y dije.
— ¡Te amo!. ¡Pronto volveré, te lo prometo! —.
Entonces el doctor y yo dimos media vuelta y salimos de la habitación. Mientras caminábamos de regreso a la sala de espera, hiba felíz de haber visto a Madison con esa misma actitud positiva de siempre. Aunque si me dolió que dijera que la hiba a abandonar por su enfermedad, pero mi pienso hacerlo jamás. Ella lo es todo para mí.
Rápidamente habíamos llegado a la sala de espera y mis profesores estaban contentos de que halla regresado. En seguida se dirigía la profesora de orientación con el doctor para dirigirse a la sala en donde se encontraba Madison.
Los otros profesores preguntaron por el estado de ella y yo les respondió que estaba de lo mejor, con su misma actitud positiva de siempre.

Mi madre y mis amigos habían llegado al rato de haber regresado a la sala de espera, ellos me preguntaron sobre ella y les respondía que estaba muy bien.
Conforme fueron pasando los días, la salud de Madison parecía ir mejorando hasta que por fin una mañana de noviembre decidieron darle la salida del hospital. Ese día fue tan alegré, volverla a ver, estar juntos otra vez y estar con nuestros amigos era parte de nuestros planes.
Días después de la salida de Madison del hospital, le hicimos una bienvenida, pero tristemente teníamos que empezar a estudiar para los exámenes de bachillerato, las temibles pruebas comenzaron a finales de noviembre.

Comenzando con Matemáticas y finalizando con Español. Dichosamente nos habíamos preparado muy bien; un par de semanas después habían llegado las calificaciones obtenidas en los exámenes.
Mis amigos, Madison y yo lo habíamos logrado, por fin somos bachilleres, saldremos de la secundaria e iremos a perseguir nuestros sueños ya no como adolescentes sino como adultos responsables que harán lo mejor para seguir adelanté.
Para conmemorar la ocasión, ese día por la noche fuimos a la colina, para divertirnos un poco y pasar un tiempo entre nosotros.

Nos sentamos en círculo y comenzamos a decir que sería de nuestras vidas a partir de ahora que ya somos bachilleres, somos nuevos integrantes de la sociedad, que hará mejor esté mundo.
Luego de varias horas, ya cansados volvimos a nuestras casas, ahora lo que nos faltaba era la graduación que sería por la mañana del día 8 diciembre y por la noche sería el baile de graduación.
Los chicos iríamos muy bien vestuarios al baile y Madison dijo que iría con un bello vestido.
A pesar de todo lo sucedido, Madison se ve muy alegre y está más divertida que antes. Será que me habré enamorado más de ella o será que habrá sucedido cosas buenas mientras estaba dormida en el hospital, pero sea lo que sea... siempre me encantará su forma de ser.
Fueron pasando los días, al igual que la convivencia; se sentía una gran emoción por graduarse, días antes no podía dormir de la emoción. Sentía un hormigueo en el estómago, aveces era que hiban a pasar cosas malas, pero tenía la fe de que está vez hiba a ser algo bueno y que ese día sería el mejor y el último día como estudiantes de secundaria.
Nuestro año estudiantil estaría acabando dentro de poco.

Soñando bajo la lunaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora