Capítulo 1.

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A Jack no le tomó demasiado tiempo perder a sus "guardaespaldas", que más bien era una forma muy decorativa de llamar a esos carceleros que no le dejaban ni respirar sin ofrecerle su ayuda para hacerlo.

En el bolsillo solo llevaba su billetera y su teléfono móvil. Agh, ¿en qué estaba pensando?

El viento del atardecer golpeó su rostro, y se dijo que al menos esa libertad momentánea, fuera del lugar donde todos le decían lo que debía hacer, valía la pena.

Pocas veces había tenido la oportunidad de recorrer realmente la ciudad. No le estaba permitido andar por allí. Una vez se había escapado con su mejor amigo Wyatt para ver un poco. Dios, el castigo que se había llevado aquella vez había sido de proporciones épicas.

Finalmente, se sentó en la banca de un parque y sacó su teléfono (53% de batería, nada prometedor). Fue directo a instagram y de ahí a la cuenta de Danielle, su supuesta prometida.

Observó sus fotos. Rubia. Ojos verdes. En todas lucía muy seria y con trajes elegantes. Jack sabía que era linda, lo sabía porque todos se lo decían, todo el tiempo.

"Que afortunado eres, Jack"

Pero a Jack no le parece, él no la quiere. Vamos, ni siquiera la conoce.

Se levanta de la banca y camina hacia la calle, con la mirada fija en el teléfono. ¿Por qué tenía que ser esa su vida?

Iba tan distraído en sus divagaciones que no se dio cuenta de que un auto venía hacia él hasta que el escuchó a alguien gritar: "¡Cuidado!"

Debía correr, pero se quedó paralizado.

....


Finn vaga por las calles, perdido y desesperanzado. La gente le dedica miradas hostiles, tal vez por su aspecto, tal vez porque saben de alguna forma que él no pertenece allí.

Toda su vida, Finn vivió en el bosque, lejos de la sociedad, estudiando en casa. Los sonidos son tantos en esta ciudad a la que ha llegado, que lo marean.

Vagando, llega a un parque que está vacío... Bueno, a excepción de un chico.

Finn se le queda viendo sin poder evitarlo.

Tiene el cabello en risos bonitos y lleva ropa desarreglada, la piel bronceada y la nariz pequeña. Ve concentrado su teléfono, sentado en una banca.

Es la primera persona que ve aquí en la ciudad que luce... perdido... Perdido igual que Finn.

Cuando está apunto de acercarse (sacando fuerzas para combatir horrible timidez), el chico se pone de pie y camina hacia la calle, con la vista fija en su teléfono. Camina hacia la calle y cruza sin mirar.

Finn comienza a acercarse sin saber que lo impulsa. Un auto se acerca al chico. Oh dios, va a atropellarlo.

—¡Cuidado!— le grita.

El chico se queda paralizado en medio de la calle.

Finn no duda. De un fuerte empujón, lo taclea y ambos caen con un golpe seco al otro lado de la calle. Finn está literalmente sobre el chico, que ha cerrado los ojos.

Cuando los abre, Finn está seguro que esos ojos cafés son los más hermosos que ha visto en su vida.

—¿Estás bien?— le pregunta Finn, sin quitarse de encima.

Se sienten las respiraciones de ambos casi entremezcladas.

Él...

....

Caos | Fack AU.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora