Caos | Fack AU.

Capítulo 8.

Jack y Finn no han hablado aún de su relación, todo es tan vertiginoso y rápido y dulce y maravilloso que ninguno se ha atrevido a hablar del después. Ahora, caminan con las manos entrelazadas por la larga alameda del centro.

—Así que... ¿vienes de Maine?— le dice el castaño cuando el más alto termina de contarle como es su ciudad.

Finn asiente, acariciando la mano de Jack con el pulgar.

—En las afueras de Bangor, cerca de Derry— aclara.

Jack mira al cielo plagado de estrellas que se pierden entre las luces de las farolas y sonríe con anhelo.

—Las estrellas deben verse mucho mejor allá, ¿no?— dice.

Finn sonríe levemente al ver los ojos del contrario brillar de emoción. La verdad, desde la muerte de su madre, nunca se había tomado un momento para alzar la cabeza y mirar las estrellas.

—Supongo que sí...— murmura al fin.

Jack sonríe de medio lado y lo mira un momento, aprovechando que Finn tiene la vista fija en el cielo. Su cabello, sus labios que se curvan en una leve sonrisa, sus ojos... Jack no sabe como ha pasado en tan poco tiempo, pero todo de él le gusta.

Finn voltea hacia él al sentir su mirada y le dedica una sonrisa de las suyas, tímida y suave.

—¿En qué piensas?— le pregunta.

—En lo mucho que me gustas— responde Jack sin dudarlo.

Las mejillas de Finn se tiñen de rojo. Detiene su andar y, al ir de la mano, Jack se detiene también.

—¿Jack?

—¿Sí?

—Ahora voy a besarte.

Jack sonríe y se deja llevar cuando los labios de Finn se posan sobre los suyos. No hay sueño ni cansancio, solo la euforia que les produce lo que sienten el uno por el otro. Jack pone sus manos sobre las mejillas de Finn y éste a su vez toma a Jack por la cintura.

Parece que aún puedo sentir... Piensan ambos, y eso les hace sonreír al separarse.

—¿A dónde iremos ahora?— le pregunta Finn.

Jack hace una mueca pensativa, arrugando la nariz. Finn no se resiste y deposita un beso en la punta de ésta, lo que hace a Jack sonreír enternecido.

—Umm, al final de ésta alameda hay una especie de bar-restaurant, está cerca de la terminal— dice Jack—. Podríamos ir allí a charlar un rato.

Finn asiente.

—Eso me gusta, quiero saber más de tí.

—Y yo de tí— responde Jack.

Esta vez, Finn va a contarle todo lo que lo trajo hasta aquí. Aunque... ¿Le quedará tiempo para hacerlo antes de que todo estalle?

El tiempo corre y ellos no saben que caminar hacia allí será como caminar hacia el peor de los peligros que han enfrentado esta noche...

Porque el padre de Finn aún está en la terminal.

....

El padre de Finn Wolhard ve pasar a su hijo por la vereda del frente y le hierve la sangre. Va como todo un maldito marica, de la mano de otro chico. Está sonriendo. Agh, como le gustaría borrar esa maldita sonrisa de su rostro.

Los ve entrar a un bar-restaurant frente a la terminal donde el se encuentra. Espera un poco y se encamina hasta allá.

Es hora de acabar con ese maldito niño de una vez por todas.