Capítulo 4.

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Robert Wolfhard toma un autobús esa noche, luego de interrogar a las personas de la estación de autobuses acerca de un chico, su hijo.

Finn creía que podría escapar, pero era iluso, siempre lo había sido, y por eso Robert creía que debía ser mano firme con él, disciplinario. Lo había sido toda la vida, pero ya estaba cansado de ese mocoso.

De todas formas no duraría mucho allí fuera, pero si encontraba a Finn primero, le pondría punto final a algo que creía debía haber acabado hace mucho.

....

Jack y Finn compran cafés en vaso de plástico en un puesto nocturno y se dedican a vagar un rato por la ciudad. Por el momento, no les hace falta un destino al que llegar.

Jack le cuenta a Finn que su familia es algo... tradicionalista (no quiere decirle que prácticamente son millonarios, porque la gente suele verlo de otra manera siempre que lo menciona).

—¿Iban a obligarte a... casarte?— Finn se muestra bastante sorprendido—. Pero si solo tienes dieciocho años.

Jack hace una mueca y se encoge de hombros.

—Para ellos es algo normal. Ya sabes, todo muy siglo catorce— bromea un poco, sonriéndole.

Finn le devuelve una sonrisa de empatía. Es extraño. Todo en Finn lo es. Jack se siente inevitablemente atraído por sus risos oscuros y su mirada profunda. Es "un bombón", como dice Wyatt cuando habla de su novio, Jaeden.

Finn ve en Jack algo que no había visto nunca en nadie. Las personas siempre pasan de largo, haciéndolo sentir invisible. Jack se había parado a mirarlo y le había extendido la mano. Además, sin querer queriendo, siempre sería su primer beso.

Sin darse cuenta, ambos se quedan mirando, y cuando lo notan, sueltan una risita nerviosa a la vez, algo sonrojados.

Jack mira la hora en su reloj de muñeca: Las 11:09 p.m.

—Vaya, es tarde...

No quiere que acabe. Es la primera vez en mucho tiempo que realmente se siente libre.

Finn hace una mueca.

—¿Ah sí?

—¿Crees que deberíamos...?

Finn niega rápidamente con la cabeza.

—Puedes mostrarme... ¿otros lugares de la ciudad?

Jack sonríe levemente y le guiña un ojo.

—Eso será un placer, mi querido Finn.


....

—Esto es... Muy alto...— comenta Finn, tragando saliva.

Se encuentran en el tejado del edificio más alto de la ciudad. Unas vayas rodean los bordes para evitar que los turistas no terminen cayendo al vacío.

—¿Le temes a las alturas?— pregunta Jack alzando una ceja.

Finn hace una mueca.

—Hasta ahora creía que no...

—Tranquilo, yo te protejo— bromea Jack, apegándose a él.

—Perdona, pero no creo que pueda protegerme un chico tan...— una sonrisa traviesa se dibuja en el rostro del mas alto— pequeño.

—¡No soy pequeño! ¡Mi estatura está dentro del promedio!— reclama Jack, cruzándose de brazos y desviando la mirada al lado contrario.

Caos | Fack AU.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora