Capítulo 8

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Comenzaba el viaje de regreso a casa, hace tres años estaba en esta misma situación, pero llegaba, hoy me voy, me voy enamorada, confundida pero con esperanza, tengo una guardiana que me protege, que tiene unos ojos hermosos, una gran lengua y mucho pelo, negro y grueso, está sentada junto a mí y me mira con cara de perro, tengo a mi familia que me espera allá, tengo a mi mejor amigo que está lejos pero siempre en mi corazón y tengo a ese que inspira mi corazón y que siempre lo hará.

Las horas de viaje fueron tan horribles como las recordaba, estaba cansada, aburrida, con mi genio horrible y con mi Gus cansado y holgazán, pero que importaba, estaba de vuelta en casa; cuando llegamos a buscar el equipaje, pude ver a mamá, a Sarah y a papá desde la ventana. Esperé ansiosa mis maletas, cuando las tuve todas salí prácticamente corriendo. Ahí estaban, por fin conmigo.

– Mamá, papá, Sarah.

– ¡Hija! – los tres me abrazaron al mismo tiempo. Después de un par de preguntas, papá tomó mis maletas, Sarah a Gus y mamá se quedó conmigo.

– ¡Por fin lo entendiste! – una sonrisa se posó en sus labios.

– ¿Qué?

– Por fin te diste cuenta que lo amabas.

– ¡Como rayos lo sabes!

– Te conozco demasiado, eres tan predecible amor.

– A veces me das miedo mamá.

– ¿Solo renunciaras a él?, ¿no vale la pena luchar?

– No mamá, él se merece una vida humana y conmigo no la va a tener, si me quedo con él no puedo ser humana, debo ser guardiana, no quiero arriesgarlo.

– Te entiendo.

– Solo haré de cuenta que esto no pasó y que él es mi amigo, nada más.

– Está bien – de camino a casa no podía dejar de mirar el paisaje, lo había extrañado, la playa, la arena, el sol, todo.

El hotel estaba distinto, bueno pasaron tres años, más grande, otro color, otro ambiente, era encantador. Entré y ahí estaban todos, miembros y personal del hotel con un enorme pastel, globos y mucha emoción, esto era perfecto. Compartimos en una deliciosa reunión, todo muy en familia.

– ¡Atención todos por favor!, estamos todos muy contentos de que nuestra hija haya vuelto a casa después de tres años, nos enorgullece tener a nuestra pequeña artista de vuelta – se dio vuelta para quedar frente a mí – hija estamos muy orgullosos de ti y de todo lo que has logrado, es por eso que con mamá y Sarah hemos preparado este salón para ti, desde hoy este es tu salón, puedes pintarlo como se te antoje y aquí harás tus exposiciones, aquí todos los huéspedes verán lo talentosa que eres; Bienvenida a casa Ani – no lo podía creer, tenía mi propio salón, se llama Angel, es el mismo escenario que tenía cuando llegué a la casa de Will, paredes blancas, tarros de pintura, brochas, pinceles, esto era el paraíso.

– Gracias papá, no sé qué decir, me encanta – cuando todo estuvo en su lugar y la reunión se terminó me fui al salón, miraba las paredes blancas y solo podía ver una cosa "Libertad en tu travesía", alas extendidas, no podía dejar de pensar en Max, lo extrañaba.

– ¿Difícil tarea?

– No, claro que no, solo tengo una imagen plasmada en mi mente y no sé si pintarla o no.

– ¿Qué imagen?

– Alas, alas extendidas con la frase "Libertad en tu travesía"

– ¿Libertad en tu travesía?

Mi ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora