Capítulo 13

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Llegué a mi habitación con los nervios de punta, no estoy segura de que tan buena idea es esta, pero no puedo retractarme, tengo que salvar a León, él no puede morirse, no ahora. Tomé la cajita donde guardo todas las cosas que me manda Angie y las cartas de mis padres. Me cambié mi habitual vertido, con un poco de ayuda conseguí unos pantalones, una camiseta y una chaqueta, pensé que podría camuflarme, pero brillaban igual que el vestido, al menos estaba más cómoda. Cuando estuve lista, salí con dirección hacia la puerta dorada, ahí estaba Uriel y Jake esperándome.

– Ya es hora, bajaré contigo Ani.

– Angel, antes de que bajes tenemos que decirte algo.

– Que pasa Jake.

– Tus poderes de guardiana se activaran a penas pises tierra, podrás camuflar tus alas, pero no tu brillo, debes buscar ropa normal, se cuidadosa, ningún humano puede sospechar de ti, a menos que sepa de tu existencia, ya sea de guardiana o de ángel; apenas pises tierra debes buscar el hotel de tus padres, así tendrás una referencia, yo llego hasta aquí, te deseo lo mejor, espero que lo logres.

– Gracias Jake, por todo – nos dimos un abrazo fuerte y cuando lo solté sentí como el piso desaparecía de mis pies y de cómo cada vez estaba más cerca de encontrar todo de nuevo. Cuando pisé tierra sentí eso que me faltó todos estos años, ahora estaba en mi verdadero hogar.

– Ani, ten cuidado, si pasa algo, si te descubren te lo informaré, podrás escucharme, solo necesito una pluma de tus alas – saca una cuidadosamente.

– Gracias Uriel, gracias por cuidarme, por ayudarme y por no dejarme olvidarlo.

– Hice una promesa querida y no pienso romperla, éxito, te toca volver a ser feliz – lo abracé con todas mis fuerzas – estaré en contacto – dicho eso Uriel volvió de regreso al cielo.

Cuando volví a mí, noté que estaba en un terreno vacío, había pasto y muchos árboles, sé que estoy en Robe, pero nunca había estado aquí, ¿cómo se supone que encontraré a León?

Tengo 15 días para volver con él, para que los ángeles líderes se den cuenta de esa conexión, de qué tan importante es para nosotros y para los guardianes; Comencé a caminar hacia abajo, en el horizonte se veía el mar, estando en la playa me será más fácil saber dónde estoy.

Estaba en el cielo, él en la tierra, soy un ángel, él es un humano, pero seguimos teniendo esa conexión, esa que podía salvar a los guardianes, bajé a buscarlo con un propósito, salvarlo, mantenerlo inmortal igual que yo, no me importa ser un ángel, no quiero las alas y no quiero el cielo si eso no me deja tenerlo a él, prefiero ser su guardiana, prefiero ser mortal, amarlo, besarlo, envejecer con él y morir sabiendo que lo tuve conmigo hasta que mis pulmones dejaron de llenarse con aire.

Caminé alrededor de dos horas y aun no llegaba a la costa, debía esconderme seguido para que los humanos no me vieran, tenía mis alas ocultas, pero seguía brillando, eso definitivamente llamaba la atención. Cuando llegué a la costa el sol se había puesto, la brisa hacía de las suyas. Me senté en la arena sintiéndola, acariciándola, 20 años esperando por esto, se sentía increíble. Esa noche me dio tiempo para pensar en todo lo que había pasado en las últimas horas, leí las cartas de mis padres otra vez, me emocioné hasta las lágrimas, no puedo sentirme más orgullosa de esas dos personas que me dieron la vida.

En todos los años que han pasado desde que me enteré de este mundo, nunca me había sentido tan feliz de volver a ser parte de los guardianes, aún recuerdo cuando Alex se apareció en mi estudio diciendo que era mi guardiana, cuando me asignaron a Absa, cuando encontré a León, cuando juré, cuando me enteré de que Andrew era un Kralico, cuando Alex se fue, cuando León renunció a mí, cuando An me apuñaló, cuando lo dejé y nunca dejé de amar y ahora sentada en la playa, en busca de mi amor, en busca de esa travesía que siempre quise y que nunca pensé que cumpliría, pero nunca noté que este mundo, que los guardianes y los ángeles, que León y Angie son mi travesía, lo que siempre quise en mi vida, una aventura, algo que pueda contarle a mis... bueno espero algún día poder tener un hijo, aunque sea adoptarlos, ya que, cuando Andrew me apuñaló me quitó la posibilidad de volver a ser madre. Ser un libro de historia, que alguien se siente y me escuche y se asombre con mis historias.

Pasaron los primeros tres días y aun caminaba. Esa tarde encontré el hotel de papá y mamá, ahora es más grande, remodelado, más bonito, había mucha gente en su interior, era imposible entrar, no podría saludar a nadie, pero a lo lejos vi a Sarah y Charlie, conversaban con un huésped, se veía tan hermosa, definitivamente los años habían pasado por ella, pero seguía siendo hermosa. Miré hacia el frente para seguir mi camino cuando a lo lejos vi a mi Gus, corriendo a toda velocidad hacia mí, no creí que tuviera tanta energía, se supone que es viejo.

– Hola Gussy, mi pequeño perro, tantos años que dejé de verte y aun me reconoces, pensé que estarías molesto por dejarte, perdóname cucciolo no sabes lo mucho que te extrañé – lo abracé, él me hacía cariño con su lengua, definitivamente sabía quién era.

– Disculpa a mi perro, no sabe controlar sus emociones – un humano, los ángeles, rayos – Soy Angeli, ¿tú eres? – ¿Angeli?, era mi pequeña.

– Hola Angie, soy Angel.

– Te llamas igual que mi tía.

– ¿De verdad?

– Si, pero ella no está aquí.

– Pero la podrás ver muy pronto, de eso estoy segura...

– Angel Martin, ¿qué haces aquí?

– ¡Absa!

– ¿Se conocen?

– Angie, ella es Ani, tu madrina – los ojos de Angie se abrieron y me miraron con incredulidad.

– Por eso Gus corrió hacia ti, tú eres Ani, por fin estas aquí – corrió rápido hacia mí y me abrazó con fuerza, como si de verdad hubiera esperado durante mucho tiempo.

– Mi pequeña, no sabes lo mucho que te he extrañado, eres hermosa.

– Tenemos que entrar, mamá se pondrá feliz.

– Amor, ella no puede entrar.

– ¿Por qué no amor, ella es mi madrina, es mi tía, es la hermana de mamá?

– Es un ángel ¿recuerdas?, ningún humano puede verla.

– Volveré pronto Angie, te lo prometo, ahora tengo que irme, te quiero muchísimo princesa, de verdad que sí.

– ¿Dónde vas Ani?

– Tengo que encontrar a León.

– Ani, Leo se fue...

– ¿Qué?, ¿a dónde?

– A Paris, es Andy, se va a casar.

– Absa, tengo que encontrarlo, ¿cuándo vuelve?

– Un mes, tal vez tres semanas.

– No tengo tres semanas, solo 12 días, romperán la conexión, él se volverá mortal, morirá.

– Solo tenemos una opción, anda a su casa y ve que puedes hacer o encontrar, tal vez encuentres como localizarlo y decirle que no se vaya o que vuelva, si sabe que soy yo no me va a contestar, últimamente lo hemos visto muy poco.

– ¿Dónde está su casa?

– Sigue por la playa, te encontraras con una casa grande, es la única, vive literalmente solo, no tiene vecinos – sin decir más comencé a correr por la playa, debía detenerlo, él debía volver, no lo dejaría solo, no otra vez.


Mi ÁngelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora