Capítulo Uno.

164 17 7
                                    

●••●

Lo recuerdo todo.

Desde el momento en que te vi hasta el final. La primera vez que nos conocimos. Tu presentación al reencontrarnos con una fascinación en tu mirada; una elocuente sonrisa al observarme llegar a tu lado; qué ironía sonaba esto ¿No? Pues nuestras vidas eran completamente diferentes y he ahí el problema. Los polos opuestos se atraían para crear una conexión inevitable.

No nos podíamos evitar aun que quisiéramos. Estábamos predestinados a congeniar en esa faceta de nuestras vidas. Era inevitable no querer, querernos. Era imposible no encapricharnos uno del otro.

―Mucho gusto, Ellen. ―Lo había dicho sin ánimos porque ese día estaba con problemas menstruales, y un chico con pene no podía entendernos así que por eso me catalogaste como una odiosa inalcanzable.

Observe tu vestimenta mientras decías tu nombre cosa que pregunte de nuevo porque no me interesabas en absoluto. Y no solo eso sino que te atravesabas con esa sonrisa alegre y un aura de estar disfrutando de tu día mientras que yo rogaba por irme a la cama y revolcarme en mi dolor nada más que con mi dolor. Llevabas una camiseta de mangas cortas esta era de un color que me encantaba. ―Creo que hasta eso cupido te había dicho para que una pisca de interés creciera dentro de mí― Color vino tinto. Unos jeans completamente pegados a tus piernas y no porque eras atleta si no porque se te veía que antes sumabas unos kilos demás. No te visualice como un chico atractivo, no, tú poseías todo. Menos belleza.

Entonces tus características eran completamente diferentes a lo que yo normalmente buscaba en un chico. Tenías una inmensa nariz, tu sonrisa era hermosa, tus ojos algo achicados con un brillo en esas dos tazas de café oscuras, medias 1.70 metros de altura o eso creo porque la verdad era un elfo delante de ti. Tú poseías unos hermosos hoyuelos al mostrar todos tus dientes tan blancos como una pared de hospital un cuello largo, un corte de cabello varonil color castaño oscuro.

Y no sé cómo pude enamorarme de eso...

Y no lo digo por lo físico. De verdad eres hermoso, pero normalmente siempre salía con chicos más corpulentos algunos hasta eran más altos que tú y con un ego por los cielos. Pero además de lo físico pude enamorarme de tu confianza en como hacías parecer todo tan fácil; de cómo hacías bromas a pesar de no reír contigo y los demás. Me enamore de tu mirada llena de vida de como querías ayudarme a sonreír a pesar de no conocerme, y que no sabías que sufría internamente por algo más que mi dolor menstrual.

°•Eres otro en mi vida.•°Donde viven las historias. Descúbrelo ahora