Aunque Max se pasaba sus tardes cuidando una pequeña finca lechera, tenía el ímpetu de un domador de potros salvajes. Charles comenzó a pasar sus tardes admirando al joven alemán y el dueño de la finca no le dio importancia a la vieja cerca o su presencia, Charles suspiraba enamorado por el chico que le dijo "idiota" con la misma seguridad con la que caminaba seguido por una fila de pollitos amarillos y blancos.
— "Le hiciste un favor a mi padre, el dueño le mando a tirar esa cerca el día de ayer"
Y entonces Max le hablo, y a él le pareció el mejor momento de su vida.
Realmente olvidó los detalles entre el punto de ser ignorado por Max y el punto de intentar escalar un enorme roble mientras Max se burlaba de él desde una de las gruesas ramas, pero se permitía disfrutar, ya en su adultez, cuando en momentos de ensoñación podía ver una larga secuencia de momentos juntos correr por su mente.
Fumar entre paja y cobijas en el segundo piso del granero rojo, manejar un auto que quizá era robado o prestado, bailar como idiotas bajo una noche estrellada, modelar prendas de Raven mientras ella tomaba fotos con una de esas rústicas cámaras que se pusieron de moda en la época, tomar cerveza alemana del padre de Max, perseguir una vaca rebelde.
Solo tenían 16, se sentían dueños del mundo, besarse tras discutir a gritos, terminar más desnudos que vestidos en la parte de atrás del invernadero, ellos eran jóvenes aún.
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Recuerda
FanfictionCharles tiene que regresar a la hacienda de su padre, un inversionista alemán desea comprarla, y él no puede dejar de recordar todo lo que vivió en esa hacienda junto a un migrante alemán llamado Max. AU sin poderes