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Presionó un poco más fuerte el volante, desde su asiento podía ver la entrada de la zona de invernaderos, el comprador se encontraba examinando el invernadero principal junto al cuidador jefe de la propiedad, se lo notificaron por mensajes.

Charles debía ser valiente. Tomó una respiración pesada, los recuerdos eran tan vividos que dolían, "Nunca te esforzaste lo suficiente." Susurró su conciencia.

Pequeños copos de nieve adornaban el día, frotó sus manos entre los guantes y dio un paso hacia al frente, entre más rápido terminara más rápido podría regresar a Estados Unidos.

—Lamento la demora, olvidé que tan desastroso es el clima por aquí. —Comentó con voz amable mientras sacudía su abrigo e intentaba acomodar su bufanda.

—Es el tipo de clima que hace que los idiotas choquen contra las cercas. —El comprador se encontraba solo y se mantenía dándole la espalda, parecía que uno de los pilares del fondo del invernadero le era interesante.

Gracias a la información enviada por Raven sabía que el hombre frente a él era un importante inversionista alemán, aunque el pantalón y el polo blanco no secundaban esa información, realmente esperaba un pomposo traje de diseñador, pero bueno, él no era nadie para criticar, Charles era un importante docente universitario que exclusivamente usaba suéteres.

—Señor Erik Lehnsherr creo que sería apropiado ir a la casa principal para discutir los puntos finales del contrato de venta, podríamos firmar inmediatamente y cerrar el trato. —Quería irse del maldito invernadero que no le traía más que recuerdos.

Lehnsherr raspó con sus dedos el pilar frente a él, la mirada expectante de Charles le perforaba la nuca — Sabe, yo viví con mi familia en este condado, creo que mis mejores recuerdos de la juventud son en este lugar.

— ¿Es en serio? No recuerdo ninguna familia Lehnsherr viviendo cerca, y puedo asegurarle que todos nos conocíamos. —

—Éramos una familia muy sencilla, trabajábamos para una finca e intentábamos pasar desapercibidos la mayoría del tiempo. —Una suave risa escapó del alemán. — Yo recuerdo perfectamente este lugar, nadie podría olvidar al brillante Brian Xavier o sus hijos.

—Usted conoció a mi padre. —

— Justo aquí, con una pequeña navaja suiza, talle mis iniciales y las de mi amante. —Señalo Erik al lugar que anteriormente raspaba— Usted diría que es un gesto en exceso cliché y romántico, pero en ese momento creí que era la mejor forma de rememorar nuestra primera vez, nos pareció una idea extraordinaria desnudarnos en la tierra fría, éramos un par de idiotas...

Charles estaba paralizado.

—Me entristece que sea una "M" la que acompaña a la "C", pero debo admitir que me gusta más llamarme Erik que Max.

El labio de Charles tembló ligeramente, sus ojos ardían y realmente temía que algunas lágrimas le traicionaran. —Casi te cortas mientras hacías esa mierda porque tus manos temblaban... yo fingía dormir solo por el placer de ver ese espectáculo y porque disfrutaba estar enredado entre tu polera y tu chaqueta. —La voz de Charles salió temblorosa, aquel hombre se giró mientras se retiraba el sombrero y los lentes oscuros.

—Estoy en casa, Charles. —En ese momento volvió a preguntarse si era verde, azul o gris, el color que vivía en su mirada.

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