IV

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—Ya paren, amo al amor, pero me hacen sentir mal tercio. —sus amigos rieron ante el comentario.

—Perdona Charles, pero no puedo alejar mis manos de Steve, es físicamente imposible. —Tony y Charles rieron al unisono mientras Steve se sonrojaba hasta las orejas. 

—Pero, ya hablando en serio, ¿Qué les pareció mi presentación? —preguntó mientras le daba un sorbo a su té. 

—Yo me perdí un poco, pero Tony intento explicarme mientras hablabas, era como tener un traductor simultáneo, realmente lo disfrute. —Charles estaba a punto de agradecerle cuando su teléfono comenzó a sonar.

—Es Raven, quiere hacer FaceTime, espero que no haya atropellado a nadie. —Con suma elegancia el castaño se levantó de su asiento mientras contestaba la llamada.— Si me disculpan.

—¡Charles querido!— Su hermana hizo aparición en la pantalla.

—Ese saludo solo quiere decir que quieres algo, querida. —

—Y no te equivocas hermanito, necesito que tomes un vuelo en dos días a Inglaterra.—Raven mostró su mejor sonrisa, completamente consciente de que su hermano haría de ese pedido un drama. 

—No.—

—¡Por todos los cielos, Charles! Tienes que ir tú. —

—¿Por qué tengo que ir yo? —Preguntó, intentando mantener un tono amable.

—Yo estoy ocupada con mi exposición de arte, no puedo tomar un vuelo expreso desde Corea hasta Inglaterra solamente porque tú tienes miedo de enfrentarte al pasado. —Charles mantuvo una cara de poker frente a la cámara, no admitiría que Raven tenía razón.

—Yo no estoy huyendo de nada. —Le respondió unos segundos después, en un intento de mantener algo de dignidad.

El castaño logró sentir esa mirada maternal en Raven, incluso a través de la pantalla de su teléfono. — Charles, quizá ya es momento de soltar, puedes tomar esta experiencia como una forma de cerrar ese capítulo que quedó incompleto en tu vida. —Él no dio respuesta de ningún tipo. — Te mandaré los datos del comprador por correo, el vuelo ya está comprado, solo tienes que ir, cerrar el trato y regresar a casa, buena suerte.

Tras la muerte de su padre fue nombrado, junto a su hermana, herederos legítimos de todo bien que pudo adquirir la familia, y a pesar de que ya tenía una vida establecida en New York, se veía en la obligación de hacer todo el camino hasta Inglaterra.

Charles soltó un suspiro pesado, ¿Qué debía llevar en la maleta?

RecuerdaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora