Capítulo 2

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Minseok quedo sentado mirando el jardín sin saber que hacer, estaba seguro de que Jongdae podría ayudarlo, era el único amigo que tenía y que lo escucharía, Jongin era muy pequeño para entender y tenía miedo de que si comentaba algo fuera a decirle a su padre que tanto mimaba a Jongin. Dio un suspiro u se fue a dormir, mañana pensaría que hacer. Y al día siguiente seguia igual no pudo pensar que debía hacer, y así pasaron varios días donde la paciencia de Minseok estaba al borde porque desde que hablo con Jongdae este lo estaba evitando, su pensamiento inmediato fue que probablemente Jongdae seguía siendo muy joven y no entendía ese tipo de sentimiento, y le aburría que Minseok le hablara de eso, trato de dejarlo pasar pero le estaba doliendo ser ignorado por el único amigo que tenía.

Esa sensación por su profesor crecía día a día, y las mariposas en el estómago eran tantas que un día no aguanto y soltó todo lo que tenía dentro.

—Profesor Changmin, usted me gusta!– exclamó rápidamente cerrando los ojos aprovechando la ola de valentía que le había inundado, no sabía que esperaba, pero necesitaba hacerlo, necesitaba decirlo.

—Que?– Fue lo único que escucho para luego abrir los ojos y ver la cara desconcertada de su profesor.

—Que…yo yo creo…creo que me gusta.– Minseok repitió porque la mirada que le estaba dando su profesor Changmin no le estaba gustando.

— Minseok……..estás en una edad difícil, es natural que sientas confusión cuando te encuentras con una cara amable.

— No es confusión, yo…

—No lo repitas!– Pidió firmemente el profesor Changmin dándole una mirada reprobatoria y Minseok se sintió juzgado y apenado. —Creo que acabamos con la sesión de hoy.– Changmin recogió sus libros y rápidamente salió de allí.

Minseok se quedó con la boca abierta y un peso en el pecho que le molestaba, no entendía un carajo de lo que había pasado, incluso se sintió traicionado, porque el caballeroso profesor Changmin, al cual admiraba y respetaba lo había dejado en la biblioteca como si su confesión no valiera nada, se cansó de esperar allí sentado y se preparó para su clase de esgrima, y no le pareció extraño en ese punto que apenas llegará Jongdae desapareciera como un fantasma, ya se estaba cansando de esa situación y el día no terminaba de empeorar.

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Estaba tranquilo leyendo en su habitación cuando su padre entró como un huracán y pego un portazo que se escuchó en todo el castillo, Minseok abrió los ojos y lo miro asustado, el no había hecho nada que lo hiciera enojar, no entendía porque estaba allí. Su padre lo miro con ojos amenazantes pero dio un respiro y se calmo, o por lo menos eso parecía.

—El profesor Shim se acercó a mí está tarde y me ha presentado su renuncia, sabes la razón?– Pregunto porfiadamente mirando la esfera dorada que adornaba el mango de su bastón.

—No.– Minseok seguía con los ojos abiertos de miedo y negaba repetidas veces con la cabeza, no podía ser eso, todo menos eso.

—No lo sabes? Me ha dicho que te le has insinuado!– Gritó esto último y el joven príncipe salto con el grito.

—Es mentira, el miente, yo no hice nada.– Explicaba Minseok con lágrimas acumulándose en sus ojos, el no se había insinuado, el no había hecho nada malo, solo comento lo que sentía, por que el profesor Changmin le habría dicho algo así a su padre.

—Mírame a los ojos y dime qué es un mentiroso, que tú no le has dicho nada de eso, entonces te dejare y enviare inmediatamente a guardias para que lo capturen, calumniar así al futuro rey! Voy a hacer que le corten la cabeza! Dime qué es una mentira.– y Minseok cerro los ojos porque sabía que su padre no jugaba, incluso sin tener ningún tipo de poder ya había hecho ejecutar a más de una persona por menos que eso, seguramente mandaría ejecutar a su profesor, y si decía que no le había dicho nada mentiría, porque confeso sus sentimientos, y nunca considero que su maestro se lo hubiera tomado como una insinuación, así que bajo su mirada y no contesto. Lo siguiente que sintió fue la fuerte bofetada que le dio su padre, tan fuerte que lo hizo perder el equilibrio y caer en su cama.

— No padre, por favor.– Gimoteó Minseok mientras se agarraba la mejilla mirándolo con miedo.

— Eres una puta igual que ella, por dios Minseok, porque tenías que heredar todo lo malo de tu madre, eres igual a ella, eres su maldita imagen, y te tiemblan las piernas por simples plebeyos!– gritó su padre y la forma en que lo vio sabía que ya estaba fuera de control.– Pero eso lo arreglaré yo, yo me encargaré de hacer de ti un hombre decente, yo te educare, te quitare esos sucios deseos de la cabeza.– repitió más calmado, casi como si lo dijera con cariño, pero Minseok conocía ese tono de voz demasiado bien, sabía lo que seguía, por eso cerró los ojos esperando que el bastón de madera maciza de su padre cayera contra su brazo, contra su espalda, contra sus piernas, seguro iba a dejar marcas moradas por todo su cuerpo, las palizas que le daba su padre no eran juego, pero está vez estaba durando mucho, y el solo se encogía en la cama esperando que acabara pero no parecía tener fin. Su padre concentró los golpes en su brazo y Minseok temía que se fuera a romper su hueso mientras se cubría la cabeza llorando.

—Déjelo!– Escucho ente sus sollozos y cuando abrió los ojos vio a Jongdae que jaloneaba la chaqueta a su padre hasta hacerlo caer de culo.

—Maldito mocoso entrometido, sal de aquí bastardo!– gritó su padre levantándose como pudo apuntando con su aterrador bastón hacia Jongdae.

—No! Y si vuelve a tocar a Minseok juro que lo voy a matar!– gritó con voz chillona por la pubertad y el se sorprendió, porque Jongdae era un niño, ni siquiera había cambiado de voz, era delgado y bajito, y allí estaba encarando a su padre, mirándolo como una fiera listo para atacar. Jongdae tenía todo el valor que Minseok no tenía, y eso lo hizo avergonzarse de si mismo.

—Yo soy el que te va a matar, maldito mocoso del demonio– y su padre se veía enorme con su duro bastón caminado firmemente hacia el pequeño Jongdae, y sin siquiera pensarlo golpeó al niño con su bastón el la cabeza y solo se escuchó su débil quejido y cayó al suelo. Minseok jamás se había asustado tanto en la vida como en ese momento, viendo el cuerpo de su amigo en el suelo y sus lágrimas comenzaron a caer sin poder contenerse y su corazón le dolió más que el brazo que su padre estuvo a punto de romper. Pero después de unos segundos en el suelo Jongdae se levantó y salto hacia su padre como un gato, y fácilmente logro derribarlo, golpeándole el mentón, con un habilidad digna de un guardia real, ese niño le quitó el bastón al adulto, y con ese mismo bastón le dio varios fuertes golpes para que nunca en su vida olvidará como le dolía a Minseok. Y su padre que era muy alto ahora se veía pequeñito cubriéndose de los golpes de un niño de 12 años para luego escapar vergonzosamente de la habitación.

Todo quedó en silencio hasta que la voz chillona de Jongdae comenzó a quejarse agarrándose la cabeza.

—Ayyy me duele, me duele mucho.– se agarraba la cabeza y se sentó en la cama para seguir lloriqueando, Minseok que todo el tiempo había estado encogido en la cabecera de la cama se acercó y le tocó el hombro.

—Estas bien Jongdae?- pregunto cautelosamente y cuando su amigo se volvió. Vio que tenía sangre chorreándole sobre la sien.- Por Dios, tienes que ir a ver al médico, te ha abierto la cabeza.

—Y tú Minnie, mira como te ha dejado ese maldito.- dijo con voz quebrada mientras tocaba las marcas rojas y moradas que resaltaban mucho por la blanca piel de Minseok.

—Yo estoy bien Jongdae, pero tú tienes un herida abierta …no debiste hacer eso, no debiste interponerte.- dijo llorando sintiéndose culpable de que su mejor amigo resultará herido por su culpa.

—Yo solo quería defenderte, te estaba golpeando muy fuerte, y solo tenía ganas de acabar con él.

—Yo se que querías defenderme, pero pudo matarte, no vuelvas a hacer eso, no te metas con mi padre.– pidió con lágrimas acariciando la sien de Jongdae manchando su mano con sangre y sintiéndose peor.

—No me importa, preferiría morir antes que ser un cobarde y dejar que te lastimen, no voy a dejar que te vuelvan a lastimar.– Dijo con determinación apretando la manita de Minseok.— Pero ya verá! Cuando el Rey llegué hablaré yo mismo con él y le van a mandar a colgar, el Rey no perdonará que te hagan daño.- dijo refunfuñando tocándose la herida en la cabeza.

—El Rey no se va a enterar.– dijo firmemente Minseok usando su autoridad como el de mayor edad.
—Pero Minnie, tiene que pagar por lo que te hizo, tu padre es malo contigo, y su rango nobiliario es mucho menor que el tuyo, es un ofensa directa al Rey.

—No le vas a decir nada a mi abuelo, si le dices algo te odiare para siempre!– grito Minseok, porque el lo sabía, sabía que si el rey se enteraba de que su padre lo agarraba a palos cada vez que se enojaba, lo iba a colgar, no era broma, el rey mataría a su padre si se enteraba, y aunque lo golpeara y lo insultara, su padre era su padre, no podía contribuir con la muerte de su padre.

—Lo entiendo, no diré nada.–Contesto Jongdae sintiéndose triste por el regaño, pero se le pasó cuando Minseok lo abrazó tan fuerte y pego todo su cuerpo. Y allí estaba esa sensación, las millones de mariposas explotando en el estómago de Jongdae, y como su corazón se apretaba y su cabeza se ponía ligera. Se sentía tan bien estar con Minseok, pero eso Jongdae jamás se lo diría.

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*
*

6 años después.

—Estoy muy decepcionado Jongin.– repitió por quinta vez Minseok y el nombrado solo miraba al suelo como cachorrito regañado.

—Estás exagerando con el chico Minseok, tiene 16 años, está hormonal.– dijo Jongdae burlándose de la regañina de la que estaba siendo víctima Jongin en ese momento. Esa mañana Minseok y Jongdae
encontraron a Jongin besándose con una cocinera en la caballerizas, una cocinara que era incluso mayor que Minseok, por cierto. Minseok se puso rojo como tomate, a Jongdae solo le dio risa, y Jongin se atormentó con la misma carita que tenía en ese momento.

—Exagerado? Estaba haciendo cosas indecorosas, y con una cocinera que le lleva casi 10 años!– Exclamó Minseok poniéndose rojo de nuevo y Jongdae solo se reía más escandalosamente.

—Pero si estaba muy guapa, este chico es un campeón, las de 25 son las mejores.– comento Jongdae codeando a Jongin mientras le guiñaba el ojo pero este no se atrevió a sonreír porque su hermano los estaba mirando como si los fuera a asesinar.

—Entonces vete tú a disfrutar de “las mejores”, pero Jongin es un niño, esa mujer es una pervertida, ordenare que la expulsen del castillo esta misma tarde!

—No es un niño, tiene 16, todos nos besuqueamos con alguien a los 16 años, tú también.

—Por supuesto que no! Jamás haría algo tan indecoroso y de mal gusto.–protesto Minseok rojo, y no mentía, Minseok tenía 21 años, ya era un adulto, pero jamás había besado a alguien, tal vez sea porque después de él trauma que le causó su primer amor y la paliza de su padre le cohibieron de ver a las personas de manera romántica, así que estaba dispuesto a dejar ese tipo de cosas para cuando estuviera debidamente casado. Cuando se casará con Irene haría cosas románticas como besarse, la idea no le agrado demasiado, después de todo la última vez que vio a su prometida, Irene de Velvet, ambos tenía 7 años, y su padre decía que era hermosa, pero el solo podía imaginarse un niña de 7 años cada vez que le hablaban de su prometida. Así que cosas como besos, caricias y romances estaban totalmente prohibidos para Minseok, tal vez porque no le interesará, o tal vez porque la única persona que le despierta la curiosidad de besar al parecer considera que las guapas de 25 son las mejores, realmente le molestó ese comentario, y no dijo nada pero miro a Jongdae como si quisiera atravesarlo con una espada.
Así murió la conversación, o más bien el regaño y Jongin corrió a su habitación a encerrarse como le había ordenado su hermano.

—Mira que un caballero de la guardia real este hablando de esa manera tan soez, deberías avergonzarte Jongdae.

—Todavía no soy caballero.

—Pero lo serás! Compórtate a la altura.– riño Minseok y Jongdae solo se rió de el.

—Mira un rey sonrojándose por un beso ajeno, y como sé que me vas a decir que no eres rey te contesto de una vez que lo serás.- se burló Jongdae mientras esquivaba un puñetazo en el brazo y le sacaba la lengua.

—Andas muy cómico el día de hoy Jongdae.– y si las miradas matarán Jongdae estaría enterrado.

—Como fue tu primer beso, Minnie?– Pregunto acercándose de nuevo y Minseok se puso rojo hasta las orejas.

—Como fue el tuyo?– contesto evitando responder que jamás lo había dado. No tenía nada de malo, pero por alguna razón se sentía en cierta desventaja frente a Jongdae y eso le molestaba ya que el era mayor.

—Contestando una pregunta con otra pregunta…interesante.– dijo Jongdae entrecerrando los ojos como si lo analizará.

—Contestando una pregunta con una obviedad.– contrataco tratando de cambiar la dirección de la conversación mientras caminaba aún más rápido y Jongdae entonces lo entendió.

—Jamás has besado a nadie!–Exclamó Jongdae y el rostro de Minseok se escandalizó tanto que no tuvo que responder nada para que Jongdae se diera cuenta de que había acertado, después de todo lo conocía de muchos años. Podía leer las expresiones de Minseok mejor que nadie. 

Minseok no contesto y solo siguió caminado rápido dejando a Jongdae atrás, a un Jongdae que de pronto se sintió de tan buen humor, una sensación cálida le invadió y una sonrisa que no podía borrarse de la cara. Minseok no había besado nunca a nadie, y su posesividad estúpida casi lo hace saltar de la felicidad, Minseok no había besado a nadie, su precioso príncipe, no era como si Jongdae tuviera la oportunidad de besar a Minseok pero el simple hecho de saber que nadie lo había hecho le satisfacía demasiado.

Mi Rey (ChenMin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora