Las bizarras aventuras de Emma "sin-filtro" Swan y Regina Mills - #SwanQueen

La boda roja y casi un funeral - Parte II

Parte II

La puerta de la cafetería se abrió a las 7:30 a.m. La abuela levantó la vista hacia el recién llegado y  se tapó el rostro rodando los ojos. Colocó la ballesta sobre el mostrador declarando rápidamente sus intenciones.

Emma caminó hasta ella sosteniéndole la mirada.

-Emma Swan – la abuela utilizó el nombre de la rubia como saludo. La tensión se hizo latente en el aire, casi podía oírse el soundtrack de "El bueno, el malo y el feo" de Clint Eastwood en el aire.

Emma se sentó en la barra – Abuelita Lucas.

-Sabes que no me llamo así, ¿verdad?

-Por supuesto que lo sé – anunció Emma – "Abuelita" es un apelativo, te llamas Abuela.

La abuela entrecerró los ojos – no tienes ni idea como me llamo.

-¿Viuda?

-¿Quién se llama viuda?

-Tú.

-Sólo estás soltando lazos familiares que conoces que tengo, no tienes ni idea – sentenció la mujer mayor.

-Puede, ¿cómo te llamas? – preguntó Emma.

-Te lo diré el día que salgas por la puerta sin que tenga que usar la ballesta – le aseguró la abuela.

-He salido muchas veces sin que la tuvieras que usar – replicó la rubia.

-Sólo porque me he contenido por respeto a Regina, a tu madre o a mi estabilidad económica – reveló la abuela -, pero si consigues entrar y salir por tu propio pie sin que tenga deseos de dispararte, puede que te recompensé.

-Me chantajeas para que deje de hablar, ¿verdad? – sugirió la sheriff curvando una ceja.

-¿Es eso posible? ¿Dejas tú de hablar alguna vez?

-No.

-Entonces, sólo me conformaré con que tengamos una conversación normal.

-¿Eres homofóbica, abuelita? – preguntó Emma de inmediato.

-¿Esta es la clase de charla que considerarías normal? Aquí la gente que llega habla del clima, de los asuntos generales, de mis bollos del día.

-Podría decirse que esta conversación va de bollos también – interrumpió la sheriff sonriendo de medio lado.

-No saque las cosas de quicio – la abuelita frunció el ceño – y voy a aclarar que no soy homofóbica – fue muy tajante – convivo actualmente con mi nieta y su novia.

-Suena a esos que dicen "eh, que yo tengo amigos gays" cómo si eso fuera una manifestación de algo, cómo si dar su "amistad" fuera lo suficiente cuando en realidad los desprecian – advirtió Emma – si estás tan a favor deberías  dejar de estar a la defensiva.

-No estoy a la defensiva y no me molesta que Ruby haya elegido a una mujer para pasar su vida – aseguró la abuela.

-¿Y no te incomoda que ahora mismo este jugueteando entre las lomas de Gale, Kansas? – quiso saber Emma.

-No, el sexo es algo natural y espero que mi nieta sea una mujer feliz.

-Empiezas a caerme mejor, puede que no esté todo perdido – replicó Emma sin poder dejar de notar que el tono de voz de la mujer estaba tensándose a medida que indagaba en la cuestión. Había algo que no iba bien en todo aquello y ella pensaba averiguarlo. Puede que nadie quisiera colaborar con su operación, pero ¿cuándo algo como eso la había detenido? – entonces ¿por qué te incomoda que te hable de este tema o de cualquiera que tenga que ver con el sexo entre mujeres?