La noche caía sobre Delfos como un negro manto que cubría suave la ciudad. Cansado de su viaje Hefesto se acercó a una taberna en busca de cobijo. No tenía demasiado su viaje había sido largo y ya estaba agotado. Pero aún así sabía que allí encontraría refugio. En el fondo de la taberna había un mostrador y unas escaleras que conducían a la planta de arriba. Al otro lado del mostrador se encontraba un viejo conocido de Hefesto. Su nombre era Priamo se habían conocido y reencontrado varias veces en el pasado.
-Buenas noches Priamo. -saludo al posadero
-Hola peregrino. ¿Que te trae por Delfos? ¿Hubo suerte en tu búsqueda?-No Priamo. Pero esta vez tengo una corazonada. Quizás tenga suerte.
-Ojalá los dioses te oigan querido amigo.
-Créeme querido amigo,ojalá que no.
-Lo que sea,no tengo una habitación esta noche.
-¿Puedo dormir en el establo? No me importará y tengo que salir mañana al alba.
-Esta bien dame un dracma y te acomodare.
Hefesto puso la moneda sobre la mesa. Priamo la mordió,se la guardo en una bolsa que llevaba a la cintura y cogiendo un farol dijo.
-Esta bien viejo amigo acompañame.
No era la primera vez que Hefesto dormía allí. Ni que Priamo ofrecía a alguién la habitación del establo.En un momento todo se encontraba preparado. Priamo había colocado un tablón sobre las pajas y le había dado una raida manta de lino. También le había dejado una lámpara de aceite.
-Descansa viajero. Y que tu viaje pueda concluir pronto.
-Gracias Priamo. Que hagas una buena caja esta noche y la suerte te sonría a ti y a tu posada.
A pesar de las voces de las gentes que allí se encontraban, Hefesto se sentía solo ,no podía parar de pensar en Onis. En lo sola que debía de estar. Una lágrima recorrió su mejilla ,hacía demasiado tiempo que él había partido y su búsqueda no había tenido éxito.No quería regresar sin sus hijos. Pero extrañaba a Onis.
Cuando se quedó completamente solo en la pequeña habitación se acercó a la vela y utilizó sus poderes. Poco a poco jugueteo con la llama e hizo que se hiciera mucho más grande. Al momento allí estaba.Las llamas habían adoptado la forma de Onis y en su hogar Onis podía verlo.-Hola mi amor. -dijo Onis.
-Hola pequeña. -una lágrima cayó por la mejilla del hombre- Lo siento...
- ¿Hoy tampoco a habido suerte verdad?
Hefesto negó y la figura de Onis lo abrazó.
-Lo conseguirás, creo en ti mi amor. Pronto volveremos a estar juntos. Lo sé, se que tu puedes con esto. Y que pronto volveremos a ser felices cariño.
-Onis siempre dices que decir.
Onis sonrió y ambos se besaron. La llama comenzó a disiparse poco a poco pues la mecha de la lámpara se consumía.
Hefesto acarició la mejilla de Onis y dijo: -Hasta pronto mi amor ,se fuerte
Mientras la figura de Onis comenzaba a desaparecer: Te quiero mi amor
Al poco en la habitación solo quedaba Hefesto en medio de la oscurida y la soledad de la noche. Su corazón lleno de esperanzas y dispuesto a marchar al día siguiente con la esperanza de que quizás mañana fuese el día.
Mientras tanto...
En una posada unas calles más arriba de aquel establo Jason y Eklaie celebraban que los negocios de aquel día hubieran sido prósperos.
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Hefesto Y Onis
RandomMi nombre es Hefesto y soy un dios griego pero prefieren llamarme el error de la naturaleza ,pero que pasa cuando un monstruo encuentra el amor .