Las ventanas de mi habitación estaban cerradas por la fuerte lluvia de Invierno. En mi país no teniamos nieve así que había que conformarnos con la lluvia y los fuertes vientos.
Mamá acostumbraba a cocinar sopas toda la temporada de "invierno", sí se puede decir así. Odiaba repetir la misma rutina del día anterior.
Levantarme, ir al comedor, comer, ver tele, bañarme, estar en mi cuarto y cenar. Salía muy poco y lo tenía muy claro, mis hermanos salían más que yo y tenían 7 y 6 años. ¡Mas vida social!
Mi única amiga, Europa estaba en la capital del país con sus papás, tenían una cita muy importante además mi amiga era de una familia con recursos. Todo lo que mi familia quiere, sueña y anhela lo tienen ellos pero no me puedo quejarme, sabía el enorme esfuerzo que hacían por mi y no iba a reprocharles nada. No, señor.
Todas las semanas papá trataba de darme un poco de su sueldo para que yo vaya a disfrutar de mi juventud pero de que me sirve ir de parranda si mis viejitos lindos estan muriéndose de tanto trabajar?
──¡Liu, bella, baja!─mi mamá me saco de mis pensamientos, moví mis piernas a un lado y baje de la cama en un brinco. Me puse las zapatillas azules y baje las pocas escaleras que separaban el piso de arriba con el de abajo, mamá estaba sentada en el sillón leyendo una pequeña revista de cocina. Todo era sobre postres.
──¿Sí, má?
──¿Que te parece este pastel para el cumpleaños de tu hermanito?─sonrió señalando con su largo dedo y una uña algo despintada un gigante pastel de chocolate combinado con fresas.
Negué con suavidad y señalé el de vainilla con pequeños detalles de chocolate.
──Este le gustará, son sus dos sabores favoritos, má.
──Bueno, amor, gracias. Y necesito otro favorcito tuyo, mi nenita... ─sonrió con suavidad, rodé los ojos y me acerqué más a ella.
──Dime, mamá. ─reí.
──¿Te acuerdas de Doña Amara?─asentí─pues ella tiene unas hermosas tazas de porcelana que servirían para tomar el café en la fiesta, irías?─levantó sus cejas y se mordió el labio.
Suspiré─Vale, solo voy por mi sudadera y voy por las porcelanas.
Subí las escaleras de nuevo y agarre mi única prenda que me protege del frío, baje las escaleras de nuevo y me despedí de mi mamá con un movimiento de mano.
La señora Amara era muy agradable había perdido a su esposo hace mas de 3 años. Su único hijo, Dan, él era su única compañía y no era muy buena que digamos. La señora no merecía a un hijo así, ella no.
Subí la colina y toque tres veces la puerta, metí mis manos en los bolsillos y mire mis viejas Converse de imitación.
──¿Sí?─la voz grave de Dan me asustó pero permanecí serena ante su repentina aparición.
──¿Está tú mamá?─mire con disimulo al interior de la casa.
El se recostó en el marco de la puerta interrumpiendo mi vista.
──No, no está.─gruñó con molestia.
Aparte un pequeño mechón colochudo de mi cara y lo mire directo a los ojos.
──¿Le podrías decir que la buscaba?─junte mis labios en una línea recta. Él sonrió de lado y me sacudió el cabello.
──¿Se podría saber que es tan gracioso, López?─masculle y achine mis ojos.
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Liu.
Romance──Sabes que empezaste mal, ¿verdad?─Liu colocó sus brazos en mi cuello y sonrió mostrando sus frenos.─¿son bonitos, a que sí? Sonrió más enseñando más sus frenillos. ──Son bonitos pero no tan bellos como tú.─y uní nuestros labios. Abrí los ojos co...