Descubriendo El Amor Verdadero [Harmione]

De regreso...

-Abróchense los cinturones, estamos por aterrizar- dijo la azafata a Hermione y a Lily. Las dos asintieron y se los abrocharon.

Hermione se sentía desesperada por llegar. Odiaba viajar en avión para una emergencia cuando se podía aparecer, pero con Lily no era lo más adecuando. Y no podía dejarla en Australia, no sabía cuánto tiempo pasaría en Londres.

Muchas cosas la abrumaban. Quien había matado a sus abuelos, estaba claro que mortifagos, pero ¿por qué? Se sentía culpable. Ella era la única bruja en su familia, así que sin duda había sido por ella.

Había otra cosa que la abrumaba hasta la médula y la ponía más nerviosa después de muchos años.

Harry.

¿Que estaría haciendo ahorita? ¿Tendría una familia? ¿Hijos? ¿Viviria todavía en Londres? ¿Seguirá siendo auror? Pero la pregunta ma importante era:

¿Que le diría? Si se lo encontraba, aunque una parte de ella deseaba hacerlo, otra no. Pero solo sabía una cosa. La existencia de Lily no tardaría mucho en ser descubierta, ella lo sabía. Llevaba 5 años sin revelar nada de ella. Muchos dirían que escondiéndola. Pero no era así.

Hermione tenía miedo que el día que Harry se diera cuenta que tenía una hija, se la quitara y se fuera con la niña sin dejar rastro. Eso abrumaba a Hermione. Si Harry ya tenía otra familia y se llevaba a Lily ¿la cuidarían bien? ¿Le darían su beso de buenas noches? ¿La llevarían al parque? ¿Le leerían antes de ir a dormir? ¿Jugarían a la escuela? ¿La protegerían cuando jugará Quidditch? ¿Le darían de comer lo suficiente? ¿La abrazarían fuerte cuando tuviera miedo? ¿La amarían igual que ella lo hacía?

Para Hermione, el hecho que la separaran de su hija, era algo que ella no soportaría en toda su vida. Cada año, cada mes, cada semana, cada día, cada hora, cada minuto y cada segundo después de que Lily naciera, el mayor miedo de Hermione era que le pasara algo malo. Ella estaba dispuesta a dar la vida por su hija.

Había sido difícil criarla como madre soltera. Su madre viajaba por veces a su casa para ayudarla. Pero solo era máximo dos veces en seis meses. A su padre no lo miraba desde hace un año, ya que este no podía ir a verla por el trabajo de la clínica. Y eso la emocionaba mucho. Pero estaba el hecho que sus abuelos habían muerto y eso le destrozaba el corazón. No había llorado aún, no queriendo aceptar la realidad y tampoco quería que Lily se preocupara, ya que la niña era muy inteligente.

Sabía que en su cuarto de Londres podría llorar y maldecirse a si misma por la muerte de sus abuelos. Sabía que cuando llegara al la casa de ellos tendría que dejar a Lily con alguien más para que está no la viera llorar. Tenía miedo. Miedo a que era lo que iba a pasar. Miedo a que le pasara algo malo a su familia. Miedo a al porque de todo eso. Miedo a encontrarse a Harry. Miedo a encontrarse a sus viejos amigos. Miedo al futuro.

Recordó como Luna le había dicho aquel día que la había visto por última vez que no cambiara. Sonrío para si misma, lastimosamente, lo había hecho.

Ahora era una chica más seria. Ahora era más madura. Ya no fantaseaba con cosas como lo hacía en la adolescencia. Era más formal. Pero eso era ante el público. Ante Lily, mágicamente, la Hermione de hace 5 años regresaba y se quedaba hasta el siguiente día que tenía que ir a trabajar. Claro que tampoco era como antes con su hija, también tenía madurez cuando estaba con ella, pero no mucha a comparación de cuando iba a trabajar o andaba sola por las calles.

Volteo a ver a Lily. Su razón de ser. La razón por la cual estaba segura seguía luchando.

Se quedó observando su cabello negro y ondulado con corte de capas hasta los codos. Llevaba dos colitas con las cuales se veía muy tierna. La niña miraba por la ventana observando el paisaje, de pronto se volteo.