Bruselas

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La casa estaba en completo silencio y a oscuras. Lily se había dormido tres horas atrás, antes de las diez. Sin embargo ella aun no podía dormir.

Se removió por enésima vez en su cama estrujando la almohada debajo de su cabeza.

Una vez más se preguntaba que estaría haciendo Harry a esas horas.

¿Estaría dormido? ¿Leyendo El Profeta? ¿Pensando en Lily? ¿En ella?

Se sentó en la cama tapando su rostro con ambas manos sintiendo la frustración extenderse cada vez más dentro de ella.

Llevaba menos de dos días y ya lo extrañaba tanto. Pero es que era inevitable no hacerlo. Se había acostumbrado a sentir su presencia por las noches. A escuchar su lenta respiración al dormir. A verlo salir con el pelo mojado por la reciente ducha matutina. Simplemente a él.

- ¿Por qué? ¿Por qué?- gimió con voz ahogada.

Se echó hacia atrás con la vista clavada en el techo. Invadió su mente con recuerdos de Harry y de ella cuando eran novios, cuando estaban en Hogwarts.

Esos recuerdos felices le ayudaron a conciliar el sueño.

Y no fue hasta horas más tarde, cuando escuchó la voz de Lily, que despertó.

- ¿Qué hora es?- preguntó mientras se sentaba en la cama.

- Las ocho con cinco- contestó Lily mientras se subía a la cama -¿A qué horas llegaran los abuelos?-

- Creo que antes del mediodía- respondió Hermione reprimiendo un bostezo -Pero no sé la hora exacta... ¿quieres desayunar?-

- Sí- contestó Lily, aunque no muy convencida. Se quedó sentada sobre sus piernas y miró a su madre -¿Podemos llamar a papá?-

- No sé si esté despierto...-

- Papá a veces se levanta muy temprano- se apresuró a decir Lily al ver la indecisión de su madre.

Claro, era Harry de quien hablaban, se dijo Hermione.

- Bien. Le llamaremos- accedió Hermione. Se estiró para coger el teléfono inalámbrico que reposaba sobre la mesita de noche y con dedos temblorosos marcó el número de Harry.

Con el corazón zumbando contra su pecho esperó mientras sonaba el pitido que indicaba que la llamada estaba entrando. Tras unos breves minutos de espera Hermione colgó. Pero al ver el rostro de Lily volvió a marcar.

- Nada. No responde -dijo al fin, tras intentarlo tres veces más

- Tal vez esté dormido- sugirió Lily con el rostro decaído -O sé esté bañando, o esté trabajando-

- ¿Quieres que intentemos en su oficina?-preguntó Hermione. Jamás llamaba al ministerio y mucho menos a la oficina de Harry, pero por Lily lo haría todo.

- ¿Y si le llamas a su celular?- preguntó Lily, alzando la mirada.

- De acuerdo- accedió Hermione.

Marcó los dígitos y esperó a que Harry respondiera.

Pero Harry seguía sin responder.

- ¿Quieres que le enviemos una lechuza o llamamos más tarde?- preguntó Hermione, después de volver a colgar por tercera ocasión.

- Mejor más tarde- eligió Lily mordiendo su labio inferior -Tal vez si conteste-

-Bueno- Hermione se inclinó y le dio un beso a su hija -Iré a preparar el desayuno en lo que vas a bañarte-

- ¡Oh! -Lily se dejó caer en la cama y se hizo un ovillo -No quiero bañarme-

- Tienes que, cielo- le dijo Hermione, sonriendo.

Descubriendo El Amor Verdadero [Harmione]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora