A m o r 🌺

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Me desperté en una nueva ciudad, 4 años después de mi último recuerdo.

Otra irritante mañana en mi vida, había tenido que rehacer mi vida. Ya tenía 20 años, vivía sola en un departamento cercano a mi universidad a la cual había sido trasladada; nadie me buscaba así que era ningún problema.

Finalmente me levanté de mi cama con sábanas blancas y negras, para bañarme y cambiarme así salir a la universidad. Aún tenía bastante tiempo por lo tanto me podía tomar el tiempo que quisiera.

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La calle estaba llena de gente. Al cruzar la calle me topé a mi izquierda con un hombre alto de no sé cuantos años con una vestimenta llamativa y blanca. Me llamó rápidamente la atención puesto que me miraba fijamente parado en medio de toda la gente.

Espera... ¿Qué?; Esa sensación ya la había sentido. De un momento a otro estaba ajusto al frente de un local cerrado, considerablemente lejos del lugar hacia donde iba. La presencia del mismo hombre de antes era realmente extraña, simplemente estaba completamente desubicada.

- _____, realmente eres tú, Yo- Ese hombre tan alto sabía mi nombre. Ya no estaba bien. Algo había sucedido. Se acercaba a mi a lo que yo me alejaba, extrañada por la situación. 

- Tu... ¿Quién eres? - Mis palabras claramente le hirieron. Suspiró, como si acabase de entender algo. - Disculpa, tengo cosas que hacer. - Me alejé rápidamente del lugar encaminandome a la universidad. En mi espalda sentía su mirada alejarse mientras no paraba de preguntarme el nombre de tan peculiar hombre que sabía mi nombre.

El día no tuvo más peculiaridades. Pasé toda la noche pensando en él mientras revisaba mi celular sin realmente prestar atención al contenido. Sin razón, lágrimas salían de mi al pensar en sus ojos marinos.

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El día siguiente, un martes sin clases por la mañana, así que estaba decidida a ir por alguna plaza comercial temprano en la mañana.

Estaba felizmente recorriendo con mis ojos cada tienda del lugar cuando vi ese traje blanco una vez más.

- ¿Por qué me sigues? - Le pregunto en tono sarcástico.

No recibí respuesta. De todas formas no esperaba nada.

Detrás de él apareció un ser morado. Estaba boquiabierta ante la escena, no se sorprendió.

- A-atrás tuyo... H-hay algo...- Asintió sin más.

- Así que aún lo puedes ver. - Esa cosa morada desapareció. No pude creer nada. No entendía nada, quería salir corriendo para volver a mi aparente vida normal. - ¿Quieres saber de tu pasado? - No pude responder, el se dió cuenta de mi shock, me limité a asentir.

Sus grandes manos se juntaron con las mías, me parecería extraño pero su roze me causaba tranquilidad. Cogidos de la mano, el me guió hacia una cafetería.  Ya sentados, pensé en pedir algo pero él le dijo al camarero que no pediríamos nada. Qué molesto, ni siquiera me preguntó, pensé.

- Empezemos por el principio. Debes tener muchas dudas y debes estar muy sorprendida. Yo soy Jotaro... fui tu... - Se quedó en silencio por un momento como buscando la palabra adecuada, pero era algo más. Ese nombre fué el que había dicho en el hospital. El último recuerdo que poseía- Compañero en una travesia. Esa "cosa" morada que vez, no mucha gente la puede ver. Son stands, tu tenías uno. - No tenía la certeza de que lo que decía era verdad. Pero tampoco podía quejarme ya que realmente no recordaba nada. - Sé que no me deberias estar creyendo pero tampoco tengo maneras de demostrartelo. En fin, en esa travesia, el objetivo era encontrar a Dio. Alguien muy malo. 

- Si... y como dices ¿Por qué debería creerte? - Dije desafiante.

- ¿Tienes más opciones? No cualquier estúpido vendría a contarte tu pasado inventado, ¿Qué ganaría yo con eso? - Realmente no lo había pensado.

- Y... ¿Qué éramos? ¿Amigos? ¿Conocidos? - Desvió la mirada y se acomodó en su silla. No había manera de que fueramos novios, no creí que me gustara ese tipo de persona.

- Amigos. - No parecía convencido. Pero ya no me importaba.

Seguimos hablando. Me contó de mis padres, unas basuras, del viaje y de nuestros amigos. Me contó que en aquel entonces yo tenía 16 y el 17, por lo tanto en ese momento tenía 21 años. Aparentaba ser más mayor. De alguna manera hablar con el era hablar con alguien conocido, que sabía todo de mi, y pues si.

- Y ahora que sé todo esto... ¿Por qué nunca me fuiste a visitar al hospital? 

- Lo hice, muchas veces. Pero tuve otros problemas en otras ciudades. - Parecía recordar en su mente los momentos que vivimos juntos ya que esbozó una sonrisa. Se veía tierno.

- ¿Sabes? Lo primero que dije al despertar fue tu nombre - Lo saqué de sus pensamientos, se sorprendió y sonrojó - Supongo que eras alguien importante para mi - Se veía de alguna manera triste. No me miraba a los ojos.

- Hay tantas cosas que me gustaría decirte, pero, es que ya no estoy hablando con la misma _____. - era triste pero era la realidad. Bajé mi mirada.

Salimos del sitio, en una hora comenzaba mis clases. Se veía triste.

-¿Quieres saber que es lo que realmente éramos? - Ladeé mi cabeza. Se acercó, peligrosamente cerca, puso su mano sobre mi mentón, subiéndolo para quedar a su altura. Estaba ardiendo, completamente sonrojada y sin hacer nada. - No. Sigues siendo la misma. Te sigues sonrojando por todo - Dijo entre risas y alejándose un poco de mi, posando una de sus manos en mi cabeza. 

- ¡H-hey, pero que...! - 

- Nosotros... éramos algo así como una pareja - Su comentario me hizo sonrojar. - Pero no me aprovecharé de ti. Tienes que sentir lo mismo que sentías por mi, o bien lo que yo creía que sentías por mi.

- S-sé sincero. ¿Tu fuiste el primero en... Ya sabes? - Rió ante mi comentario.

- Si. - Dijo sin más y dándome la espalda para irse.

- ¿Q-qué hicimos? -

- ¿Realmente lo quieres saber? - Asentí avergonzada - No creo que estés preparada para oirlo. - Se rió una vez más. Solo me quería hacer sonrojar más. 

No pude creer que era novia de ese poste andante. ¿Realmente lo habíamos hecho? ó solo me quería hacer sentir avergonzada...

No sabía si podria volver a amarlo de la forma que él hablaba.


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Yey 



LA CHICA QUE NO LO QUIERE  🌺 (Jotaro x Reader)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora