°Nueve°

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Dame la satisfacción de verte temblar

Todo el gran comedor había quedado en silencio, Harry se dirigió lentamente disfrutando la reacción, estaba a un paso de reírse abiertamente pero se contuvo de último momento, la serpiente seguía en sus hombros, la mesa completa de Slytherin estaba pendiente de sus movimientos, cuando vieron a Draco levantarse en forma de respeto y esperar a que tomara asiento, algunos sólo sumaron dos más dos y el color abandonó sus rostros, los sextos años esperaban que fuera una broma cruel y los séptimos esperaban que el crucio fuera rápido.

Dumbledore temblaba en su lugar y Severus sonrío ante eso, la actitud de ambos magos no pasó desapercibida por la animaga, los observó con detalle y ella como los Slytherins solo ató cabos, sabía que el joven delante de ella no había estado con los Weasley, sabía que el retorno del Lord maldito era inminente, había oído a Dumbledore maldecirlo, y ahora entendía por qué, ella no pudo contener la sonora carcajada que salió de su boca, era tan irónico en su razonamiento que simplemente botó el pergamino y abandonó el comedor dejando a los presentes aún más perplejos.

—Me alegro que no solo yo note la ironía. Bien, ¿quién sigue? —Con eso todos salieron de su estupor, el director se levantó y fue a recoger el pergamino para continuar, al finalizar Minerva entró ya más repuesta pero caminó directamente a la mesa verde y plata, Harry escuchó sus pensamientos, una sensación cálida llenó su pecho ante estos y con una sonrisa abrazó a su ex-jefa de casa—.

—Estoy totalmente orgullosa, Harry. —Con una sonrisa la animaga continuó caminando hacia la mesa de profesores mientras Harry sonreía de igual manera, la escuela no estaba del todo perdida, pero su felicidad se vio interrumpida, como si fueran brea los pensamientos de una persona inundaron su mente—.

"Estúpido niño."

"Vieja inútil, ¿no ven que es un peligro?"

"Cornelius sabrá sobre esto, ya quiero empezar a reformar este lugar."

Un gruñido brotó de la garganta de Harry, no estaba dispuesto a soportar eso, quería ir a romperla en pedazos y dárselos a las ratas, la mesa entera estaba totalmente quieta ahora todos estaban totalmente seguros de quién era Harry, Dumbledore ajeno a lo que pasaba en la mesa verde y plata seguía dando su discurso de bienvenida, presentando a la nueva maestra, Draco se levantó y se colocó en las piernas de Harry, lo abrazó y comenzó a soltar una fragancia que las Veelas normalmente usaban para calmar a sus hijos y a sus parejas después de un altercado, como si fuera un imán Harry se brazo del rubio tratando de bloquear a la mujer de su mente, sabía que Remus ya estaba en el castillo y a estas alturas ya había notado el estado de angustia de Draco, tenía que calmarse pero era muy difícil a la mitad de su discurso su paciencia se terminó el golpe en su mente sacó a la bruja vestida de rosa de balance.

"¡CÁLLATE DE UNA MALDITA VEZ, VUELVE A TU LUGAR O AQUÍ MISMO TE ROMPERÉ LAS PIERNAS BRUJA INÚTIL!"

—N-No, yo... —Severus y Minerva suspiraban de alivio pensando que al fin había terminado su discurso sin sentido—.

—Dolores querida, ¿estás bien? —Dumbledore se acercó a la bruja con preocupación—.

—Creo que.. —Antes de que cualquiera pudiera atraparla dolores se desmayó y de nuevo el comedor volvía a llenarse de comentarios, Severus entonces fingió tomar un trago de su copa de vino, era su favorito y el elfo de Slytherin siempre se aseguraba que tuviera una copa en la ceremonia de inicio, en ese momento deseó no tenerlo al ver a Draco en las piernas de Harry y este abrazarlo con desesperación hizo que estuviera a punto de escupirlo logrando que minerva golpeara suavemente su espalda preocupada pero al voltear su visita también se sorprendió así que hizo lo más prudente que podía—.

HellhoundDonde viven las historias. Descúbrelo ahora