Capítulo 17:

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"La desesperación afecta, pero las palabras tranquilizan"

Las cortinas dejaban entrar el frio de la noche mientras tanto la pareja seguía en aquel acto, ya iban hacer las 6 de la mañana y ellos seguían sin parar.

Todo el cuarto estaba hecho un desastre, los sillones todos rasgados, las cortinas igual, las pinturas, las sabanas en el suelo, todo era un caos total.

La pareja estaba en la cama, la mujer gemía de placer mientras sentía como su prometido la manoseaba por todas partes, Violeta le daba apasionados besos mientras que el rosaba su pene con el trasero de ella.

A Claude no le faltaba mucho para llegar a su límite –claro, después de tantas veces que se corrió afuera de ella– Violeta le encantaba, jamás se cansaba de hacerlo.

Para tratar de terminar ella se subió encima de él frotando con su vagina el pene de su amado, Claude la tomaba de las manos mientras la miraba desde abajo, sintiéndose que estaba en el paraíso observando como su prometida meneaba sus caderas en sima de él, parecía que se iba a desmayar, hasta que...

A la mañana siguiente en la hora de la comida la pareja estaba desayunando con Jehan y Giselle hasta que uno de los sirvientes llego con una carta de parte de William para avisar que no podrían reunirse ya que se iría por una semana a Inglaterra a resolver problemas comerciales, pero podrían venir cuando el regresara.

La mujer suspira con pesadez, ya que era muy normal que su padre le hiciera eso, pero siente la mano de su prometido y lo mira.

-¿Sucede algo?

-Tal vez te alegre, papa no estará por una semana, pero quiere vernos cuando el regrese- sonrio

Giselle se dio cuenta, quedando un poco asombrada tomando un sorbo de su taza mientras que pensaba en no ir a ver a William, ya que sería en vano.

-De acuerdo, estaremos hay- Frollo estaba alegre que su padre se había tenido que ir, pero tenía que mantener la calma para no enojar a su prometida.

Violeta noto que la tia ya había terminado levantándose de la silla para dirigirse a la salida junto con su ayudante Gerardo, ella instantáneamente se levanta para ir junto a Giselle para comenzar con las clases como diariamente lo hacían.

-No es necesario que vengas- dijo la mujer sin voltearse –He pensado que es inútil enseñarte...

Violeta se sorprendió a sus palabras, ya que no se esperaba eso y se preguntaba que no estaba a las expectativas que Giselle queria, solo bajo la cabeza mientras que los dos hermanos observaban atentamente a su tia mirándola con seriedad a lo que ella los noto por las señas que Gerardo le estaba haciendo así que suspiro.

-Porque no es necesario enseñarte lo que ya sabes- siguió caminando mientras que su ayudante abria la puerta para salir –Así que puedes regresar hacer tus cosas o lo hacías antes

Cerraron la puerta yéndose dejando a Violeta con un brillo de sorpresa ya que no esperaba un cumplido de aquella mujer, los dos hermanos sonrieron ligueramente sin que el otro lo notase.

Jehan se levantó ordenando a uno de los sirvientes que trajera su caballo al portón B haciendo que Claude le prestara atención mientras terminaba de comer.

-¿Te iras?- decía mientras se limpiaba con una servilleta

-Tengo que buscar al maldito que intento atacar a Giselle- se dirigió a la puerta caminando a lado de Violeta

-¡Jehan!- al instante volteo el joven escuchando la voz de su hermano, lo observo mirando que tomaba el último trago de vino que había en la copa

Me Enamoré De Una Gitana || OGMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora