Capítulo 3:

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"Se Solo Mía"

Era de noche, el cielo nocturno se hacía presente, los tres hermanos estaban todavía en la iglesia, juntos, sentados en un comedor cenando lo que les entrego uno de los monaguillos, uno de ellos reviso a Rubén, diciéndole que su pierna estaba bien, pero que no tenía que hacer tanto esfuerzo ya que dentro de poco se irían a su hogar y ver a sus familias.

Cayó la media noche, estaban atrás de la iglesia con el padre

-Tengan esto para ustedes, tal vez les sirva- les dio una bolsa con monedas de oro y otra bolsa con comida

-No tiene por qué hacerlo, padre- dijo Rubén mirándolo, negando las dos cosas

-Está bien, si ustedes quieren- sonrio –Solo prométanme que llegaran a salvo a su destino

-Lo prometemos padre- Violeta se acercó a él para darle un gentil beso en la mejilla a lo que el padre no negó

-Bueno, vámonos- se taparon las cabezas con sus capuchas de tela, solo dejando ver sus diferentes colores de ojos

Se alejaron sigilosamente caminando por uno de los callejones que había detrás de la iglesia, la oscuridad de los callejones era atemorizante, pero para ellos era algo normal.

Aun así, jamás notaron que alguien los estaba persiguiendo entre la oscuridad. Al estar cercas de su hogar, caminando por una de las calles notaron a lo lejos una luz de una antorcha, mientras que se escuchaban pasos

-Escóndanse- dijo rápidamente Rubén a lo cual ellos obedecieron

Era un guardia de pelo anaranjado, ojos verdes, piel clara, no era tan alto pero si muy flaco. El guardia recorría las calles hasta pararse enfrente de ellos que parecían estar escondidos dentro de unos barriles.

Se quedó mirando un rato alrededor para después mirar los barriles y sonreír de un lado.

-No se escondan- dijo el guardia –Sé que son ustedes

Pero ninguno se movió, ni hicieron ninguna respiración

-Puedo oler el perfume de Violeta, el vino que se tomó Rubén y la vanidad de Zafiro

-¡Oye!- dijo Zafiro apareciendo detrás de unas cajas molesto

-Buen olfato Merlín- dijo Rubén apareciendo en uno de los callejones

-En verdad no entiendo como lo haces- Violeta sonrio saltando desde uno de los techos

-Vaya, creo que me equivoque y no estaban en los barriles- sonrio torpemente

-Descuida sabemos cuándo escapar- dijo Rubén mirándolo

-Escuchamos que ahora eres guardia real- Zafiro lo miro con interés

-Bueno, lo hago para protegerlos, además vengo de ver a Esmeralda que parece preocupada y Perla está molesta con Rubén-

-Es verdad, hoy tenía que cuidar a los niños- dijo Violeta sonriendo burlona por lo que le esperaría al llegar a casa

-Solo quería divertirme un rato...- dijo desanimado aunque se sentía culpable

-Bueno, no perdamos más tiempo- dijo Zafiro caminando adelante

-No hagamos esperar a tu esposa, Rubén- dijo Merlín jugando con el de ojos cafés dejando atrás a Violeta que sonreía alegre

Pero jamás contaría que atrás de ella estaba alguien mirándola atentamente esperando para acercarse.

El hombre de mirada penetrante la jalo tapándole la boca rápidamente y llevándola adentro de un callejón oscuro, al darse cuenta de lo que estaba pasando, ella no se dejó, empezó forcejear como pudo y liberarse rápidamente.

Me Enamoré De Una Gitana || OGMDonde viven las historias. Descúbrelo ahora