Ismael era un chico sencillo de gustos variados. Tenía tres gatos, un canal de animes y una soledad profunda en el corazón.
Ha salido pocas veces y ligado menos aún. Pero este viernes iba a ir a un salón manga.
Se puso su camiseta friki, una gorra con letras kun fu y una banderita que ponia "I love Anime".
Sacó todo su dinero del cerdito hucha y se dirigió a volverse más otaku aún.
Una vez llegado empezó a comprarse todos los artículos que le interesaban.
Tuvo que sacar el inhalador dos veces por la emoción de haber encontrado dos mangas que llevaba meses buscando. Entre la multitud, la euforia y haberse recorrido todo el Salón, tuvo que sentarse un rato.
Ahi estaba él, solo, con una bolsa enorme de sus compras em una mano y un paquete de regaliz que se estaba comiendo en la otra. Llegó una chica, pelirroja, ojos azules y el mismo atuendo que el brontosaurio, y se sentó a su lado.
Amablemente le pidió al chico un poco de su regaliz, Isma se lo pensó dos veces, ya que nunca compartía su comida, pero hizo una excepción.
La chica le dijo algo en kun fu y el chico aceptó.
Resulta que le dijo de ir a dar una vuelta, solo ellos se entienden. Raritos.
Anduvieron una caminata de 30 minutos llegaron a conocerse medianamente. Isma empezó a tener sentimientos hacia ella, le gustaba.
Cuando la chica se tenia que ir, Isma cogió fuerzas y se lanzó a darle un beso, pero las cosas no salieron coml él quería. Tremenda cobra le hizo, la chica se fue corriendo después de dejarle un papelito en un bolsillo.